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Terrorismo antiislàmico en Irak, terrorismo por hambre en Níger

Publie le Domingo 24 de julio de 2005 par Open-Publishing

Por Eduardo Andrade Bone

Los atentados terroristas de mayor impacto propagandístico manejados por la CIA y su red de colaboradores clandestinos, ha producido un saldo de un poco más de 3 mil muertos el 11- S, en los atentados de Madrid (Atocha) las víctimas fueron 200 y en las acciones terroristas de Londres, se han producido un número cercano a los 60 muertos. En Egipto los atentados cobraron la vida de alrededor de 90 personas. La mayor parte de los muertos eran gente sencilla, gente inocente.

En la cadena de atentados que se comienzan a producir desde el momento que se realizaba la cumbre del G-8 en Gleneagles (Escocia), todos los dardos, sospechas y investigaciones están dirigidas hacia el mundo musulmán y sus líderes religiosos. Para los modernos e inefectivos servicios de inteligencia británicos, los autores de los atentados ocurridos estos últimos días, provienen de grupos de fanáticos religiosos islamistas y de ningún otro lugar.

El investigador, escritor y periodista Michael C. Ruppert, escribió el libro Crossing the Rubicon, donde destaca que el principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre es nada más y nada menos que el Vicepresidente de Los Estados Unidos Dick Cheney. Cheney en ese entonces, era el jefe de los Servicios Secretos americanos, que tenía bajo su control todas las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, en el fondo el colaborador del terrorista G.W. Bush, era una especie de comandante en jefe y tenía el control supremo sobre las Fuerzas Armadas norteamericanas.

Pero los propios medios de comunicación americanos, han sindicado no sólo a Cheney con los atentados del 11- S, sino que también al diabólico Donald Rumfelds. De allí que no sería extraño que en estos últimos atentados una vez más estuviera involucrada la mano negra de la CIA y el Pentágono yanqui, pero la prensa al servicio de la campaña del terror desatada por el eje anglo norteamericano, nada dice o investiga al respecto.

Ahora de acuerdo a informaciones elaboradas por Irak Body Count y Oxford Research Group en base a la recopilación de más de 10 mil informaciones de prensa, desde la ocupación terrorista y genocida del eje anglo norteamericano, han muerto en Irak hasta marzo del presente año 24.865 civiles. El 37% de los muertos han sido por obra directa de las fuerzas militares de la coalición de criminales que han invadido el territorio de Irak, con el objeto de controlar las reservas petroleras, que se han transformado en el objetivo mayor para dominar el mundo.

El estudio destaca además que la resistencia a la ocupación, sería responsable del 9,5 % de las muertes y que un 36 % se debe a acciones de tipo delictivo. También se destaca que un 82 % de las víctimas eran adultos varones y un nueve por ciento mujeres mayores de edad, mientras que uno de cada diez, tenía menos de 18 años. Alrededor de cada 200 civiles muertos no había cumplido aún los dos años de edad.

De allí que las muertes por la acción criminal de las fuerzas terroristas que ocupan Irak, no tienen ninguna comparación con los auto atentados terroristas propiciados por la CIA, el Pentágono y los demás servicios de inteligencia que colaboran con los Estados Unidos, en especial los marroquíes, paquistaníes y egipcios. Para la prensa occidental que despliegan una gran campaña antiterrorista, no existen los muertos producidos por las fuerzas militares que ocupan Afganistán y Irak.

Dick Cheney es uno de los hombres de la Casa Blanca, que mejor conoce de las actuales existencias mundiales de petróleo. El propio Cheney ha expresado que "está será una guerra que no tendrá fin mientras vivamos". Se trata pues de una guerra en pos de los últimos recursos de hidrocarburos en el mundo. La disfrazada guerra contra el terrorismo, es en realidad una guerra por el control total de los recursos energéticos del planeta. Para Dick Cheney y la pandilla de genocidas que gobierna desde la Casa Blanca nada le importa la muertes de gente inocente en los atentados a que hacíamos alusión antes, y las masacres que llevan a cabo en Irak.

Mientras tanto, tan solo hace algunos días atrás, en un comunicado emitido por el subsecretario para Asuntos Humanitarios de la ONU, Jean Egeland, denunciaba que 2,5 millones de personas viven con menos de una comida al día y que 250 mil personas pueden morir por el terrorismo del hambre en Níger, país del oeste de África. De allí que instó a la comunidad de donantes a hacer efectivas sus contribuciones para ayudas de emergencias y que consiste en la recaudación de 30 millones de dólares. En mayo pasado la ONU solicitó 16 millones de dólares, de los cuales todavía no se logra recaudar ni siquiera 10 millones de dólares.

Según Amnistía Internacional, los encuentros del G-8 no han servido para nada útil, y en el fondo están más preocupados de vender armas que resolver los problemas derivados del terrorismo del hambre y la pobreza en el mundo. Los países que forman parte del G-8 son los responsables directos del 84 por ciento de las ventas de armas en el mundo.

Por otro lado, el diario San Francisco Chronicle denunciaba que a los contribuyentes estadounidense, la guerra genocida y terrorista desatada en Afganistán y Irak, les ha costado más 314 mil millones de dólares. Ahora para un centro de estudios de la ciudad de Washington señala que la agresión a Irak podría superar los 700 mil millones de dólares, más de todo lo que se gasto en Corea y Vietnam.

San Francisco Chronicle destaca que las dos intervenciones militares terroristas y genocidas costarían entre 1.500 millones y 4 mil millones de dólares por mes. Ahora la Casa Blanca debe destinar cada 30 días 8 mil millones de dólares para intentar someter al pueblo iraquí, que ya le ha costado a los Estados Unidos 1.770 soldados muertos.

De allí que países como Níger, deben enfrentar cada día el terrorismo despiadado del hambre. Níger necesita 30 millones de dólares para paliar en parte la situación del no tener que comer cada día, mientras los señores de la guerra se gastan miles y miles de dólares cada hora, para establecer el control del petróleo y someter a los pueblos de la región, además de vender y vender armas.

Para el caso del hambre en Níger, en África, la pobreza en Asia y América Latina, no existen reuniones urgentes del Consejo de Seguridad de la ONU, ni grandes despliegues propagandísticos, ni medidas legales que permitan terminar con el flagelo de estas lacras, que han sido creado por los grandes capitales trasnacionales el mundo financiero internacional, y la industria de la guerra.

Los mismos países que han saqueado por siglos el continente Africano, no tienen la más mínima sensibilidad ante la herencia que ellos mismo han dejado. A Gran Bretaña, Francia, Holanda, Portugal, Bélgica, Italia, Alemania, España y los Estados Unidos, poco o nada les importan la suerte del continente africano, el hambre y la pobreza en el mundo. Más importante son sus mezquinos intereses y el control de cada uno de los recursos naturales del planeta, para así mantener el derroche de sus enloquecidas sociedades de consumo.

Ahora toda la campaña del terror y las medidas represivas para fortalecer el Estado policial global, forman parte en primer lugar den toda una política antiislamista, anti musulmana, que es el eslabón más débil para imponer su dominio sobre el planeta.