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Aún cuando llevo 19 años fuera de Colombia, sigo siendo colombiano hasta la médula

Publie le Viernes 17 de diciembre de 2004 par Open-Publishing

Jairo Muñoz Delgado, antropólogo físico y doctor en psicología en el área de neurociencias de la conducta, es miembro fundador de la Red Caldas de Investigadores y Científicos Colombianos en México. Nubia de la Roche lo entrevistó sobre su labor en este país.

Conexion Colombia: ¿Cómo nació su proyecto de investigación sobre la conducta de los primates?

Jairo Muñoz: Mientras estudiaba psicología en la Universidad Católica en Bogotá recibí una materia llamada Etología. Allí nació mi interés por el desarrollo mental lo que requiere hacer estudios a través de las especies porque es un proceso que evolucionó. Con esa idea inicial llegue al Instituto Nacional de Psiquiatría aquí en México y por supuesto fui acotando mi pensamiento supremamente ambicioso y redefiniendo los temas a investigar.

He sido invitado a la Universidad de Tuebingen, Alemania, donde adquirí entrenamiento en ritmos circadianos y actualmente tengo un proyecto que dirijo en colaboración con esa Universidad; trabajamos aspectos de cronobiología y ecología de la conducta, una subdisciplina reciente denominada Cronoecologia de la conducta que estudia cómo las variables geofísicas y del ambiente intervienen en los procesos internos del organismo como los fisiológicos y conductuales y sus alteraciones.

C.C.: ¿En su trabajo profesional ha mantenido vínculos con Colombia?

J.M.: He mantenido fuertes vínculos con Colombia. En principio con el Centro de Estudios Cerebrales de la facultad de Salud de la Universidad del Valle, en Cali. Allí estuve con el Dr. Hernán Pimienta y la Dra. Martha Escobar realizando algunos cursos; posteriormente los invité a México a un coloquio sobre Primates del cual editamos un libro con un capítulo escrito por ellos. También hemos tenido estudiantes colombianos haciendo sus estancias de investigación aquí en nuestro Instituto de Psiquiatría.

Actualmente estoy trabajando en estrecha colaboración con el Grupo NEUROS dirigido por el Dr. Carlos Moreno B, de la Facultad de Medicina de la Universidad del Rosario. Recientemente publicamos un artículo científico y un capítulo de "Psiquiatría", obra editada por Manual Moderno y la OPS.

Estamos iniciando una colaboración para hacer estudios sobre Sueño y agresión en relación a ciclos biológicos y conducta agresiva en primates humanos y no-humanos y seguiremos con el objetivo de estudiantes e investigadores que harán estancias aquí en México y quizá en Colombia.

C.C.: ¿Cómo es su vida cotidiana en México?

J.M.: Es muy interesante, en el sentido que regularmente me divierto en todos los aspectos de la cotidianidad.

Mi compañera de vida es Nuria, una linda mujer que sabe ser amiga, confidente, y me apoya en mi vida profesional. Ella está haciendo su doctorado y trabaja en aspectos relacionados con el tabaquismo; también hace investigación, por ende son divertidas nuestras discusiones. Nos gusta viajar, lo cual tratamos de hacer un par de veces al año.

A mi particularmente me gusta nadar y lo hago diariamente; juego fútbol el fin de semana con un grupo de compañeros del Instituto, actividad que es para mí lo que eran los recreos cuando estaba en el colegio. Nos gusta hacer reuniones o “fiestitas” en la casa y en particular nos divierte y disfrutamos ver el color y beber vino tinto.

C.C.: Usted estuvo vinculado desde el inicio a la formación de la Red Caldas de Investigadores y Científicos Colombianos en México. Entendemos que les gustaría vincularse a la Casa Colombia con proyectos propios de difusión de la imagen científica y académica de los colombianos en México. Coméntenos al respecto.

J.M.: La interacción permanente hace respirar la producción científica y la Red Caldas brindó esa oportunidad. A mi personalmente me gustaría volver a reunirme en la red y estoy pensando en ello.

La Casa Colombia como centro de difusión de la cultura, el arte y la ciencia es un hecho bien sustentado y nosotros como científicos tenemos el compromiso de retribuir a nuestro país el conocimiento que hemos venido adquiriendo. Desde acá podemos aportar técnicas, métodos, teoría y formación de recursos humanos que se nutran de nuestras experiencias.

Aún cuando llevo 19 años fuera de Colombia, sigo siendo colombiano hasta la médula y creo en nuestro país. Colombia no tiene problemas con la capacidad humana, los problemas de Colombia son de otro orden. Pero para poder resolver los problemas agudos del país necesitamos generar conocimiento científico en todas las áreas, necesitamos un país alfabeta. A eso quisiéramos contribuir desde acá y la Casa Colombia es un espacio ideal para impulsarlo.

C.C.: ¿Qué le hace falta de allá?

J.M.: Me falta el país.

C.C.: ¿Qué país desearía entregar a nuestros niños colombianos? ¿Qué tan cerca estamos de llegar a él?

J.M.: Un país saludable, sin las carencias que Colombia sufre hoy. La carencias sociales no se solucionan en reuniones internacionales, ni pontificando en el Congreso, ni con la desprestigiada clase política; se solucionan trabajando con intensidad, con dedicación, con el overol puesto, y esto lo digo no en sentido figurado sino el sentido estricto de la palabra.

El país alcanzará esos niveles cuando le den importancia al desarrollo científico y tecnológico que parta de iniciativas internas y no de ideas impuestas o importadas. Estamos cerca si se da un giro en el sistema de pensamiento que recurra al talento y la capacidad de la gente en el país.