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El Papa se opone en Italia a la fecundación asistida y en España lanza a sus peones de brega contra el matrimonio homosexual

Publie le Lunes 13 de junio de 2005 par Open-Publishing

Poquito a poco como buen estratega, dejando a sus masas abrir brechas antes de pisar y consolidar terreno conquistado, negociando ayudas con las fuerzas políticas de extrema derecha, el nuevo Papa ha empezado a hacer política. En Italia sus episcopales han recomendado el boicot en un referéndum sobre tecnología genética que necesita una participación mínima del 51% para ser considerado. Después de la campaña inicial de los prelados, Mefisto se manifestó también en contra. Se pregunta sobre la fecundación asistida, la investigación de las células madre y los derechos del embrión. En España, la batalla es más brava y la alianza con el Partido Popular se está consolidando. La Iglesia reclama la eliminación del matrimonio homosexual y la derecha neofascista exige la paralización inmediata de todas las conversaciones y negociaciones para acabar con la violencia y llegar a un acuerdo político en el País Vasco...

Tanto en Italia como en España la polémica trasciende los hechos concretos y alcanza una definición sobre la “esencia católica” del país. En Italia, siguiendo la tradición de la democracia cristiana de la posguerra, “vota demócrata, vota cristiano”, se reclama la obediencia desde los púlpitos.

En España, la “familia cristiana” centrada sobre una mujer dependiente y procreadora reclama el monopolio social. La Iglesia española se ha colocado inmediatamente en la estela de una movilización que ha consagrado la Unidad de la Patria “Grande y Libre” del franquismo más violento, y ha exigido el monopolio de la historia y la consagración del saqueo de Cataluña por el ejército fascista.

“Estoy cerca de ustedes con la palabra y la oración. Aquí no trabajamos por los intereses católicos sino por el ser humano que es la criatura de Dios”, ha dicho Mefisto, no para relativizar los “intereses católicos” sino para universalizar, por la fuerza si es preciso, su doctrina.

También en Italia se consolida una alianza política con la extrema derecha. El boicot de la Iglesia Católica es apoyado por la mayoría de la Alleanza Nazionale y por Forza Italia de Berlusconi, además de por diversos partidos democratácristianos.

Mefisto, después de meterse bajo la concha para bandear las protestas originadas por su proclamación ha asomado la cabeza de nuevo. Y no volverá a esconderse.

La iglesia conduciendo ovejas, de espaldas al pueblo.


Agencias/ inSurGente