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Un Brindis Revolucionario Bolivariano

Publie le Domingo 2 de enero de 2005 par Open-Publishing
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«Faltaban cinco pa’las doce» y empecé el brindis por los ausentes, por los presentes y por los que «viven su ausencia». Un brindis por Yezid, Ricardo y Simón, quienes representan a los revolucionarios «prisioneros de guerra», escribe el columnista de ANNCOL Allende La Paz.

02.01.2005 [Allende La Paz/ANNCOL] Al compás de «Faltan cinco pa’las doce» y el estruendo de voladores, buscapiés, volcanes y triquitraques; gritos de niños y chiquillos y chiquillas; de sentimientos encontrados por los ausentes y los presentes, y los que viven su ausencia, me preparé para realizar el Brindis del Nuevo Año.

Brindo, en primer lugar, por los ausentes. Aquellos que se nos fueron, algunos de forma natural después de una vida productiva y plena de realizaciones por la concreción de la utopía mundial.

Brindo por los otros ausentes, cuya ausencia obligada fue producto de sus vidas segadas por los sátrapas que egoístamente se creen con el derecho de matar a todo aquel que ponga en peligro sus intereses, los que aún no habían cumplido sus propósitos vitales y vivían esperanzados el presente; hablo de los miles de desaparecidos forzados, de asesinados extrajudiciales, de masacrados, de los miles de sindicalistas asesinados, de dirigentes y líderes de la Unión Patriótica, entre quienes mencionamos a Jaime Pardo Leal, Manuel Cepeda Vargas, Leonardo Posada, Bernardo Jaramillo, Pepín Antequera, Miller Chacón, y miles de mujeres y hombres asesinados sin fórmula de juicio, nada más que por el hecho de ser miembros de la U.P., de ejercer su derecho a hacer oposición al régimen fascista que mantiene el poder en Colombia.

Brindo por los combatientes caídos en combate por una Nueva Colombia, aquellos que no tuvieron alternativa diferente a la de empuñar las armas para hacer oposición, y que amorosos entregaron sus vidas, regando con su sangre generosa nuestro suelo patrio, entre los que no puedo dejar de resaltar a Hernando González Acosta. Y por aquellos que a pesar de haber vivido su vida en el «border-line» de la azarosa vida guerrillera, tuvieron la enorme prodigiosidad de haber muerto de muerte natural, como Jacobo Arenas, el camarada Nariño, el cura Manuel Pérez, Gilberto Vieira, y tantos otros.

Brindo por los que «viven su ausencia», como dice un poeta, o sea, los que obligados por el estado colombiano se «enmontan», o «enguerrilleran». Hablo de Manuel Marulanda, de Raúl Reyes, de Alfonso Cano, de Iván Márquez, de Timoleón Jiménez, de Iván Ríos, y de los miles de miles de combatientes farianos y elenos, pero especialmente en este momento hablo de los «prisioneros de guerra» y sus más elocuentes exponentes, por quienes brindo en representación simbólica de todos:

Para ti, mi amigo, Yezid Arteta, va mi brindis sentido, conocedor como lo soy de que te quieren cortar las alas con las que quieres emprender el vuelo hacia la libertad soñada de la Nueva Colombia y también sabedor de tu sensibilidad revolucionaria, quiero que sientas desde la cosmopolita capital hasta la gélida Cómbita, la vibra que producen unas sentidas notas vallenatas, aderezadas con unas salsitas de las que se escuchan en tu amada «curramba».

Para vos, Ricardo González, revolucionario de gran corazón y mente brillante, en la cual te cabe entera la historia y la geografía revolucionarias de Colombia; que te me perdiste durante tantos y tantos años y sólo ahora puedo saber de tu gesta heroica, también te dedico mi brindis a la espera de que en un futuro, tarde o temprano, y más temprano que tarde, podamos volvernos a encontrar, para hablar, al calor de unos aguardienticos y al son de tus adorados y sentidos tangos, escuchar embelezado tus anécdotas de guerrillero curtido y «paisa» manejador exquisito de la palabra y el verbo, que, si no hubieras sido revolucionario, con seguridad habrías sido el mejor «culebrero» de Antioquia,
«que si no es mucho decir e inmodestia equivale a hablar del mundo entero».

Y para ti, Simón Trinidad, a quien no conozco personalmente, pero que he sentido a través de las imágenes transmitidas por la Televisión, la energía positiva que irradia un revolucionario de verdad, que en ninguna circunstancia es vencido por el enemigo y a quien sus convicciones lo llevan a plantear la lucha política fariana hasta «en las entrañas del monstruo», del cual nos hablara José Martí.

* * *

He sentido, he llorado y también he reído. Pero, ¿quién no experimenta estas sensaciones en la vida revolucionaria? ¿Quién? Lloro a mis muertos, y lo hago con sentimiento de rabia y de impotencia. Siento mis vivencias y vivo mis sensaciones. Pero también he reído, a carcajadas, en explosión de alegría, cuando veo, y participo con él, la lucha de mi pueblo contra la tiranía, contra el fascismo demencial oligárquico y narcoparamilitar empotrado hoy en la Casa de Nariño.

Cuantas carcajadas lanzadas al viento y al espacio cósmico en señal de que la lucha está dando sus frutos, y quizá algún ser de otra galaxia escuche alborozado que un revolucionario amoroso le dice mediante esas ondas sonoras que el ser humano no es lo que quieren mostrar, que somos homo sapiens sapiens y, además en la mejor expresión del sapiens, somos homo amans.

Y cómo no rendirle tributo a la vida, si la manifestación de la vida, y del amor a la vida, la realiza a diario, cotidianamente, mi sufrido pueblo. Amo la vida de mi pueblo. Amo la vida de mis indígenas violentados por más de 500 años y que hoy siguen resistiendo y hacen una marcha de más de 50.000 personas contra el miniführer «Varito». Amo las negritudes. Amo a las mujeres colombianas, luchadoras como ninguna mujer en el mundo; testigo de ello fue El Libertador Simón Bolívar cuando en plena gesta libertadora le manifestara a las socorranas el 24 de febrero de 1820 en el Cuartel General en el Socorro:

«A las ilustres matronas del Socorro:

Un pueblo que ha producido mujeres varoniles, ninguna potestad humana es capaz de subyugarlo. Vosotras, hijas del Socorro, vais a ser el escollo de vuestros opresores. Ellos, en su frenético furor, profanaron lo más sagrado, lo más inocente, lo más hermoso de nuestra especie; os hollaron. Vosotras habéis realzado vuestra dignidad endureciendo vuestro tierno corazón bajo los golpes de los crueles.

Heroicas socarreñas: las madres de Esparta no preguntaban por la vida de sus hijos, sino por la victoria de su patria; las de Roma contemplaron con placer las gloriosas heridas de sus deudos; los estimulaban a alcanzar el honor de expirar en los combates. Más sublimes vosotras en vuestro generoso patriotismo, habéis empuñado la lanza; os habéis colocado en las filas y pedís morir por la patria. Madres, esposas, hermanas, ¿quién podrá seguir vuestras huellas en la carrera del heroísmo? ¿Habrá hombres dignos de vosotras? ¡No, no, no! Pero vosotras sois dignas de la admiración del Universo y de la adoración de los libertadores de Colombia».

Cómo no sentir alegría, y «cagarme de la risa», cuando el miniführer sufre tremendo y estrepitoso fracaso cuando los colombianos y las colombianas le dijeron un NO rotundo a su plebiscito... Mi cuerpo emitía ondas electromagnéticas que se iban volando hasta el cosmos en forma de fotones, diciendo que sí era posible vencer el fascismo y la «noche oscura» del personero de turno de la oligarquía colombiana y del imperio del águila calva.

Alegría, matizado de orgullo y satisfacción por el deber cumplido, siento cuando los sindicalistas, las mujeres, los estudiantes, las maestras y maestros se levantan contra el fascismo, clamando por la paz, por el respeto a sus derechos.

* * *

La lucha diaria, cotidiana, e insignificante para algunos, así como la lucha interna, propia, por elevarnos espiritualmente, ser cada día mejores personas, mejores padres, hijos, esposos, esposas, se va convirtiendo en el salto de calidad que va uniendo conciencias y espíritus en la lucha revolucionaria que dará al traste con las pretensiones demenciales del fascismo de perpetuarse en la Casa de Nariño.

Entonces, estaré desternillándome de la risa...

Mensajes

  • Eres un perdido, no conces la realidad Colombiana, estas perdido en el pasado donde solo con la violencia se logra el cambio, triste ver como ciertos seres humans no evoluvionan, te quedaste en el tiempo, o no evolusionaste, los medicores tambien pueden habar pero lo triste es que nadie los escucha...quedate ahi...tus raises no iran a ninguna parte.

    Ver en línea : Un Brindis revolucioanrio

  • logicamente que und emente como tu escribe pues zandeces de tamaño calibre ante tod el mundo se sabbe que las FARC , ELN son grupos narcoterroristas sino de que viven ? , porsupesto eta tambien el amedrentamiento a los pobladores yo soy peruano y tambien etan estos delincuentesen la fronter<zae el delincuentes en la frontera con mi pais , ingreesan inpunemente y el gobierno peruano no hace nada , es un apena que lel presidente correa sewa taqn estupido par avariar su versión por presión evidente de chavez tremendo estupido que va dmente , y atornilldo apoder en venezuela , que lanza inproperios contra bush sin embargo es su primer abstecedor de petreleo, que tal concha de este tipejo , vean pues hermanos suramericanos el ptipo de gobernates que tenemos , culmino con reitera mis votos a favor del presidente Uribe , se que el mundo aplaude eta acción , porque no somos tan estupidos para queres hacer alsa FARC , como una gente sana y tristemente atacados , tremendos delincuentes , Viva Colombia , Bien Uribe , acaba con estos narcoterroristas .