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Liberación de Chabán: Un duro golpe a los muertos, víctimas, familiares y al pueblo

Publie le Jueves 19 de mayo de 2005 par Open-Publishing

Por Silvana Aguirre

Acuatro meses de la masacre de Cromañón, la “Justicia” vuelve a asestar un duro golpe a los muertos, las víctimas, los familiares, el pueblo. Pese a la poca confianza a la que esta “Justicia”nos tiene acostumbrados, nuestra indignación es cada día mayor: como si el dolor por la muerte de nuestros chicos no fuera suficiente, se libera a los responsables directos de la masacre. Se burlan impunemente de las vidas destruidas.

¿Cuál es la explicación de que se libere a Omar Chabán, dueño del boliche en el que mueren ciento noventa y tres personas?, es lo que nos preguntamos. Y al mismo tiempo recordamos: militares sueltos, corruptos excarcelados, asesinos que zafan, políticos que miran hacia otro lado. ¿Cuáles son los denominadores comunes a estas Injusticias?: El dinero y el poder.

La riqueza, las conveniencias político-partidarias, los argumentos arrastrados de los que no sólo quieren acumular más sino que no quieren perder ni un poco de plata, poder, status. Son los miembros honoríficos de la clase dominante, los que por conservar posiciones, nos someten a dictámenes pseudo-legales que aseguran la continuidad de un sistema económico, político, legal y comunicacional que los mantiene como privilegiados. Y después de haber cometido las peores injusticias, atropellos, robos, falsedades, salen a dar conferencias de prensa para apaciguar.

Desde enero de 2005 el Gobierno de la Ciudad está totalmente vallado: el palacio está sitiado. El aparato partidario del PJ ha protegido vergonzosamente a sus huestes capitalinas, y en pocos meses Ibarra volvió a mostrarse públicamente, mientras Kirchner y Duhalde compartieron el desembarco en la Ciudad y para salvar al partido negociaron su nueva conducción y sus cargos.

Con el cuento del plebiscito, Ibarra tomó al pueblo de rehén: o él, o Macri. Pero lo que quería salvar no era a él mismo. Era al PJ porteño -ese que una vez le dio el poder, y ahora se lo cobra- que se movió hábilmente para no perder el lugar.

Y queda por ver qué dice la “Justicia” de los funcionarios que -no hay dudas- son los mayores responsables del incendio, que se acusan entre ellos y, como ratas de barco que se hunde, niegan sus responsabilidades y se lavan las manos. Quieren que vaya preso algún policía -ni siquiera un inspector- o la banda de músicos, y quieren taparle la boca a la gente con el resarcimiento económico que pagará la Ciudad.

El entretejido de negocios e intereses de la clase dominante siempre hace lo mismo:

Miente, con los “políticos”.
Legaliza a los culpables, con la “Justicia”.
Roba nuestros salarios, con los “empresarios”.
Desorienta, con los “medios de comunicación”.

Y con esto asegura los lugares que perpetúan sus privilegios.

Pero sólo la lucha por encerrar a los culpables puede asegurarnos a nosotros: Nuestra Justicia, Nuestra dignidad, Nuestro lugar. A nosotros, que no vivimos para acumular dinero, privilegios ni poder. A nosotros para quienes la vida es otra cosa muy distinta y mucho más valiosa.

A nosotros, que por ser laburantes nos dejan la peor parte, nos cagan de hambre, nos castigan, nos meten siempre en el medio de sus negociados, nos quieren acostumbrar a callarnos.

A nosotros, que nos matan nuestros hijos: No nos pueden callar.


El Militante, Argentina
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