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¡Hasta la vista, Baby! Skynet ya está aquí

Publie le Viernes 15 de julio de 2011 par Open-Publishing

Mientras que los cristianos en los Estados Unidos y en el mundo entero acuden a la iglesia para celebrar el martirio del señor y salvador, los predadores estadounidenses están volando silenciosamente por los cielos de otra tierra árabe, manteniendo en suspenso misiles infernales hasta estar seguros, pero completamente seguros, de que la caravana de una boda, o de un desfile o de un mercado o lo que sea que lentamente avanza por debajo de sus frías miradas tecnológicas, esté ligada a los terroristas que destruirán nuestro modo de vida. ¡Uf! Qué complicado. Pero, en fin, es de notoria dificultad tragar el pis y el vinagre, y mucho menos aguantarlos en la boca durante cualquier lapso de tiempo.

¿Y no pasó bastante tiempo ya para que los estadounidenses nos atragantemos con nuestra propia hinchada retórica, la constante y nauseabunda peristalsis de la basura totalitarista de Orwell que fluye de los agentes de la máquina de guerra denominada “Única Superpotencia”, la cual se refiere a EUA? En un escenario tras otro, mientras que los estadounidenses felizmente inconscientes seguimos alimentando nuestra pasión por las hamburguesas, por la serie de televisión “Amas de Casa Desesperadas” y por los medios de comunicación baratos, el imperio está sembrando las semillas de su propia destrucción y está adelantando su propia desaparición.

Estaría tentado a decir: “¿puede obtener un Amén?” Y terminar con esto (está completamente justificado y ya se ha demorado mucho tiempo) si no fuera por el hecho de que un imperio en agonía, al igual que un tiranosaurio amenazado, es mucho más peligroso en las últimas. Y las mentiras y contradicciones que están desmembrando al país y al orden global, siempre resultan en la mayor de las miserias para los abandonados y desolados tanto dentro de un país como en todo el mundo.

¡Salven a los niños! Bramen por los liberales rectos y las herramientas del imperio, a medida que los artilugios asesinan a los pobres niños negros y morenos y los Portadores de Democracia prohíben las protestas callejeras en las calles de Bagdad. Por qué los piratas aéreos sin corazón de la OTAN y sus manipuladores estadounidenses (como si hubiera alguna diferencia) creen que un nuevo ataque aéreo sería de alguna manera más preciso y menos mortal para civiles que cualquiera de las anteriores cuya criminalidad documentada amenaza igual que una nube radioactiva de polvo de uranio empobrecido por encima de innumerables víctimas que van pasando. ¿Aún alguien cree seriamente en esa hipocresía sobre “bombas inteligentes” y “armas de ataque selectivo”? Es peor que la teoría de la economía por goteo: posteriores décadas de devastación y nadie se molesta en cuestionar la premisa original.

Debemos intervenir para proteger los derechos humanos, gritan a viva voz los Internacionalistas Progresistas, quienes no ven la hora de ir por Aquel al que pueden apoyar completamente desde que sus héroes racistas impenitentes hicieron del mundo un lugar más seguro para la democracia hace un siglo. ¿En serio? Pero no se ha hablado acerca de una zona de exclusión aérea sobre Bahrain en donde la Quinta Flota se encuentra offshore o sobre la prisión al aire libre, es decir, Gaza, o sobre la desastrosa barraca de tiro al blanco que es el teatro de operaciones anteriormente mencionado, AfPak. Y, naturalmente, ninguna llamada para suspender vuelos desde, aproximadamente, las 800 bases estadounidenses dispersas por todo el mundo desde donde salen aquellos que disparan. Nadie supervisa a la Policía del Mundo. Siempre el tecnócrata obediente, El Obomber (mote para Obama) tipifica al infinitamente más potencial y peligroso hombre que dice que sí por encima de aquel del ideólogo.

Bienvenidos a la sociedad pos racial, alardeen a los entusiastas de un sistema electoral manipulado y empapado de dinero que finge democracia mientras lo socava en cada giro posible. Los estadounidenses no estamos interesados en una democracia genuina, no la experimentamos en absoluto en virtualmente ningún aspecto de nuestras vidas cotidianas, y no la reconoceríamos si saltara y nos mordiera nuestros congregados traseros de grasas trans.

Además, los derechos civiles son para los tontos llorones que todavía creen que la “democracia” se trata de poder hacer protestas en las calles. Es evidente que no recibieron el memo: Se trata de poder elegir tu marca de zapatillas favoritas o de tu elección por la cual las amas de casas se obsesionan. ¡Obvioooo! ¡Así se hace: “Nosotros” elegimos a un tipo negro! Pues, qué bien–Calígula eligió a un caballo. ¿Hay algo más racista que la lluvia indiscriminada de muertes que cae de los cielos por sobre las personas morenas que intentan dirigir sus propios países? ¿O las personas no se han percatado realmente del dinámico de George Carlin tan elocuentemente iluminado, que dios bendiga su alma inmortal: “ ¡¿Quiénes fueron las últimas personas blancas ( los alemanes), las únicas personas blancas a las que jamás hemos bombardeado?! ¿Y por qué? Porque estaban tratando de meterse en la obra que nosotros queríamos hacer. Querían gobernar al mundo. ¡Mentiras! ¡Pero qué se han creído! ¡¡Ese es nuestro maldito trabajo!! Los estadounidenses podemos continuar ignorando esto bajo nuestra responsabilidad, junto con la triste realidad de que aquellos que dejan caer las bombas son soldados reclutados que salieron de hogares en comunidades de pobreza, comunidades negras y morenas en donde la desigualdad es aplastante.

Orwell y Kafka perdidos en los argumentos miserables del Origen no pudieron haber construido tal horrible pesadilla. No hay discrepancia escrita aún que pueda rivalizar con el valeroso nuevo mundo en el que vivimos hoy en día. La peor parte de esto es que, mientras los aviones sin piloto patrullan los cielos, desde Libia hasta la frontera mejicana, hasta las calles de nuestras ciudades pobres en donde dos millones más habitantes de nuestro Prison Planet crecen (el más grande del mundo, otro triunfo estadounidense) en medio del horror, de debates que braman enfurecidos sobre cómo jalar un sistema roto, sobre cómo enriquecer más y mejor a los que ya tienen, sobre los valores del reciclado y la cerveza sin gluten. John Connor no regresa, amigos. Somos nosotros mismos aquellos por los que hemos estado esperando.

© 2011 Daniel Patrick Welch. Reprint permission granted with credit and link to danielpwelch.com. Translated by Silvana Mellino


Writer, singer, linguist and activist Daniel Patrick Welch lives and writes in Salem, Massachusetts, with his wife, Julia Nambalirwa-Lugudde. Together they run The Greenhouse School.. Translations of articles are available in over two dozen languages. Links to the website are appreciated.