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¿Carrera armamentista?
José Gregorio González Márquez
caminosaltair@hotmail.com
Las recientes acusaciones de la Casa Blanca en contra del gobierno venezolano forman parte de las estrategias ideadas por Washington para justificar su actuación en Colombia. Pareciera temeraria la posición de EEUU cuando expresa su preocupación por la compra del armamento que hace Venezuela a Rusia. Para el imperio es importante venderle al mundo la supuesta carrera armamentista iniciada en el país y que desataría un desequilibrio en las despensas militares de la región. Es cierto que el presidente Hugo Chávez ha realizado una fuerte inversión en materia militar para sustituir armamento obsoleto y deteriorado lo que permite a nuestras Fuerzas Armadas mantenerse al día en cuanto a los avances tecnológicos; sin embargo, está claro que bajo ninguna circunstancia se han hecho estas compras para agredir a los países vecinos.
Los argumentos emitidos desde EEUU y de los que se hace eco Colombia están en consonancia con el pensamiento y la doble moral imperialista. Al erigirse como la policía del mundo pretenden controlar cada espacio de la economía del orbe. La venta de armamento, la manipulación de los emporios económicos, las amenazas veladas a países que se opongan a sus políticas y la intervención armada son algunas de la medidas que aplican cuando consideran amenazados sus intereses.
Usar el territorio colombiano como asiento de bases militares bajo la excusa de luchar contra el narcotráfico y la guerrilla ya no es un pretexto creíble. La verdadera intención va más allá de querer sacar de las calles, la droga que envenena a sus conciudadanos. Detrás de las bases se mueve el interés por los recursos naturales. La hegemonía política que mantenía EEUU en América con el manejo de gobiernos cómplices, ya no existe. Con la ascensión de gobernantes progresistas se acabó la influencia y por lo tanto, el acceso a los recursos vitales. La única manera de controlar la región es desplazar armas, hombres y máquinas bélicas que le aseguren la posibilidad realizar un asalto armado cuando lo crea necesario.
La escalada mediática orquestada desde Washington y que usa como operador a la derecha latinoamericana, busca satanizar al gobierno de Chávez. No se queda en la falsa acusación del militarismo; además señala a Venezuela de dar abrigo a terroristas, guerrilleros y de no contribuir en la lucha contra el narcotráfico. Para EEUU, el presidente Uribe es el ejemplo a seguir pues se amolda a sus políticas expansionistas. No importa que el gobierno colombiano viole los DDHH; que asesine campesinos; que asalte la soberanía de los países vecinos; que realice operaciones allende de sus fronteras; que se arme para la guerra. Al final de cuenta es uno de sus satélites para mantenerse como imperio.