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¿Matar a Chávez?

Publie le Domingo 13 de marzo de 2005 par Open-Publishing
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Por Ignacio Ramonet

Roger Noriega

Roger Noriega, el sub-secretario de Estado norteamericano para América latina, declaró el pasado 13 de febrero, en el canal CNN en español, que « es causa de preocupación de nuestros socios en las Américas y también para la gente venezolana » la adquisición por el gobierno del presidente de Venezuela Hugo Chávez, de un lote de 100 mil fusiles de asalto AK-47 y de 40 helicópteros a Rusia. Añadió que el « rearme de Venezuela es muy preocupante ». Ya en enero, la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había acusado a Hugo Chávez de ejercer « una influencia desestabilizadora en Latinoamérica ». Y el propio presidente Bush, en diciembre 2004, insistió en que esas compras de armas « deberían ser un motivo de preocupación para los venezolanos ».

Venezuela, uno de los principales abastecedores de hidrocarburos de Estados Unidos, ha desmentido que se encuentre en una carrera armamentistica y ha recordado que Washington se niega a venderle los repuestos para sus cazas de combate F-16 por lo que Caracas está pensando en comprar aviones Mig a Rusia y Toucan a Brasil.

Pero esta nueva ofensiva verbal confirma la voluntad estadounidense de hostigar al presidente Chávez. Su clara victoria electoral en el referéndum revocatorio del 15 de agosto de 2004 ha demostrado que cuenta con el apoyo mayoritario de los ciudadanos. Cosa que se volvió a demostrar en los comicios regionales de octubre pasado. Ninguna maniobra sucia - ni siquiera la tentativa de golpe de Estado de abril de 2002 apoyada por Washington - ha conseguido frenar el proyecto de transformación social, en un marco de democracia y libertad, que está impulsando Hugo Chávez. Y su éxito personal en el Foro Social de Porto Alegre, donde más de quince mil jóvenes entusiastas aclamaron su discurso, lo ha convertido en la figura de proa de toda la izquierda latinoaméricana.

Razón mas que suficiente para que los halcones de Washington acentúen sus presiones contra él. Aún no han colocado a Venezuela entre los « seis bastiones de la tiranía mundial » pero se percibe que ya encabeza la lista de espera. Y aunque todavía no se atreven a usar contra Caracas el ahora habitual argumento de poseer « armas de destrucción masiva » ya vemos cómo están tratando de convertir, mediante una ofensiva de propaganda mediática, un lote de armas ligeras en un « peligro para la seguridad del hemisferio »...

Hay que temer que la próxima etapa sea el crimen de Estado, el asesinato de Hugo Chávez. El vicepresidente venezolano José Vicente Rangel ha exhibido fotografías que demuestran la existencia en Homestead, Florida, de un campo de entrenamiento de paramilitares destinados a incursionar en Venezuela y que actúan sin problemas con las autoridades estadounidenses. Algunos de estos terroristas ya están obrando en territorio venezolano. Prueba de ello : el 2 de mayo del año pasado, fue detenido en los alrededores de Caracas un grupo de 91 paramilitares colombianos, ligados a la CIA , cuyo objetivo principal era matar a Chávez. El jefe del grupo, José Ernesto Ayala Amado « comandante Lucas » admitió, según su propia confesión, que su misión consistía en « cortar la cabeza de Chávez ».

En las filas de la oposición se estimula esta vía del magnicidio. E l 25 de julio de 2004, en pleno debate sobre el referéndum revocatorio, el ex-presidente Carlos Andrés Pérez, en una entrevista publicada en El Nacional , diario de Caracas, no dudó en confesar : “Estoy trabajando para sacar a Chávez [del poder]. La violencia nos permitirá sacarlo. Chávez debe morir como un perro.”

Otro opositor, Orlando Urdaneta, el 25 de octubre de 2004, en el canal 22 de Miami dio orden, en directo, a los suyos de pasar a la acción: « La única salida para Venezuela es que hay que eliminar a Chávez : una persona con un fusil y mira telescópica, y ya está. »

El reciente asesinato del fiscal Danilo Anderson deja claro que no se trata de palabrería. Y que halcones de la talla de George W. Bush, Condoleezza Rice o Roger Noriega retomen ahora, a su vez, las amenazas es signo innegable de que el proyecto de matar a Chávez está en marcha. Es tiempo de denunciarlo para disuardirlos de llevarlo a cabo. Si no, por las venas abiertas de América latina, volverán de nuevo a correr rios de sangre.


Le Monde diplomatique, edición española

Mensajes

  • Siendo un lector asiduo de la publicación del señor Ramonet rogaría a éste, y a los miembros de la redacción de Le Monde Diplomatique, que se tomasen un poco más en serio la labor de documentación de sus artículos; en especial cuando hacen referencia a la compra, desarrollo o utilización de diferentes sistemas de armas.

    Comenten con demasiada asiduidad fallos inexcusables cuando mencionan y citan compras o partidas de armas, y proporcionan la excusa perfecta para desechar toda una tesis –que puede ser, de hecho suele ser, perfectamente válida- amparándose en un error perfectamente subsanable y fácilmente evitable. Bastaría con tener unos mínimos conocimientos al respecto o molestarse en consultar algún libro o publicación sobre el tema. Por otra parte este tipo de errores garrafales, y de bulto, suelen ser comunes a la mayoría de los Media Mass, pero uno esperaría de personas de la lucidez del señor Ramonet algo más de seriedad al respecto.

    Venezuela no va acomprar ningún AK 47 a Rusia. Va a comprar unos 100.000 AK 101 y AK 102 a Rusia por unos 40 millones de dólares. LA diferencia es sustancial. Puede parecer una tonteria pero es un error muy grave, aunque bastante extendido. Actualmente el AK 47 esta totalmente desfasado. Es como confundir adinistraciones presidenciales.

    El AK 47 dejo de ser fabricado en la URSS en 1973-74, siendo sustituido por el AKM y el AKS 74 en dicho segmento. El AKM es un desarrollo del AK 47 dotado de varias mejoras, incluido un reductor de cadencia cíclica para hace controlable el arma en fuego automático, un compensador y un uso profuso de estampaciones de acero u piezas de plástico. El AKM es un desarrollo del AK 47, comparte elementos del mismo, pero es en definitiva un fusil de asalto diferente.

    El AKS 74 fue la respuesta soviética a la tendencia el los ejércitos occidentales hacía la reducción de calibres, hacía los fusiles más ligero, y hacía una mejora de las prestaciones de los fusiles de asalto en fuego sostenido y capacidad de municionamiento. Esta tendencia dentro de los ejércitos occidentales podría estar ejemplificada por la transición dentro del ejército de EE.UU. desde el fusil M14 al fusil Armalite AR-15 (normalizado como M16 en las fuerzas armadas estadounidenses), y en la transición desde el cartucho de 7,62mm al de 5.56mm. Aunque también podemos encontrar ejemplos en el IW británico de 4,85mm o en el CETME L español. El AKS 74 es un fusil que utiliza un cartucho de 5,45mm y que presenta un peso unos 1.200 gramos inferior al del AK 47, además de una logitud notablemente inferior.

    De igual manera las partidas de fusiles encargadas a Rusia por el gobierno del presidente Chavez no son en modo alguno AK 47, si siquiera AKM, son fusiles de tercera generación de tipo AK 103 y AK 104, de calibre 7,62mm, cuya compra por un ejército que utiliza el cartucho OTAN 5,56mm como munición no es, ciertamente, fácilmente comprensible. A menos que pretenda cederlos a otro tipo de fuerzas que si utilizan el cartucho soviético de 7,62mm, o que se piense en su utilización por milicias o personal sin instrucción militar.

    Otra cosa sería que se tratase de modelos AK 101 y AK 102, que si bien siendo armas rusas ya no comparten con los diseños soviéticos ni siquiera el calibre del arma. Se trata de acomodaciones de los diseños soviéticos al patrón occidental, pensando fundamentalmente la exportación de dichas armas, y adaptando el diseño al cartucho de OTAN 5.56mm de uso común en todos los ejércitos que alguna vez estuvieron bajo la órbita de EE.UU. –como el Venezolano-. Los fusiles AK 101 y AK 102 combinan parte de los mejor de los diseños occidentales y soviéticos- diferencias motivadas en su momento por dos concepciones muy diferentes de lo que es una guerra- , combinan las buenas prestaciones de combate de las armas occidentales, en general, con el fácil mantenimiento y uso de las armas soviéticas.

    Pero conviene resaltar que el gobierno Venezolano compro 100.000 fusiles AK 103 y AK 104 por un coste total de unos 40 millones de dólares, no fusiles AK 101 o AK 102. Ciertamente se trata de armas ya superadas, cuya utilización por parte de fuerzas militares es marginal, por decir algo. Son sin embargo armas fiables, muy económicas, que no requieren especial adiestramiento ni instrucción para su utilización y que son, sobre todo, muy fáciles de mantener operativas, aunque sus prestaciones, como hemos dicho, sean muy deficientes para su uso por fuerzas militares profesionales. Parece que el uso de 100.000 fusiles tipo AK 103 y AK 104 no va a ser, precisamente, su utilización por fuerzas militares regulares, sino por otro tipo de unidades.

    No obstante conviene recordar que Vezuela es un estado soberano, y Chavez su presidente democrático, con lo cual éste esta en su derecho al efectuar cualquier compra de material que estime necesaria, y esta en su derecho a la hora de juzgar la necesidad de preparar la militarización –o creación- de sus milicias.