Por William Ospina
En diciembre de 1865 fue ratificada oficialmente la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos de América. Aquella abolición era la primera conquista obtenida mediante la victoria de los estados del norte sobre los esclavistas del sur (otra conquista fue la conservación de la unidad de un país que estuvo a punto de partirse en dos naciones profundamente enemistadas).
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Por William Ospina
Al comienzo del Ricardo II, de Shakespeare, Juan de Gante trata de convencer a su hijo, quien ha sido desterrado de Inglaterra, de que no tome demasiado a pecho esa expulsión, que piense que va de vacaciones, que no se sienta perdiendo un país sino ganando un mundo. Pero el muchacho le responde que uno no puede impedir que el fuego le queme la mano mediante el recurso de pensar en los hielos del Cáucaso, que uno no puede calmar el filo del apetito con la mera imaginación de un banquete, y que no sirve de nada pensar en el calor del verano cuando uno va rodando desnudo por la nieve de diciembre (...)
Por William Ospina
Suena extraño que los Estados Unidos, que andan repartiendo democracia y libertad a cañonazos por los arenales del Oriente Medio, y que se declaran enemigos feroces lo mismo de regímenes que no practican el sufragio universal al estilo norteamericano, como Cuba, y de los que según ellos, aun siendo elegidos democráticamente, no gobiernan de acuerdo con sus instrucciones, como Venezuela, hayan sido un aliado incondicional por décadas de uno de los regímenes más extraños y menos democráticos del mundo: hablo de la Arabia Saudita, que acaba de perder a su rey (...)
Sería un error pensar que con el lanzamiento de la nueva emisora de televisión latinoamericana, Telesur, va a comenzar a existir nuestra cultura continental. Esa cultura ya existe, es una de las más ricas y vigorosas del mundo moderno y también una de las más dinámicas.
Por William Ospina
No se trata sólo de que los restaurantes de comida mexicana o peruana, cubana o colombiana, abunden cada vez más en Estados Unidos o en Europa; de que los tangos argentinos, los pasillos ecuatorianos, los sones cubanos, los boleros caribeños, los vallenatos colombianos, la cumbia y el mambo y la salsa se hayan tomado los salones del mundo; de que la literatura de Juan Rulfo o de Carlos Fuentes, de García Márquez o de Vargas Llosa, de Neruda o de Jorge Luis Borges, esté entre las más leídas del planeta, sino que en todos los espacios de la creatividad popular: la música, la danza, el teatro, las artes plásticas, la narración oral, la fotografía, el cine, la América Latina, que yo prefiero llamar América Mestiza para no sesgar de un modo demasiado europeo nuestra definición, para que quepan en ella los pueblos indígenas y los pueblos de origen africano, es un continente lleno de vida, de pasión, de imaginación y de lenguajes originales (...)
Por William Ospina
Si alguien en el futuro quiere saber cuál era la atmósfera que se respiraba en el mundo a comienzos del siglo XXI, yo le recomendaría que viera La guerra de los mundos, la versión de Steven Spielberg del clásico de la literatura de ciencia ficción de H. G. Wells.
Y me arriesgo a decir "en el mundo", porque si bien la principal paranoia se vive en Estados Unidos, donde cada tantos días hay que desalojar la Casa Blanca o el Capitolio por falsas alarmas, y en Europa, donde se suceden los atentados a los trenes de España o al metro de Londres, y donde se hacen cábalas acerca de en qué lugar de Roma ocurrirá el siguiente episodio de la muerte y la brújula, Afganistán e Iraq viven esos sobresaltos cotidianamente, a una escala harto más dramática, y muchos otros países se van incorporando al reino del terror (...)
Por William Ospina
Cuando hace un cuarto de siglo Omar Rayo tomó la decisión de fundar un Museo de Arte Moderno en su ciudad natal de Roldanillo, en el norte del Valle del Cauca, hubo muchas reacciones encontradas. Algunos pensaron que el lugar estaba demasiado alejado de las grandes capitales culturales de Colombia, y que el esfuerzo se perdería en el espacio (...)
Por William Ospina
Irán está situado entre dos guerras. Con el mar Caspio al norte y el golfo Pérsico al sur, también podría decirse que está encerrado entre dos ejércitos de los Estados Unidos: el que hace tres años tiene invadido a Afganistán, y el que hace más de dos ha convertido a Iraq en un caldero de violencia que se agrava día tras día.
Por eso se entiende que cuando el nuevo presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, declaró al ser elegido que "Irán no tiene necesidad de los Estados Unidos" (...)
Por William Ospina
La guerra es un negocio, pero los negocios pueden triunfar o fracasar, y en ese caso la guerra puede ser el más costoso de los negocios. Desde cuando alguien le vendió a George Bush la idea de que el remedio para un atentado era una guerra, el presidente de los Estados Unidos echó a andar una compleja y desmesurada máquina de guerra que le ha costado hasta ahora a su país cerca de 2.000 vidas y más de 200.000 millones de dólares (...)
Por William Ospina
El 24 de junio de 1935, a las diez de la mañana, Carlos Gardel, con su amigo y compositor Alfredo Le Pera, sus tres guitarristas Barbieri, Riverol y Aguilar, y su secretario Plaja, abordó en Bogotá el trimotor F31 de la Sociedad Aérea Colombiana, rumbo al aeropuerto Olaya Herrera de Medellín. En realidad aquel vuelo no estaba previsto en su gira que incluyó Puerto Rico, Curazao, Venezuela y Colombia, y que esperaba llegar después a Panamá, Cuba y México.
Gardel ya había cantado triunfalmente en Cartagena, en Medellín y en Bogotá, y sólo le faltaba su cita con el público de Cali, que tenía compradas todas las boletas para escucharlo esa misma noche. Pero el día anterior el cantante había sido invitado a cantar en La Voz de la Víctor, donde ofreció a los radioyentes sus canciones más conocidas, terminando con Cuesta abajo, Silencio, y la última canción de su vida: Tomo y obligo (...)
Por William Ospina
Sabe hallar las pinturas que están ocultas en otras pinturas, los rostros que están ocultos en otros rostros, los mundos que están ocultos en este mundo. Convirtió a un personaje pintoresco de las calles caleñas, Guerra, en una suerte de ícono, a medias religioso, a medias circense, de la inspirada locura de nuestra vida diaria (...)
Cuenta Prescott que el inca Atahualpa, desconocedor de la escritura, recibió de manos de fray Vicente de Valverde un objeto en el cual, según el sacerdote, estaban todas las enseñanzas del mundo; pero al llevarlo a su oído no escuchó nada, y lo arrojó por tierra con indignación, sintiéndose burlado.
Por William Ospina
Fue ese gesto el que le permitió al fraile autorizar a Pizarro para que masacrara en una sola tarde con cañones y arcabuces a los siete mil incas lujosos del cortejo del rey, que venían desarmados, vestidos con trajes ceremoniales y cantando en honor a sus visitantes, con el argumento de que aquel perro había ultrajado la Sagrada Escritura (...)
Hace apenas 60 años terminó la Segunda Guerra Mundial, y todavía más escalofriante que ver los testimonios de los campos de concentración, con sus toneladas de huesos vivientes y sus relatos de horror minuciosos, es comprobar que la humanidad no aprendió la lección del infierno.
Por William Ospina
Dos vencedores de los nazis de hace medio siglo son ahora los que mantienen campos de concentración y cárceles de tormento, la guerra sigue siendo la gran solución de ciertos gobernantes para los conflictos sociales y para los choques culturales, y la llamada civilización occidental no sólo sigue teniendo en el tráfico de armas su principal negocio, sino que persiste en su insensibilidad con los desposeídos y en su indiferencia frente al sufrimiento (...)
En el año 637 de nuestra era los musulmanes ocuparon Jerusalén. Cuando entró en esa ciudad el califa Omar, montado en su caballo blanco, lo primero que hizo fue ir a visitar el Templo del Monte, donde Mahoma cumplió su extraño viaje al cielo.
Por William Ospina
Después visitó la iglesia del Santo Sepulcro, el centro de peregrinación de los cristianos, y se dice que, estando en ella, llegó la hora de la plegaria. El patriarca, cortés, invitó a Omar a rezar allí mismo, pero éste, con una cortesía aún mayor, se negó diciendo: "Si rezo en este lugar, los musulmanes querrán conmemorar el hecho levantando aquí una mezquita, y eso significaría la demolición del Santo Sepulcro". Por eso se fue a rezar a cierta distancia del templo, en el sitio donde todavía hoy se alza la mezquita de Omar, en la vecindad del sepulcro de Cristo. Después, durante 450 años de dominación musulmana, Jerusalén vivió la convivencia armoniosa de las tres religiones del libro: el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo (...)
Siempre me ha parecido extraño que los políticos en Colombia, los políticos de todas las tendencias, persistan en ignorar a esa inmensa franja de la sociedad que se abstiene de votar en las elecciones.
Por William Ospina
La mitad de nuestros 44 millones de habitantes conforma, a grandes trazos, el electorado posible; pero desde los tiempos del Frente Nacional, cuando empezaron a manejarse en Colombia cifras confiables, la mitad de ese electorado no vota jamás. Es costumbre que sea una cuarta parte de la población, que equivale hoy a 11 millones de electores, quien tome las decisiones en materia política. Y como esos electores se dividen, ningún gobernante colombiano ha alcanzado nunca 7 millones de votos; ninguno ha representado, por ello, a más de una sexta parte de la población (...)
Como ya se oyen los claros clarines de las elecciones presidenciales del año próximo, ha empezado a agitarse el cíclico enjambre de las soluciones a los problemas del país.
Por William Ospina
Cada cuatro años nacen ideas brillantes, alianzas inéditas, discursos inspirados y sonrisas seductoras que vienen a ofrecer al electorado, a cambio de sus votos, una rica gama de novedosas soluciones.
Recuerdo cuando Gaviria nos trajo el futuro, esa prometedora apertura económica que un ministro suyo sigue defendiendo con ejemplar persistencia, sobre las ruinas de la industria destruida y de la agricultura arruinada. Recuerdo cuando Samper vino a ponerle corazón a la apertura y, acorralado por las maquinaciones de Estados Unidos y de sus opositores, en vez de recurrir al pueblo soberano para que lo legitimara, temeroso de los políticos y desconfiado del electorado, prefirió gastar su oportunidad en un forcejeo solitario e inútil (...)
Desde las célebres manifestaciones en la plaza de Tien An Men en Beijing, en 1989, no se habían visto en China manifestaciones tan numerosas como las que esta semana agitaron a Shangai y a Shenzhen.
Por William Ospina
Pero la principal diferencia es que las manifestaciones de los reformistas fueron implacablemente reprimidas y las de ahora han sido toleradas y acaso estimuladas por el gobierno. Los manifestantes han arrojado piedras y botellas contra sedes diplomáticas japonesas, han quemado retratos del primer ministro de Japón, han atacado vallas de productos japoneses y se han concentrado finalmente en Nankín (...)
Mann escribió El elegido con la serenidad de su vejez, en el alivio y el desencanto de la posguerra, con la sabiduría de un arte plenamente dominado.
Por William Ospina
"EN LAS ALTURAS y en los bajos, en los siete lugares sagrados de peregrinación y en todas las iglesias de las siete parroquias de ambas márgenes del Tíber dos veces encorvado resuenan las campanas. Retumban en el Aventino, en los santuarios del Palatino y en San Juan de Letrán; retumban en su sepulcro cuya salida conduce a la colina vaticana, en Santa María Maggiore, en el Foro, en los Dominicos y en el Transtíber; en Ara Celi, fuera de los muros de San Pablo, en San Pedro y en la morada de la sagrada Cruz de Jerusalén. Resuenan también en la capilla del cementerio, sobre los techados de iglesias y oratorios y hasta en las callejas cuyos nombres nadie conoce" (...)
Los católicos lo recibieron hace 26 años como una suerte de frágil pastor casi extraviado en el pomposo mundo romano: ahora lo despiden tumultuosamente como a un rey.
Por William Ospina
TENÍA DE PÍO XII el afán de protagonismo histórico, con la diferencia de que Juan Pablo II llegó a ser verdaderamente influyente, considerado un líder político mundial, en tanto que el otro fue apenas una sombra de los grandes poderes planetarios. Tenía de Juan XXIII un sentido de la historia y de la modernidad, la preocupación de hacer que la Iglesia estuviera más cerca de la vida de sus fieles, con la diferencia de que al mismo tiempo Juan Pablo II le temía a la modernidad, a su nihilismo y a su teoría de libertades crecientes, y sentía nostalgia de las edades de fe, en las que la Iglesia tuvo todo el poder sobre la civilización de Occidente. Tenía de Paulo VI el amor por los viajes, la conciencia de que la Iglesia Católica era un hecho planetario y como tal debía hacer sentir en todas partes la presencia de su líder (...)
Y seguimos preguntándonos qué es realmente esta Europa que inventó el individualismo y el comunismo, la oración de Francisco de Asís y las sentencias de Torquemada.
Por William Ospina
A pesar de sus guerras fratricidas, de sus cruzadas aniquiladoras y de sus colonialismos planetarios, la historia de Europa es también la historia de unos sueños civilizadores y de unas utopías que siglo a siglo renovaron la aventura humana. Desde las tertulias de Platón y las renuncias de Diógenes, pasando por la teoría del perdón de Cristo, la resurrección del paganismo de Miguel Ángel, la idealización de la naturaleza de Rousseau, la agudeza del escalpelo crítico de Voltaire y el proyecto de Hölderlin de aliar en una nueva mitología la razón y la estética, hasta llegar, lejos de Europa, al panteísmo lírico de Walt Whitman y al sueño libertario de Bolívar, Europa nunca dejó de alimentar mitos y utopías (...)
Con el pretexto de estar luchando contra el mal muchos guerreros, muchos organismos y muchos gobiernos no encuentran nunca el tiempo de hacer el bien.
Por William Ospina
Hay un capítulo de la historia universal que podría llamarse "La ternura de los Inquisidores". Recuerdo un cuento estremecedor de Villiers de l’Isle Adam, La esperanza, en el que un alto inquisidor en las mazmorras de Toledo le explica a un pobre rabino torturado todas las cosas que van a tener que hacer para salvar su alma: con lágrimas en los ojos y rostro de gran dulzura le explica que los garfios, los braseros, las tenazas, los mil aparatos siniestros que utilizan para el tormento de sus víctimas son generosos instrumentos de salvación, y que todo lo están haciendo por su bien, por físico e irreprimible amor. Finalmente le cuenta que cuando lo lleven a la hoguera al día siguiente, le pondrán emplastos húmedos en el pecho para que el corazón se demore en arder, y la muerte purificadora no le llegue demasiado pronto (...)