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A 125 años de la masacre de Chicago

Publie le Viernes 29 de abril de 2011 par Open-Publishing

FRENTE AMPLIADO PATRIOTICO REVOLUCIONARIO ANTIIMPERIALISTA
SIMÓN BOLÍVAR /FAPRA-SB/
"Los Estados Unidos, parecen destinados por la providencia a plagar de miseria a América, en nombre de la Libertad"...

A 125 AÑOS DE LAS JORNADAS DEL PROLETARIADO REVOLUCIONARIO INTERNACIONAL EN CHICAGO.

Este 1º de mayo del presente año, el proletariado internacional conmemorara un año más de aquella batalla en Chicago que demostraba, como había sucedido dieciséis años antes del 1º de mayo de 1886, en la Comuna de Paris (1870) a esta heroica acción de la clase obrera internacional, que ya no era ni es posible más revolución que la proletaria. Esta hazaña de los trabajadores y trabajadoras de los Estados Unidos de Norteamérica de aquella época pagaron con su sangre la reducción de dieciséis y hasta más horas diarias de trabajo, a ocho horas, por una parte, poniendo entredicho el período del desarrollo industrial pacífico burgués, a su vez, desenmascarando la represión y crueldad solapada de la justicia, la libertad y el derecho que profesa la clase burguesa en el poder, por la otra.

Es decir, que toda reivindicación socio-política-económica-laboral, que se propongan lograr la clase obrera manual e intelectual, en aras de mejorar su calidad de vida, estará bajo la amenaza de la reacción antiobrera de los sectores represivos de la oligarquía empresarial. De ahí, las maniobras de la burguesía nacional en contubernio con la burguesía imperial, en desvirtuar lo que significa a ciencia cierta aquella acción rebelde de los trabajadores en dar aquel salto cualitativo para liberarse del ese oprobioso sistema inclemente de explotación; minimizándolo a un simple festejo libertino, donde la ingesta alcohólica hace gala para distraer al proletariado, sumergiendo en la amnesia colectiva, que obviando aquel sacrificio de sus hermanos de clase, restauran consciente o inconscientemente el sistema capitalista; actitud ahistórica que le imprime la ideología socialdemócrata para ocultar los verdaderos sucesos de Chicago de 1886, que hicieron posible lograr esta digna reivindicación.

En tal razón, las organizaciones pseudoobreras y patronales se esfuerzan, porque sean imperceptibles los mártires de Chicago, como: Adolfo Fischer, Augusto Spies, Luis Lingg, Oscar W. Neebe, Samuel Fielden, Miguel Schwab, Jorge Engel y Alberto Parsons. Que no sólo insurgieron contra todo este sistema de cosas, sino que sentaron un precedente que legitima la acción revolucionaria de las obreras y obreros en cumplimiento de su rol histórico. Como ellos mismo reconocieron, que, si luchar por la verdad, la justicia y la libertad; el costo es pagar con la vida, como Sócrates, Cristo, Giordano Bruno, Juan de Huss, Galileo; ellos estaban dispuestos en seguirlos. Siendo ahorcados por la justicia burguesa estadounidense.

¿Cuántos hombres y mujeres mueren haciendo ejercicio del reclamo justo por un mundo mejor? En ese orden de ideas, no es casualidad que las crisis económicas del capitalismo, se les endose a los trabajadores y trabajadoras desmojarándoles sus salarios, sus reivindicaciones sociales, sus ambientes de trabajo, entre otras. De ahí, que las corporaciones nacionales e internacionales bajo las directrices de FMI y Banco Mundial con su “pluralismo socialdemócrata” encubre los tanques y aviones no tribulados norteamericanos para hacer cumplir esas directrices a los obreros y obreras de todas las naciones por medio de sus gobiernos títeres y entreguistas.

Por lo tanto, a pesar de las adversidades y contradicciones del proceso revolucionario bolivariano de liberación nacional, cuya perspectiva es transitar hacia el socialismo, las obreras y obreros manuales e intelectuales, tienen el deber de impulsar la refundación de la república fortaleciendo las bases del Poder Popular, construyendo las Unidades Socialistas de Producción de Obras, Bienes y Servicios que satisfagan sus necesidades, cuya máxima debe ser Fuentes de Trabajo Productivo, su plataforma orgánica, administrativa y contralora son los Consejos Socialistas de trabajadores y trabajadoras; para combatir los simples puestos de empleo y la corrupción.

En este 1º de Mayo, las y los trabajadores están comprometidos en hacer imposible otra guerra genocida del imperio, como las guerras mundiales que antecedieron a este siglo XXI, de una crueldad inaudita y de consecuencias absolutamente incalculables, cuyos gastos militares, crecen en progresión geométrica, y, los mismo incrementan los impuestos a un nivel excesivo, con lo cual echan a las masas pobres de la población en los brazos de la miseria, en el presente y futuro si continua el mundo dirigido por la burguesia parasitaria del imperio capitalista.

Asi, que hacemos esta retrospectiva del 1º de mayo de 1886 – 1º de mayo 2011

Pesamos que es justicia rendir tributo a los Mártires de Chicago, que sacrificaron sus vidas en aras de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de las obreras y obreros de las incipientes naciones industriales de 1886. Que dialécticamente son referencia histórica ante los innumerables atropellos que le ha propinado la injusticia del sistema capitalista al proletariado.

Es también justicia conocer sus últimas palabras pronunciadas por: FISCHER, ENGEL, PARSONS, SPIES, SCHWAB, FIELDEN, NEEBE y LINGG; al finalizar uno de los procesos judiciales viciados y ignominioso que ha registrado la historia de la humanidad, de acuerdo a las opiniones de tratadistas internacionales, y, que constituyen verdaderos fundamentos de la lucha que libran los trabajadores y trabajadoras del mundo para lograr una sociedad, en donde la justicia, la libertad y el derecho; sean garantías permanentes de un futuro de bienestar social y colectivo:

ADOLFO FISCHER

“Yo no he cometido en mi vida ningún crimen. Pero aquí hay un individuo que está en camino de llegar a ser criminal y un asesino, y ese individuo es Mr. Grinnell, que ha comprado testigos falsos a fin de poder sentenciarnos a muerte. Yo lo denuncio aquí públicamente. Si creéis que con este bárbaro veredicto aniquiláis a los anarquistas estáis en un error, porque los anarquistas están dispuestos siempre a morir por sus principios, y éstos son inmortales…Este veredicto es un golpe de muerte dado a la libertad de imprenta, a la libertad de pensamiento, a la libertad de palabra, en este país. El pueblo tomará nota de ello. Es cuanto tengo que decir”.

AUGUSTO SPIES

“Ya he expuesto mis ideas. Ellas constituyen una parte de mi mismo. No puedo prescindir de ellas, y aunque quisiera no podría. Y si pensáis que habréis de aniquilar estas ideas, que ganan más y más terreno cada día, mandándonos a la horca; una vez más y aplicáis la pena de muerte por atrevernos a decir la verdad – y os desafiamos a que demostréis que hemos mentido alguna vez- , yo os digo si la muerte es la pena que imponéis por reclamar la verdad, entonces estoy dispuesto a pagar tan costoso precio. ¡Ahorcarnos! La verdad crucificada en Sócrates, en Cristo, en Giordano Bruno, en Juan de Huss, en Galileo vive todavía; éstos y otros muchos nos han precedido en el pasado. ¡Nosotros estamos pronto a seguirlos!”.

LUIS LING

“Me concedéis, después de condenarme a muerte, la libertad de pronunciar un último discurso. Acepto vuestra concesión, pero solamente para demostrar las injusticias, las calumnias y los atropellos de que se me ha hecho víctima.

Me acusáis de asesino y, ¿Qué pruebas tenéis de ello?

Os reís, probablemente porque estáis pensando: “Ya no arrojaras más bombas”. Pues permitidme que os asegure que muero feliz, porque estoy seguro de que centenares de obreros a quienes he hablado recordarán mis palabras y cuando hayamos sido ahorcados, ellos harán estallar la bomba. En esta esperanza os digo: “Os desprecio, desprecio vuestra orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad… ¡Ahorcarme!”.

OSCAR W. NEEBE

“Habéis probado que organicé asociaciones obreras, que he trabajado por reducción de horas, que he hecho cuanto he podido por volver a publicar el “Arbeiter Zeitung”; he aquí mis delitos. Pues bien; me apena la idea de que no me ahorquéis, honorables jueces, porque es preferible la muerte rápida a la muerte lenta que vivimos. Tengo familia, tengo hijos, y si saben que su padre ha muerto lo llevarán y recogerán su cuerpo para enterrarlo. Ellos podrán visitar su tumba, pero no podrán, en caso contrario, entrar en el presidio para besar a un condenado por un delito que no ha cometido. Eso es todo lo que tengo que decir. Yo os suplico: ¡Dejadme participar de la muerte de mis compañeros! ¡Ahorcadme con ellos!”.

SAMUEL FIELDEN

“Yo amo a mis hermanos los trabajadores como a mí mismo… Yo odio la tiranía, la maldad y la injusticia. El siglo XIX comete el crimen de ahorcar a sus mejores amigos. No tardará en sonar la hora del arrepentimiento. Hoy el sol brilla para la humanidad; pero, puesto que para nosotros no puede iluminar más dichosos días, me considero feliz al morir, sobre todo si mi muerte puede adelantar un solo minuto la llegada del venturoso día en que aquél alumbre mejor para los trabajadores. yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestra caducas instituciones”.

MIGUEL SCHWAB

“Hablaré poco y seguramente no despegaría mis labios, si mi silencio no pudiera interpretarse como un cobarde asentimiento a la comedia que acaba de desarrollarse.

Denominar justicia a los procedimientos seguidos en este proceso sería una burla. No se ha hecho justicia, ni podría hacerse porque cuando una clase está enfrente de otra, es una hipocresía y una maldad suponerlo tan sólo. Habláis de una gigantesca conspiración. Un movimiento no es una conspiración, y nosotros todo lo hemos hecho a la luz del día.

No hay secreto alguno en nuestra propaganda. Anunciamos de palabra y por escrito una próxima revolución, un cambio en el sistema de producción de todos los países industriales del mundo, y ese cambio viene, ese cambio no puede menos llegar”.

JORGE ENGEL

“Es cierto que tengo relaciones con mis compañeros de proceso, pero a algunos sólo los conozco por haberlos visto en las reuniones de trabajadores. No niego tampoco que haya yo hablado en varios mítines, afirmando que si cada trabajador llevase una bomba en el bolsillo, pronto seria derribado el sistema capitalista imperante. Esa es mi opinión y mi deseo… Yo no combato individualmente a los capitalistas; combato el sistema que da el privilegio. Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quiénes son sus amigos… Todo lo demás, yo lo desprecio; desprecio al poder de un gobierno inicuo, sus policías y sus espías. No tengo más que decir”.

ALBERTO R. PERSONS

“Yo no he violado ninguna ley de este país. Ni yo ni mis compañeros hemos abusado de los derechos de todo ciudadano, de esta República. Nosotros hemos hecho uso del derecho a la libre emisión del pensamiento, hemos utilizado la libertad de imprenta, la libertad de reunión, sin molestias ni disturbios. En uso del derecho constitucional a la propia defensa nos hemos opuesto a que se arrebataran al pueblo americano aquellos derechos. Pero los que nos han procesado imaginan que nos han vencido, porque se proponen ahocar a siete hombres, siete hombres a quienes se quiere exterminar violando la ley, porque defienden sus inalienables derechos, porque apelan al derecho de libre emisión del pensamiento y lo ejercitan porque luchan en defensa propia.

Sólo tengo que añadir, aun en este momento: no tengo por qué arrepentirme”.