A propósito de la torpe intervención de la ministra para la mujer Nancy Pérez

Si algo fue lamentable en la interpelación del gabinete social en la Asamblea Nacional, más allá de la escena de violencia protagonizada por algunos diputados, típica de parlamentos altamente polarizados, sin duda alguna fue la intervención patética de la ministra para la mujer Nancy Pérez. Realmente nunca se ha visto tanta incompetencia en el manejo de un tema.

Yo entiendo que debemos cerrar filas en la defensa del Gobierno Bolivariano, pero también estoy convencido que una crítica a tiempo y objetiva nos puede ayudar a superar un conjunto de fallas que son necesarias corregir.

Me parece absurdo que esta ministra haya hecho su participación sin un manejo adecuado de datos estadísticos (herramienta fundamental en cualquier informe de gestión), de las políticas que se impulsan desde su ministerio y sus instituciones adscritas, tantas cosas que podía demostrar con elementos en la mano, con argumentos contundentes y lo que hizo fue divagar. Esta compañera no tiene clara las distinciones de gobierno y partido, cómo es eso que gracias al ministerio Blanca Eekhout es vicepresidenta de la Asamblea Nacional.

Por si fuera poco, esta camarada no sabe ni siquiera pronunciar bien algunas palabras, es decir, su manera de expresarse dejó mucho que desear, y no me vengan que fue una intervención coloquial y popular, una cosa es hablarle al pueblo y otra cosa es hablar mal.

Presidente Chávez por favor, destituya a la Dra. Nancy Pérez del ministerio de la mujer, demostró con creces su incapacidad, su desconocimiento de la temática, no sólo en su intervención, sino que esto es reflejo de como la actividad del ministerio se ha deteriorado desde la salida de la camarada María León.

Comandante yo le sugiero que piense en alguna de estas mujeres: Doris Acevedo, Elida Aponte, Nieves Padrino, Nora Castañeda, María del Mar Lovera, Alba Carosio, Iraima Mogollón, Asia Villegas, Iraida Vargas, Claudia Herrera y muchas más, cualquiera de ellas tiene la formación y la experiencia necesaria para asumir ese espacio.