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La dignidad de Chavez, la arbitrariedad de Uribe

Publie le Domingo 16 de enero de 2005 par Open-Publishing

Por Horacio Duque
Bogota, 16 de enero de 2005.

La dignna respuesta del Presidente Hugo Chavez frente a la violacion de l soberania bolivariana por el gobierno fascista de Uribe Velez

La dignidad de Chávez, la arbitrariedad de Uribe.

Entre la Republica Bolivariana de Venezuela y Colombia se ha suscitado un grave incidente diplomático.

Con abundantes pruebas en la mano, el Presidente Hugo Chávez, ha expresado su mas enérgica indignación por la absurda violación de la integridad y soberanía del Estado de la Republica Bolivariana de Venezuela, llevada a cabo por altos funcionarios del gobierno derechista de Uribe Vélez, en las acciones para secuestrar en Caracas un destacado líder de las FARC-EP, Rodrigo Granda Escobar.

Chávez ha enviado al gobierno colombiano una nota de protesta, ha retirado su Embajador en Bogota, ha suspendido todo tipo de acuerdo comercial y ha pedido disculpas públicas a Uribe, por la trasgresión de elementales normas del derecho internacional, que regulan las relaciones entre los Estados.

Sobre falsos supuestos y prejuicios que se derivan de su fanática estructura ultra conservadora, la administración de Uribe ha planificado y ejecutado el plagio de Rodrigo Granda Escobar, un veterano militante comunista que debió huir de Colombia por causa de la “guerra sucia” contra el partido Unión Patriótica, en una cafetería de la ciudad de Caracas. En el ilícito están involucrados altos oficiales de la policía colombiana, como autores materiales directos, y destacados funcionarios, como el Ministro de la Defensa y el Director de la Policía Nacional, como gestores intelectuales.

Para su ejecución se apropiaron más de 2 millones de dólares de partidas reservadas que se manejan discrecionalmente en la Presidencia de la Republica por el Secretario General, Bernardo Moreno, para sobornar militares y policías corruptos venezolanos que traicionaron a su patria y son procesados por los tribunales judiciales, después de una severa y eficaz investigación realizada por Jesse Chacon, Ministro del Interior y de Justicia.

Hechos todos que Bogota obstinadamente niega, pues, desde un comienzo difundió la versión de que a Granda se le capturo en la ciudad de Cúcuta. Afirmación que es respaldada por el Fiscal Osorio y el Procurador Maya, con argucias típicas de la cultura leguleya colombiana.

Tanto en Venezuela como en Colombia, es un hecho que el ciudadano Granda Escobar fue secuestrado en Caracas y trasladado esposado hasta la ciudad de Cúcuta, bajo la estricta supervisión de funcionarios muy cercanos a Uribe, pues así lo confirman las comunicaciones telefónicas desde la carretera, cuando el capitán de la policía colombiana, encargado del plagio, pidió instrucciones a Bogota, debido a las fallas mecánicas del vehículo utilizado en el operativo.

Todo se dio hollando la soberanía del vecino Estado, argumentando las mas deleznables doctrinas, como aquella que defiende la legitimidad del pago de recompensas y el soborno de funcionarios y ciudadanos de otra nación, para secuestrar enemigos del gobierno fascista de Uribe Vélez, como son los integrantes de las FARC, agrupación guerrillera que hasta el gobierno anterior de Andrés Pastrana, fue un interlocutor central del régimen político oligárquico imperante en Colombia, para resolver el prolongado conflicto armado nacional.

En la abundancia de episodios, frases, personajes y desatinos uribistas que acompañan este grave acontecimiento, conviene hacerse la siguiente pregunta ¿Cuáles son las causas y los procesos de mayor hondura que propiciaron (y propiciaran) estos desencuentros binacionales entre dos Estados de antagónica naturaleza política e ideológica?

A mi juicio, la matriz del choque entre los dos Estados esta en el olímpico desconocimiento que hace la camarilla uribista de empresarios, gamonales, paramilitares y generales, de la prolongada guerra civil colombiana, uno de cuyos actores principales son las FARC. El señor Uribe Vélez, un Presidente fuertemente anclado en las redes del empresariado mafioso y los aparatos violentos del paramilitarismo, supone la inexistencia del conflicto armado y la plenitud de la “democracia” en Colombia. Uribe, creyéndose un Mesías salvador con ínfulas de emperador, desarrolla una desmesurada arrogancia política y social, que trasciende las fronteras, lo que lo lleva a suponer que él es el país y casi el continente. Lo que es bueno para él y su camarilla, es bueno para el país y los demás en Latinoamérica y el Caribe.

Pero como no se puede tapar el sol con las manos, las FARC están ahí. Son un hecho político multiforme que emerge como contrapunto inevitable, frente al aparato de dominación de la obsoleta oligarquía colombiana.

A lo que es necesario agregar el visceral odio de la elite bogotana contra el Presidente Chávez y la revolución bolivariana. La clase gobernante de Colombia es invitada de primera fila en todas las componendas para derrocar al líder bolivariano. Intervino en el golpe del 11 de abril de 2002 y da refugio a Carmona, su actor principal. Promovió paros empresariales para extirpar el proceso revolucionario. Metió las manos en el referendo para inducir el triunfo de la Coordinadora Democrática. Y traslado a Caracas, cientos de paramilitares organizados por un General del Ejercito, para que asesinaran a Chávez. Todo en el marco de los planes diseñados por agencias gubernamentales norteamericanas -como la CIA-, empeñadas en aplastar el proceso bolivariano y sus amplias medidas de justicia social.

Obviamente el gigantesco intercambio comercial entre los dos países, que el año anterior alcanzo los dos mil millones de dólares, es un elemento que gravita en los pasos a seguir, después de la enérgica reacción del Presidente Chávez y los otros funcionarios venezolanos, que como en el caso del Fiscal Rodríguez, ha iniciado un proceso para extraditar al Ministro de Defensa colombiano por ser el autor del secuestro.

Bogota sabe que un colapso de las relaciones comerciales con el poderoso vecino petrolero debilitara aun mas su precario PIB del 3%, algo que complicaría la agenda de reorganización fascista de aparato estatal hasta tocar la reelección de Uribe para conducirla al naufragio.

Son previsibles nuevas intrigas instigadas por el gobierno norteamericano para socavar la unidad latinoamericana liderada por el Presidente Chávez, como el suceso del secuestro de Granda Escobar.

Es lo que tiene que impedir la solidaridad y movilización popular continental. Para lo cual es deseable una gran concentración latinoamericana en la ciudad de Caracas, como una manera de advertir a los imperialistas de Washington y sus marionetas de Bogota.

Es lo que enseña la dignidad cubana y su grandioso liderazgo en la persona de Fidel Castro. (EL TIEMPODP.16-01-05)


Fuente: Indymedia Colombia