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El Estado francés rehabilita a los criminales de la organización de extrema derecha OAS

Publie le Lunes 20 de junio de 2005 par Open-Publishing

Argelia condena glorificación de pasado colonialista francés

Por Antonio Cuesta

Han pasado unos pocos años y el estado francés ya quiere reivindicar su pasado colonialista, según una ley aprobada el 23 de febrero de 2005.

El texto trata de negar los crímenes y de rehabilitar a los asesinos de la guerra en Argelia entre 1954 y 1962.

El próximo 6 de julio el ayuntamiento de Marignane (en la periferia de Marsella) tiene previsto inaugurar un monumento en memoria de Roger Degueldre y realizar una manifestación recordatoria de los caídos de la OAS (Organización Armada Secreta).

Degueldre fue el creador de los comandos Delta, de la organización paramilitar de extrema derecha OAS, durante la guerra contra Argelia.

Condenado a muerte por el Tribunal Militar de Justicia, fue fusilado el 6 de julio de 1962.

El anuncio de este homenaje suscitó la indignación en la sociedad argelina y numerosas organizaciones de ese país alzaron su voz contra lo que consideran "la negación de los crímenes coloniales animado por la ley del 23 de febrero".

Asociaciones de defensa de derechos humanos y de lucha contra el racismo, convocaron a realizar mañana un acto de protesta contra la tendencia en "el sur de Francia de exhibir, cada vez más ostensiblemente, monumentos y placas que llevan el nombre de asesinos de la OAS erigidos en héroes y en víctimas".

Entre esos organismos figuran la Liga de los Derechos del Hombre y el Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos, la Liga de la Enseñanza, la Asociación de los Amigos de Max Marchand y Mouloud Feraoun y el Colectivo de Historiadores contra la ley de febrero de 2005.

Esta actitud reivindicativa del colonialismo no es francamente nueva, pero hasta el momento se había limitado a nostálgicos de la "Argelia francesa", cuyas provocaciones no sobrepasaban una suerte de folklore macabro sin alcance político real.

Una controvertida ley francesa de febrero pasado ordena a los profesores de Historia, en su artículo cuarto, a reconocer "el papel positivo de la presencia francesa en ultramar, particularmente en África del Norte".

En otra parte (artículo 13) rehabilita a los antiguos miembros de la OAS, establece indemnizaciones a los que fueron condenados y encarcelados o a quienes huyeron al extranjero, y les devuelve los derechos de los que habían sido privados.

Para la prensa argelina, esta ley convierte a los asesinos en víctimas y exonera a los autores y responsables de crímenes monstruosos, al tiempo que entierra las responsabilidades del Estado francés respecto a la tortura y los atropellos cometidos por el ejército en Argelia. Así Francia salda su pasado imperialista.

La "Declaración de Argel", firmada por el presidente galo, Jacques Chirac, en marzo de 2003, pasa de tratado de amistad entre ambas naciones a papel mojado.

En ese sentido, se considera que ese gobernante juega a dos barajas: por una parte, estrechando la mano a ex combatientes del Frente de Liberación Nacional argelino (FLN), y por otra, trabaja para que los nostálgicos del colonialismo tengan un lugar de memoria nacional.

Hasta el momento, el ejecutivo argelino ha guardado oficialmente silencio sobre ésta polémica.

Pero las declaraciones de Abdelaziz Belkhadem, secretario general del FLN, ex ministro de Asuntos Exteriores y actual ministro de Estado (representante personal del Presidente), en las que advierte de los problemas que se podían derivar de tan polémica Ley, podrían significar, sin dudas, la postura oficiosa del gobierno de Argelia.

Belkhadem responsabilizó al Parlamento francés por haber adoptado una medida que podría echar por tierra "el difícil restablecimiento de las relaciones entre Argelia y Francia", y además condenó "con la firmeza más grande esta voluntad de justificación de la barbarie".

En los próximos días, otros partidos e incluso el propio gobierno argelino podrían corroborar esta misma postura.

Voces en Francia

Del mismo modo resulta iluso pensar que la ley de febrero fuera presentada, debatida y adoptada por el Parlamento sin el aval de Chirac ni el consenso de las fuerzas políticas de la derecha francesa.

Sin dudas, se trata de un guiño a cierto electorado cuya aportación podría ser decisiva de cara a próximas consultas, pero también voces honestas se alzan contra esta política llamada "negacionista" del pasado colonial.

Claude Liauzu, historiador y profesor emérito de la Universidad de París "Denis-Diderot", y los historiadores Gérard Noiriel y Gilbert Meynier, iniciaron un movimiento de protesta contra la Ley de febrero.

En una entrevista concedida al periódico francés Liberation el pasado 10 de junio, Liauzu aseguró que existe un "movimiento evidente de rehabilitación del colonialismo".

Igualmente recordó el papel de lobby que ciertas asociaciones ligadas a antiguos luchadores de la OAS han realizado desde 2003 con la llegada al poder del anterior primer ministro Jean-Pierre Raffarin.

Estas organizaciones consiguieron que la Ley fuera aprobada con sus condicionamientos y han logrado multiplicar los monumentos que glorifican a la OAS, por diversas ciudades del país como Toulon, Niza, Théoule-sur-Mer y Perpiñán.

Para el historiador se trata de grupos de extrema derecha que tienen en el corazón de su doctrina la noción de raza, y afirman la superioridad de "la civilización blanca" sobre "las razas inferiores".

Al referirse a los lugares donde se hallan estos monumentos y donde se han realizado los actos de homenaje, Liauzu advirtió que "se trata de ciudades del Sur en las cuales se instaló el núcleo duro de los repatriados" de Argelia, y por ello las fuerzas políticas de derecha evitan perder votos que puedan ser preciosos en la situación actual.

Y añadió que "la amnistía de los miembros de la OAS prohíbe acusarlos y perseguirlos, lo que es un modo ejemplar de instalar la amnesia".

Por todo ello, desde su grupo piden que se prohíba la inauguración del monumento de Marignane y se congelen los polémicos artículos de la Ley.

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