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LA HEBEGOGIA:CIENCIA DE LA EDUCACION DE LOS ADOLESCENTES

25 de febrero de 2011, 23:19, por Julio Ruiz

Independientemente de si es original o no el término, cuestión que no creo haga perder el sueño a Carmen ni a Faustino, lo importante es que no existe, o está muy bien guardada, una buena sistematización acerca de los trabajos teóricos que intentan explicar cómo, qué, cuándo, bajo cuáles condiciones, aprenden o no las personas muy jóvenes que han superado la edad infantil, a las que impropiamente, casi despectivamente se les ha dado en llamar "adolescentes". ¿De qué adolecen?. Tampoco existe tal sistematización teórica para el eprendizaje en jóvenes. Quizás por eso las cátedras universitarias son detentadas por peritos, técnicos, no educadores/as; en tanto que las cátedras liceístas son tenidas por maestros y maestras entrenados/as como peritos en diferentes ciencias más que como facilitadores eficaces de aprendizajes especializados en personas de edad postinfantil. Considero que la mayoría de los problemas de la educación en mi país (Venezuela), Abya-Yala y resto del mundo, tienen como centro lo poco acertado del trabajo de los/as educadores/as -y conste que soy educador- respecto a sus destinatarios/as. Y el trabajo educativo, por ser con personas, esto es, con los seres vivos conocidos más complejos, es sumamente difícil, especializado, profesional. Contrastan los niveles de avance en ciencias como la ingeniería genética, la robótica, la computación y la medicina... solo por señalar algunos ejemplos, y la educación. La educación pareciera ser siempre la "hermana pobre" de las demás ciencias, a la última que le llegan recursos, la que menos aportes hace al conocimiento, la que menos aplicaciones de descubrimientos tecnológicos aplica en su accionar concreto, la que en pleno Siglo XXI sigue usando metodologías y técnicas anteriores al Siglo XX. Será porque después de todo las personas, o más bien algunas pocas personas, pese a los muy toscos métodos de enseñanza actuales terminan por aprender. De manera que la simple preocupación de Carmen, Faustino y otros/as debe ser no solo saludada, sino secundada. Es hora de hacer de cada escuela un instituto de investigación aplicable y aplicada en materia educativa. Es hora de especializarnos, de tomar con absoluta seriedad la complejidad teórico-práctica que el trabajo educativo entraña. Más allá de las autorías, la cuestión seria está en hacer buena praxis educativa. Cualquier educador/a consciente de su deber ante la sociedad sabe que él/la no es un/a mero/a transmisor de conocimientos (la televisión suele hacer ese trabajo con más eficacia que la mayoría de los/as maestros/as); es un formador de personalidades, un/a facilitador/a para la educción o afloramiento de las mejores potencialidades humanas. En ese camino estamos, queridos/as colegas. Un saludo a todos/as los/as educadores/as preocupados/as por hacer un mejor mundo a través de su trabajo.