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Torturados por encargo

Publie le Lunes 22 de noviembre de 2004 par Open-Publishing

Las agencias de inteligencia de los terroristas norteamericanos están
utilizando aviones alquilados para trasladar a prisioneros amordazados y
sedados a otros países para ser "torturados por encargo"

por Stephen Grey

Un jet ejecutivo está siendo utilizado por las agencias de inteligencia de
EE.UU. para transportar a sospechosos de terrorismo a países que utilizan
rutinariamente la tortura en sus prisiones.

Los vuelos del Gulfstream 5 alquilado por agentes del departamento de
defensa de EE.UU. y la CIA están detallados en registros confidenciales
obtenidos por The Sunday Times que mencionan más de 300 vuelos.

Entre los países con malos antecedentes en los derechos humanos a los que
los estadounidenses han entregado prisioneros se encuentran Egipto, Siria y
Uzbekistán, según los archivos. Los registros han provocado afirmaciones
críticas de que la agencia está utilizando a tales regímenes para realizar
"torturas por encargo" - una acusación que es rechazada por el gobierno de
EE.UU.

Se informa que parte de la información de los sospechosos ha sido utilizada
por MI5 y MI6, los servicios británicos de inteligencia. La admisibilidad
ante un tribunal de evidencia obtenida bajo la tortura está siendo
considerada en la Cámara de los Lores en una apelación de prisioneros
nacidos en el extranjero en la cárcel Belmarsh, al sur de Londres, contra su
detención sin juicio por sospecha de terrorismo.

Durante los últimos años, el Gulfstream sin identificación ha visitado
aeropuertos británicos en numerosas ocasiones, aunque no se cree que haya
estado transportando sospechosos en esa época.

El Gulfstream y un Boeing 737 de aspecto igualmente anónimo son alquilados
por agentes estadounidenses de Premier Executive Transport Services, una
compañía privada en Massachusetts.

El 737 blanco, con número de registro N313P, tiene 32 asientos.

Es un frecuente visitante en las bases militares estadounidenses, aunque su
papel exacto no ha sido revelado.

Se sabe más del Gulfstream, que tiene el número de registro N379P y que
puede transportar 14 pasajeros. Los movimientos detallados en las bitácoras
de vuelos pueden ser comparados con varias apariciones del Gulfstream en
aeropuertos desde los que agentes del contraterrorismo de EE.UU. se han
llevado a sospechosos de terrorismo.

Un análisis de los planes de vuelo del avión, durante más de dos años,
muestra que siempre parte de Washington DC. Ha volado a 49 destinos fuera de
EE.UU., incluyendo el campo-prisión de la Bahía de Guantánamo en Cuba y
otras bases militares de EE.UU., así como Egipto, Jordania, Irak, Marruecos,
Afganistán, Libia y Uzbekistán.

Existen afirmaciones de testigos de que los sospechosos son frecuentemente
atados, amordazados y sedados antes de ser colocados en los aviones, que no
tienen instalaciones especiales para prisioneros sino que tienen mesas para
reuniones y pantallas para presentaciones y cine durante el vuelo.

El avión de EE.UU. no es sólo utilizado para transportar prisioneros sino
que parece estar a la disposición de funcionarios de la defensa y de
inteligencia para misiones a partir de Washington.

El programa sueco de televisión Cold Facts informó por primera vez en mayo
sobre sus misiones de transferencia de prisioneros. Describió cómo agentes
estadounidenses llegaron a Estocolmo en el Gulfstream en diciembre de 2001
para transportar a dos sospechosos de terrorismo de Suecia a Egipto.

Al ocurrir lo que fue presentado como una "extradición" a Egipto, ministros
suecos no mencionaron públicamente la participación estadounidense en la
detención de Ahmed Agiza, de 42 años, y de Muhammed Zery, de 35 años, que
más tarde fueron absueltos.

Testigos describieron que vieron que los prisioneros eran entregados a
agentes de EE.UU. cuyas caras estaban ocultas por capuchones. Habían cortado
las vestimentas de los prisioneros esposados y los vistieron con pañales
cubiertos por overoles naranja antes de que les pusieran por la fuerza
supositorios sedantes.

El Gulfstream los llevó a Egipto, donde ambos prisioneros afirmaron que
fueron golpeados y torturados con choques eléctricos en sus genitales. A
pesar de las leyes suecas sobre la libertad de información, los telegramas
diplomáticos sobre el caso que fueron entregados a los medios habían sido
alterados para ocultar las quejas sobre torturas.

Hamida Shalaby, madre de Agiza, dijo: "El colchón estaba electrificado...
Cuando lo conectaban a la electricidad, su cuerpo saltaba y caía y estos
saltos y caídas continuaban hasta que desconectaban la electricidad".

Un mes antes de la extradición sueca, el mismo Gulfstream fue identificado
por Masood Anwar, un periodista paquistaní en Karachi. El personal del
aeropuerto dijo a Anwar que habían visto que un grupo de hombre blancos con
máscaras se llevaba en el jet a Jamil Gasim, un estudiante yemenita al que
sospechaban de vínculo con Al Qaeda. El jet llevó a Gasim a Jordania y desde
entonces ha desaparecido.

"Toda la operación fue tan misteriosa que todas las personas involucradas,
incluyendo los soldados de EE.UU., llevaban máscaras", dijo a Anwar una
fuente en el aeropuerto.

En otra misión, en enero de 2002, un Gulfstream fue visto en el aeropuerto
de Yakarta para llevarse a Muhammad Saad Iqbal, de 24 años, sospechoso de
pertenecer a Al Qaeda que según funcionarios de EE.UU. era un conocido de
Richard Reid, el "atacante del zapato-bomba" encarcelado en EE.UU. por
tratar de hacer estallar un vuelo de París a Miami.

Un funcionario indonesio declaró a un periódico estadounidense que Iqbal fue
"metido precipitadamente a bordo de un Gulfstream sin marcas, registrado en
EE.UU. ... y llevado a Egipto"; desde entonces no se ha sabido casi nada
sobre su persona.

La bitácora de los vuelos del Gulfstream de la CIA muestra que voló de
Washington a El Cairo, donde recogió a agentes de seguridad egipcios, antes
de ir aparentemente a Yakarta para llevar a Iqbal a Egipto.

Otra transferencia tuvo que ver con un ciudadano británico. El 8 de
noviembre de 2002, el Gulfstream partió hacia Banjul en Gambia. El mismo
día, Wahab Al-Rawi, un británico de 38 años, fue una de cuatro personas
arrestadas en el aeropuerto por la policía secreta local y entregadas a
interrogadores que dijeron que eran "de la embajada de EE.UU."

Wahab dijo que anteriormente había sido interrogado por MI5 porque su
hermano Basher, ciudadano iraquí, era un conocido de Abu Qatada, el clérigo
radical residente en Londres.

Se informa que cuando Wahab pidió a los agentes de la CIA que lo pusieran en
contacto con el cónsul británico, como lo requiere la convención de Viena
firmada por EE.UU., los agentes se rieron. "¿Por qué crees que estás aquí?"
le dijo un agente. "Es tu gobierno el que nos dio el dato, para comenzar".
Más tarde liberaron a Wahab, pero a Basher lo enviaron a Guantánamo y sigue
allí aunque no ha sido acusado de ningún crimen específico.

Algunos antiguos agentes de la CIA y activistas por los derechos humanos
afirman que la agencia y el Pentágono utilizan un proceso llamado "entrega"
para enviar a sospechosos a países como Egipto y Jordania. Allí pasan a ser
torturados sobre todo para obtener información para los estadounidenses que,
se dice, alientan a esos países a utilizar métodos agresivos de
interrogación prohibidos según la ley de EE.UU.

Bob Baer, antiguo agente de la CIA en Medio Oriente, dijo: "Si quieres un
interrogatorio serio mandas a un prisionero a Jordania. Si quieres que lo
torturen lo envías a Siria. Si quieres que desaparezca... lo mandas a
Egipto".

Entre los países a los que EE.UU. ha enviado prisioneros se encuentra
Uzbekistán, un estrecho aliado y una dictadura cuya policía secreta es
tristemente célebre por sus métodos de interrogación, incluyendo la
afirmación de que han hervido a prisioneros. El Gulfstream hizo por lo menos
siete viajes a la capital uzbeka.

Los detalles confirman afirmaciones de Craig Murray, el antiguo embajador
británico, de que EE.UU. ha enviado a sospechosos de terrorismo de
Afganistán a Uzbekistán para que sean interrogados y torturados.

En un memorando, cuya publicación durante el mes pasado contribuyó a la
destitución de Murray, informó a Jack Straw, secretario de exteriores, que
el jefe de estación de la CIA en Tashkent había "reconocido de buena gana
que se utilizaba tortura en la obtención de inteligencia".

La CIA y Premier se negaron a discutir las afirmaciones sobre los aviones.
El gobierno estadounidense, sin embargo, niega ser cómplice de cualquier
manera en torturas y dice que trabaja activamente para eliminar la práctica.

http://www.timesonline.co.uk/article/0,,2089-1357699,00.html

Traducido para Rebelión por Germán Leyens