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“MODERNISMO DE LA MASCULINIDAD”. DOCENCIA ES SINONIMO DE DECENCIA

5 de febrero de 2009, 13:28, por CARLOS MENDOZA

Los últimos templarios
Ocho siglos después de creada, la Orden de los Caballeros Templarios mantiene sus espadas en ristre en defensa de la fe. Pero, claro, solo en sentido figurado. Sus miembros –que ahora también incluyen a peruanos– se dedican más bien a labores filantrópicas.

Por Marco A. Sánchez.
Fotos: Claudia Alva.

Es difícil creer que no exista nada de secreto en la Soberana y Militar Orden de los Caballeros Pobres de Cristo y del Templo de Jerusalén, milenaria institución del cristianismo y brazo armado de la Iglesia, por dos siglos. Y es difícil creer que entre los herederos de estos guerreros de leyenda, existan también limeños que –literalmente- blanden espadas por la fe católica.

Los templarios peruanos guardan la tradición de vestir túnica blanca con la cruz de Malta roja, tienen una escala de grados y cruzan espadas en sus rituales. Si sus antepasados recuperaban en guerras los lugares santos, los de hoy construyen tanques de agua para niños pobres.

"Un templario jura defender a los débiles, además de desarrollar el temple interior y permanecer en la fe de la Iglesia Católica", explica el psicólogo y maestro universitario Ramiro Gómez Salas, responsable de la Encomienda peruana de la Orden que agrupa a cinco mil templarios en el mundo.

Abierta recién en febrero del 2005, la Encomienda agrupa a 14 templarios nacionales y pronto recibirá a dos más. Incluso ya existe un expulsado. Sucede que muchas personas –explica el Comendador– quieren encontrar misterios y secretos en la Orden. Y no los hay, asegura.

Los templarios solo se reúnen los lunes por la noche para leer, filosofar y discutir la inclusión de nuevos miembros. Quizá el máximo secreto sea conocer su templo, privilegio que no pueden compartir con extraños ni periodistas.

Mitos y traseros

En su oficina de una universidad, Gómez Salas explica que la Orden que representa es la oficial, tanto así que agrupa a sacerdotes. Aunque la Iglesia Católica no los reconozca… desde hace seis siglos.

Pese a los complejos ceremoniales, los caballeros templarios de hoy son gente que se reúne para leer, filosofar y ayudar a los más pobres y desvalidos.

La Orden fue creada entre 1119 y 1120, cuando el noble francés Hugo de Payens se ofreció para controlar los caminos santos y las rutas a Oriente, infestados de bandoleros y musulmanes. El Papa les dio espacio en el Templo de Salomón, en Jerusalén. De allí su legendario nombre.

Al principio eran nueve, todos nobles que participaron en varias cruzadas, hasta que, en el siglo IV, el papa Clemente los desterró, acusándolos de herejes. "Los caballeros tenían contacto con musulmanes, por intercambios políticos y bélicos, y hubo apertura hacia ellos, respetando sus credos. La Orden ya tenía gran riqueza, flotas navales y creó lo que hoy es el cheque bancario. Por ello, los reyes y el Papa los acusaron de secretismo, para despojarlos de todo", relata Gómez.

"Se acusó al Temple –continúa– de actos homosexuales, y se decía que una parte de la ceremonia de admisión era besar el trasero del Gran Maestre. Esto era un mito". Para la época, según el psicólogo, lo anal era demoníaco. También se decía que adoraban a Bafomet, demonio de origen musulmán.

"Pero todo fue falso. El propio fundador Jacques de Molay, al ser quemado vivo, volteó la mirada a la Catedral de Notre Dame". Tras ello, todos los reyes persiguieron a los templarios, que huyeron a España, Escocia y Portugal. En la Primera Guerra Mundial, aparecen documentos templarios en Portugal, y el noble Pinto da Fontes los abre al mundo. Su hijo actualmente es el Gran Maestre.

En el Perú, y en ausencia de la orden oficial, surgieron grupos neotemplarios, como la Orden del Templo de Jerusalén. Gómez Salas asegura que tuvo contacto en Francia con la Orden, que le encargó fundar la Encomienda peruana, que también existe en México, Chile, Paraguay, Brasil y Venezuela.

"Está claro que no tenemos rituales esotéricos o misteriosos que contradigan la fe católica. Nos hemos mantenido en la Iglesia y ese ritual del demonio que pedía besar el trasero por fidelidad es solo un mito. El Temple fue siempre fiel a la Iglesia. Y esperamos que algún día la Iglesia nos restituya".

Para ser templario, solo existen tres requisitos: ser creyente, católico y no arrastrar conducta inmoral o reñida con la ley. Si el candidato los cumple, es admitido como novicio o escudero.

Por supuesto que no puede ser templario quien pertenezca o haya pertenecido a cualquier organización iniciática o misteriosa, como masones o rosacruces.

Pero si los caballeros fueron la milicia armada de Roma, ¿qué función tienen ahora? Aparte de recuperar documentos sobre su historia, son cruzados de la fe cristiana y luchan por el respeto a la vida y por la justicia.

Los grados templarios son tres: Escudero, Sargento y Caballero. Estos últimos pueden ser oficiales de Capítulo, Ecónomos, Oficiales de Reclutamiento, Canciller, Senescal (segundo) y Encomendador, grado máximo en una encomienda.

"De la milicia no queda nada –explica el moderno cruzado–. Nuestra vestimenta y la espada de doble filo simbolizan solamente la fuerza para defender la fe y la espiritualidad".

Estas cofradias asquean corrompen los ethos Universitarios de que moral puede hablar este fulano... si lo que le sobra es la falta de justicia y ética.

Estuve buscando por la foto quien era; debes incluir que es peruano porque tiene un homonimo en México y otro en Venezuela.

Saludos de Chile

CARLOS MENDOZA
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