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Adopción Homosexual.

Publie le Sábado 25 de junio de 2005 par Open-Publishing
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Uno de los debates sociales e ideológicos de más actualidad orbita en torno a la posibilidad de que las parejas homosexuales puedan, como entidad tal, comenzar a ejercer la adopción de menores. Este artículo pretende ser una aproximación, a la vez que una reflexión general, a las consideraciones generales que deben tenerse en cuenta a la hora de entrar a valorar la citada situación

Antes de entrar en una discusión tan farragosa, y tan alarmante desde el punto de vista social, deberían quedar claros algunos puntos antes entrar a valorar los argumentos a favor y en contra de dicha situación:

1) No es correcto presentar este tipo de adopción como un derecho de los adultos.

Existe el derecho a ser solicitante de adopción, y a ser tratado con justicia en cuanto a la valoración de la solicitud, pero el derecho a la adopción es un derecho que corresponde al menor, no al adoptante. El derecho del menor a ser adoptado no debe ser planteado en ningún caso como un derecho de los adultos -como desgraciadamente parecen querer platear algunas organizaciones-.

Todas las legislaciones, tanto nacionales como internacionales, ante un conflicto de intereses, reconocen el superior interés del menor sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir. Es decir: se da primacía al interés del menor sobre cualquier otro tipo de consideración, como por ejemplo el la igual de derechos entre las parejas de homosexuales y heterosexuales.

Entonces la pregunta no debería de ser: ¿tienen derecho las parejas homosexuales a la adopción?, sino más bien : ¿tienen derecho las parejas homosexuales a ser incluidas en las listas de solicitantes de adopción?.

2) La legislación española no permite por el momento el matrimonio de parejas homosexuales, pero ninguna legislación ni estatal ni autonómica limita la adopción a los homosexuales.

Cualquier homosexual, como soltero, puede solicitarla y llegado el momento adoptar. El problema surge cuando es una pareja de homosexuales, como tal entidad, quien pretende adoptar. Entre otros muchos motivos por un problema práctico que atañe a la legislación actual, porque la filiación es única.

3) Desde el punto de vista del derecho que se ampara la posibilidad de adopción por parejas homosexuales estaría -más bien debería estar- en función de si es o no perjudicial para su desarrollo como persona, al margen de consideraciones ideológicas, religiosas o de oportunismo político.

4) Toda la legislación sobre adopción, desde el derecho romano hasta prácticamente la actualidad, estaba basada en el principio de que la “adopción imita a la naturaleza”[1]. Pero en la práctica dicho principio ha sido sustituido por el principio más general y de más factible aplicación del “interés del menor”.

5) Si el derecho a ejercer la adopción de menores se basase en el principio de igualdad jurídica ante la ley no existirían inconvenientes de ningún tipo para que las parejas homosexuales, una vez reconocidas legalmente, ejerciesen dicho derecho.

Teniendo claros estos puntos:, la discusión y el debate debe centrarse en torno a esta pregunta:

¿Es entonces beneficioso para el menor ser adoptado por una pareja homosexual?.

Por el momento la mayoría de los estudios al respecto, parciales, elaborados con una metodología ciertamente criticable, realizados con unos muestreos limitados y con unas conclusiones que no son extrapolables al conjunto social, parecen indicar que sí. Aunque desde luego no resultan plenamente satisfactorios.

La investigación al respecto debe continuar antes de poder efectuar ninguna afirmación con rotundidad, sobre todo teniendo en cuenta la problemática social que atañe al tema en cuestión. En definitiva, la investigación aún no está en un estadio lo suficientemente avanzado como para poder afirmar categóricamente, de manera totalmente sólida, que ser adoptado o criado por una pareja homosexual no es en absoluto perjudicial para un menor; aunque los indicios dados hasta ahora parecen indicar que así es. Aunque es igualmente cierto que a los estudios realizados hasta ahora se pueden oponer objeciones, sobre todo de tipo metodológico y estadístico, que impiden por el momento efectuar afirmaciones de carácter general en base a ellos.

Lo que sí que en la actualidad no resulta nada sólido, es más resultan en general poco menos que irrisorios, son los argumentos pretendidamente científicos vertidos en contra de la posibilidad de que las parejas homosexuales puedan adoptar. Se trata en general de meras opiniones no contrastadas, y en ocasiones contradictorias entre sí, que sólo responden a una extremadamente ideologizada y sectaria interpretación de la realidad objetivable, aduciendo como argumento, en el mejor de los casos, la falta de estudios concluyentes sobre el tema.

En general se limitan a repetir de manera machacona y repetitiva las mismas opiniones infundadas y no concluyentes, citando en el mejor de los casos a fuentes argumentales tan absolutamente injustificables desde un punto de vista metodológico y científico como Paul Cameron, que de inmediato desacreditan cualquier conclusión que pudiera obtener al respecto.

Las opiniones vertidas en contra de la adopción por parte de parejas homosexuales pueden quedar ejemplificadas por un artículo de la profesora titular de Medicina Legal de la Universidad de Zaragoza, Dolores Serrat, aparecida en Diario Médico el día 14 de mayo de 2004. Se trata de un compendio de los argumentos expuestos por los contrarios a la adopción por parejas homosexuales, por lo que sirve de resumen general de todas ellas. En ella, la ponente argumenta en contra de la adopción por homosexuales basándose en extrapolaciones -inaceptables desde el punto de vista científico- de teorías generales no contrastadas, exponiéndolas como conclusiones de la comunidad científica, cuando en realidad se trata de opiniones no fundadas ni respaldadas por ningún tipo de argumentación:

1. “Estudios científicos avalan que esta adopción provoca una identidad sexual confusa en los niños”.

Esto es simplemente mentira. Por mucho que le pese a la doctora Serrat los estudios científicos -lo que excluye por ejemplo a Paul Cameron[2]- que hay sobre el tema parecen indicar justo lo contrario, sean éstos concluyentes o no. Otra cosa es que la citada doctora considere ontológicamente malo que los homosexuales críen y eduquen a un menor.

2. “Lo natural es que un hijo venga de un padre y una madre, que tenga esos dos modelos de referencia, que incorpore lo femenino y lo masculino y que modele su personalidad en función de esto. Es decir, que el niño, para formar su identidad sexual, requiere de un padre y una madre”.

La premisa de que parte la doctora Serrat, la necesidad de una padre y una madre para un desarrollo personal normal, no sólo no está demostrada; sino que casi con total probabilidad es errónea. Las investigaciones actuales tienden a indicar -con todos los peros y pegas que se les pueden hacer- que no existen diferencias sustanciales entre el desarrollo personal, y de manera especial en el desarrollo de su identidad sexual, de los menores educados por un solo progenitor, sea masculino o femenino, o los educados con dos.

Si la realidad fuera como indica la doctora Serrat se deberían observar problemas de identidad sexual en los hijos de madres solteras, padres viudos, viudas, en los menores huérfanos educados por un solo familiar cercano, o un por un solo abuelo, y en la actualidad sabemos que esto simplemente no es así. No está de más recordar que la actual legislación sobre la adopción permite a personas individuales, sean hombre o mujeres, adoptar a menores, lo que indica que en el momento de elaborar la legislación vigente estaba claro, y era aceptado por la comunidad científica, que para un menor no era en absoluto perjudicial ser educado por un sólo progenitor. Si para el desarrollo normal del menor es necesaria la figura de un padre y una madre habría que plantearse: A) No permitir adoptar a personas individuales, B) No permitir ejercer la patria potestad a personas individuales, C) No permitir el ejercicio de la tutela del menor en ausencia de progenitores a ninguna institución -queda claro que en éstas no existe la figura ni del padre ni de la madre-.

El problema es que para justificar que un menor sea educado por un homosexual es ontológicamente malo la doctora Serrat debe recurrir a un argumento poco sostenible -la necesidad para un adecuado desarrollo personal de la existencia de figura del padre y de la madre, siempre sin definir por cierto[3]- sin valorar que la existencia de dichas figuras no se dan en un segmento amplísimo de la población total y en casos tremendamente diversos.

Aunque resulta evidente que cuando la doctora Serrat, cuando habla de la necesidad de la figura materna para el desarrollo “normal” de un menor, no está pensando en el hijo menor de un varón viudo heterosexual creyente de mediana edad que asiste con regularidad a actos religiosos lo cierto es la citada doctora lo incluye en la misma categoría que a las parejas homosexuales masculinas. La ausencia de la figura materna sería exactamente la misma; aunque lo que realmente le preocupa a la señora Serrat es otra cosa.

Es definitiva, parece que la doctora Serrat el interés del menor le importa bastante poco, y que lo que realmente le importa es que los homosexuales no puedan adoptar.

3. “La situación es contraria a los intereses del menor al plantear problemas de identidad sexual y de socialización”.

Como la misma doctora Serrat, echando tierra sobre su propio tejado, se encarga después de recordarnos no hay investigaciones concluyentes al respecto. Es más no hay investigación alguna que avale esta tesis, y los estudios que existen al respecto, que son no concluyentes, limitados y parciales, no extrapolables por tanto al conjunto de la sociedad, indican justo lo contrario.

Si no hay estudios concluyentes, como la misma doctora posteriormente indica, me gustaría saber que le permite efectuar semejantes afirmaciones.

4. “Así, por mucho que se les diga, los niños nunca serán iguales a los demás, ya que las uniones homosexuales son minoritarias y siempre les quedará la pregunta de qué es un papá, qué es una mamá o por qué mis amigos tienen un papá y una mamá”.

Este punto de la argumentación de la doctora Serrat es especialmente endeble. Salvo que consideremos a los homosexuales -o en su defecto y en el mejor de los casos a las uniones minoritarias de cualquier tipo- como algo ontológicamente malo este punto simplemente no tiene sentido. Como explican en el Foro Español de Psicología:

“....Las uniones entre catedráticos de psiquiatría son escasísimas y nadie supone por ello que se va a ver perjudicado el desarrollo psicológico de sus hijos. Qué es un papá o qué es una mamá, cualquier niño de siete años lo sabe, aunque sea hijo de soltera o de viudo. Por qué mis amigos tienen un papá y una mamá, si es que los tienen, es una pregunta a la que han de responder todos aquellos que críen a un niño en solitario [...] los niños toman su situación como la normal y como anormal la diferente a la suya. Así, el hijo de una compañera de trabajo, cuyo padre residía por motivos laborales en otra provincia, un día le comentó como cosa inaudita que el papá de fulanito ¡¡¡dormía en casa!!!....“

5. “Además, existen problemas de identidad o de orientación sexual, pues la identidad del niño queda coja al faltarle siempre un elemento de identificación”.

Este punto constituye prácticamente una repetición del tercero y el segundo, sin aportar nada nuevo, y es criticable de igual manera.

6. “La Asociación Española de Pediatría afirma que un núcleo familiar con dos padres o dos madres es, desde el punto de vista pedagógico y pediátrico, claramente perjudicial para el armónico desarrollo de la personalidad y adaptación social del niño. Para ello, la asociación toma como base algunos estudios realizados después del año 2000, según los cuales la atracción sexual hacia personas del mismo sexo al llegar la adolescencia es del 60 por ciento más en los niños adoptados por padres homosexuales o lesbianas”.

Para empezar uno ignora -porque la doctora Serrat no los cita- a qué estudios se refiere en este punto[4]. Sin embargo, aunque ciertamente frágil, este es el punto más fuerte de la argumentación de la doctora Serrat. Es cierto que la Asociación Española de Pediatría realiza dicha afirmación, otra cosa es en función de qué realiza dicha afirmación.

El principal -único- argumento que se esgrime es el discutible dato de que los menores educados por “homosexuales o lesbianas[5]” tienen un 60% de probabilidades de sentirse atraídos por personas del mismo sexo. Aún sumiendo que esto sea así, lo que seguramente sería mucho asumir, esta objeción simplemente no tiene sentido salvo que consideremos la homosexualidad como algo intrínsecamente negativo y malvado.

El interés del menor ciertamente le importa poco a la señora Serrat, lo que le preocupa es que los menores no sean educados por homosexuales, o como mucho que no tengan más probabilidades de serlo. Se trata simplemente de una argumentación basada en un prejuicio más.

A nadie se le ocurría esgrimir como objeción en contra de que las parejas católicas adopten menores el hecho de que los menores educados con ambos progenitores católicos tuviesen un 60% más de probabilidades de ser católicos. Salvo que consideremos ser católico como algo intrínsecamente negativo y malvado, como la señora Serrat valora la homosexualidad. Es decir: aunque los datos que cita la doctora Serrat fuesen ciertos -tenemos indicios para pensar que no lo son- ¿Y?...

7. “Los estudios científicos disponibles para valorar el tema desde una posición objetiva son escasos y tienen importantes problemas metodológicos, lo que equivale a decir que son poco fiables y que los resultados obtenidos no son extrapolables del estudio a la población general”.

Este punto es de especial interés. ¿si no existen estudios fiables en que se basó la señora Serrat hasta ahora para realizar sus irrefutables afirmaciones?. Anula de por sí cualquier afirmación anterior -y posterior- de la doctora Serrat.

Si no hay estudios fiables y sus conclusiones no son extrapolables al conjunto de la sociedad en qué se basaba la doctora para afirmar que “la asociación [Española de Pediatría] toma como base algunos estudios realizados después del año 2000, según los cuales la atracción sexual hacia personas del mismo sexo al llegar la adolescencia es del 60 por ciento más en los niños adoptados por padres homosexuales o lesbianas”.

8. “Estudios científicos serios muestran que los niños de hogares homosexuales son 4 veces más propensos a buscar su identidad sexual experimentando con conductas homosexuales, y que la identidad sexual confusa supone un factor de riesgo de suicidio y una carga traumática considerable”.

Más de lo mismo. Si no existen estudios fiables, como se indicaba en el punto 7, ¿en que se basa entonces esta afirmación de la doctora Serrat?. Por otra parte no estaría de más definir que se entiendo por “conductas homosexuales”, porque dicho término es tan absolutamente vago y poco preciso que puede englobarlo todo.

En cualquier caso, por mucho que le pese a la señora Serrat, los homosexuales tienen una identidad sexual muy clara y definida, otra cosa es que dicha identidad sexual no sea del agrado de la citada doctora. Si como afirma la doctora la “identidad sexual confusa” supone un factor de riesgo de suicidio, y una carga traumática considerable, realmente no existen impedimentos que permitan ver en la represión de dicha identidad, por motivos ideológicos y religiosos por ejemplo, no constituye otro factor de “de riesgo de suicidio y una carga traumática considerable”.

Es decir, utilizando los mismos parámetros que emplea la doctora Serrat, podemos afirmar, por ejemplo, que para un homosexual o para una persona con una identidad sexual no definida ser educado en un ambiente católico tradicional, por ejemplo, podría ser un factor de riesgo añadido; lo que podría esgrimirse como argumento para negar a las parejas católicas la posibilidad de adoptar, al constituir éstas un ambiente represivo que no permitiría un adecuado desarrollo personal del menor.

En definitiva, y como conclusión, si bien los argumentos vertidos hasta hora a favor de que las parejas homosexuales puedan adoptar no son completamente convincentes, los que sí que no son en absoluto convincentes son los vertidos hasta ahora en su contra. Éstos se basan exclusivamente en prejuicios sin base argumental sólida o simplemente sin ella, y en la consideración de la homosexualidad como una condición ontológicamente negativa y perjudicial y de la heterosexualidad como algo antológicamente positivo y beneficioso.

[1] Lo que constituye un principio legal bastante farragoso. En principio la adopción de un niño por parte de una pareja homosexual rompería este principio; pero lo cierto que este principio no sólo ya está roto, sino que tiene una difícil aplicación práctica. Por ejemplo, que una mujer soltera tenga un hijo, es algo que ocurre en la naturaleza. Pero no ocurre en la naturaleza que un varón por sí solo tenga un hijo. Y sin embargo, el varón soltero puede acceder a la adopción. Tampoco ocurre en la naturaleza que una pareja de raza blanca tenga hijos de raza negra o india. Y también hay que tener en cuenta que hoy en día existen en la práctica niños con relaciones paterno y materno filiales con homosexuales, biológicos en el caso de las lesbianas o políticos en el caso de las parejas reconstituidas.

[2] El informe No es Igual, de la plataforma HazteOír citaba recurrentemente datos extraídos de este autor, expulsado tanto de la asociación americana de psicología como de la asociación americana de sociología por su constante manipulación de los datos obtenidos en sus investigaciones como por el carácter no científico de la metodología -selección ad hoc de los datos con independencia del muestreo- empleada en éstas. Resulta realmente lamentable ver hoy en día que informes pretendidamente científicos, respaldados por algunos profesionales y docentes universitarios ligados a instituciones vinculadas a la Iglesia Católica, utilicen a este individuo como fuente argumental. Estamos ante un autor, que entre muchas otras cosas, no tiene reparos en afirmar que lo mejor para evitar la propagación del SIDA es:

“[...]el exterminio de los hombres homosexuales[es de especial interés para cifrar su calaña ideológica que al señor Cameron no le importe que estos hombre homosexuales tengan o no SIDA o VIH a la hora de ser exterminados] tengan o no que y el tatuado en la frente de los portadores de VIH como método para frenar el SIDA”

CAMERON, Paul, citado por PIETRYZK, Mark, "Queer science".

[3] Por ejemplo, según la doctora Serrat no queda claro si un padre gay y una madre lesbiana podrían educar adecuadamente un menor, aunque ambos serían estrictamente hablando, un padre y una madre. O si una madre o un padre bisexuales, participes de un matrimonio abierto, podrían representar adecuadamente el rol de “padre” o “madre”. Cuando hace referencia estos conceptos debería quedar claro que la doctora Serrat piensa en unos estereotipos con una orientación sexual -y una conducta- precisos. Se puede identificar el rol madre con el estereotipo de mujer perteneciente a un matrimonio católico tradicional; y el de padre con un varón perteneciente al mismo conjunto.

[4] Por ejemplo el estudio No es Igual, elaborado a partir de datos absolutamente tergiversados, manipulados, e incluso escogidos ad hoc, por Paul Cameron se afirmaba que este índice era del 39% de manera absoluta -no un 60% superior al normal-.

[5] Expresión que sería mejor evitar o dejar aparte. Uno podría esperar un mejor uso del lenguaje por parte de una profesora universitaria de medicina legal: la expresión “homosexuales o lesbianas” es una redundancia carente de sentido, o significado, en el conexto en que se usa, es como expresar entrar adentro, o subir arriba, o bajar abajo-.

Mensajes

  • Creo que habria que considerar que, aunque fuera cierto lo del 60% mas de posibilidades, lo que pueda estar ocurriendo en realidad no es que haya un 60% mas de homosexuales sino que simplemente haya un 60% mas de homosexuales que lo reconozcan al verlo completamente normal?

    O es que alguien se cree que tan avanzado esta ya el tema que nisiquiera se tienen en cuenta ya a los homosexuales armarizados y que entre ellos hay muchos que no lo reconocerian ni en una encuesta privada por miedos irracionales.

    • Todos los maricas que adoptan enseñan a sus hijos como maricones. Dentro de unos años todos serán maricones y ya no abrá quién adopte nada. ¡Hasta los perros se darán por culo entre machos!

  • No hay que entender la homosexualidad como algo negativo, pero es algo que claramente va contra las leyes naturales y que , obviamente, no puede ayudar a la supervivencia de la raza humana. Apesar de que es cierto que los argumentos de esta doctora tienes pocos fundamentos dificiles de sostener, Hay algunos, PRECISAMENTE LOS DE MAS PESO Y RELEVANCIA, que no se incluyeron en tu articulo. Como la discriminacion a la que se veran sometidos estos niños en la sociedad actual, que aun es fuertemente discriminativa, y cuya mayoria esta en contra de las practicas homosexuales y tambien la adopcion homosexual. TODOS los catolicos, para empesar, los HOMOFOBICOS que tomarian a estos niños como objeto de desprecio. Crees que no es perjudicial para un niño ser discriminado por la mayor parte de la sociedad???, si es asi entonces deverias tomarte 5 minutos para leer un articulo que hable sobre los estragos que puede causar el buling y la deprecion en un niño, siendo la mas clara manifestacion de esto el suicidio.
    Y aunque no es cuestionable que un niño se vuelva homosexual o lesviana, hay que retirar que se estaria condenando a ese niño a una incomprencion y discriminacion sociales de peso.

    • muy buen argumento, aunque dejeme decirle que la ley natural no tiene nada que ver con la institucionjalidad de la familia de padres heterosexuales, si miramos las antiguas civilizaciones y aun mas a grandes filosofos conocian y aceptaban la practica de la homosexualidad, aparte de ellos usted mismos especifica el fundamento religioso como forma de criticaa los homosexuales dejeme decirle que las actuales constituciones se fundamente en el aire liberal en donde la religion es completamnete separada de la ley y las libertades humanas , lo unicvo cierto es que mientras la sociedad no este preparada para aceptar esta forma de adopcion no se podra ejercer pero mas temprano q tarde estaremols aceptando esta modalidad ademas es preferible que el menor tenga familia homoparental a estar expuesto al maltrato infantil o la violencia intrafamiloiar propia de las familioas heterosexuales