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Congreso anual de Lutte Ouvrière
par Nathalie Arthaud
Publie le Jueves 8 de diciembre de 2011 par Nathalie Arthaud - Open-PublishingEl congreso de Lutte Ouvrière se celebró los días 3 y 4 de diciembre de 2011, su portavoz Nathalie Arthaud presentó las conclusiones al día siguiente en el curso de una conferencia de prensa.
A nivel internacional si bien la crisis tiene un impacto dramático en las personas de todo el mundo, aunque sólo sea porque la especulación en materias primas y productos alimenticios continúa, los líderes políticos están más preocupados por las consecuencias de la crisis económica para los capitalistas y sus negocios.
También hemos tenido que recordar nuestra oposición a las guerras llevadas a cabo por Francia, en Afganistán, en Libia o en Costa de Marfil.
En lo que se refiere a la nueva situación creada en el seno de la Unión Europea por la crisis, Ésta se parece cada vez más a un protectorado franco-alemán al que los países menos ricos de Europa están sometidos. Los dirigentes alemanes, y también los franceses, imponen sus condiciones en distintos grados a los diferentes países de la zona euro. Se comportan con Grecia como si estuvieran en un país conquistado.
Por nuestra parte, esta crisis y el enloquecimiento general que está desencadenando en los países que pretenden ser “la élite dirigente” nos reafirman en nuestras convicciones comunistas revolucionarias.
La sociedad capitalista es una casa de locos, donde las crisis se desencadenan porque hay demasiado dinero en una punta de la sociedad, ¡porque hay demasiada producción comparado con lo que la población puede comprar! Este desbordamiento de riqueza va a las finanzas, a la especulación, y acaba por ahogar toda la economía. El capitalismo se ahoga en su propia riqueza. Es necesario cambiar toda la organización social, de reorganizarla de arriba a abajo sin las leyes del mercado y del beneficio, sobre bases comunistas.
Todos nuestros razonamientos, toda nuestra política resultan de esta necesidad. Y desde estas convicciones se plantea, por supuesto, nuestro programa de lucha que defenderemos en la campaña presidencial.
Nosotros no dejamos de denunciar los planes de austeridad del gobierno, que expolia los bolsillos de las familias populares, de los trabajadores, de los enfermos, de los pensionistas, para hacerles pagar la factura en lugar de la burguesía. No hay que hacerse ilusiones en estas elecciones: la alternancia política no cambiará nada la situación de las clases populares. Aunque un gobierno de izquierda suceda al gobierno de derecha, los trabajadores seguirán solos confrontados a sus problemas, al desempleo, a los despidos.
Para protegerse, los trabajadores sólo pueden contar con sus propias fuerzas, con sus luchas. Nosotros no presentamos un programa electoral, sino un programa de lucha, un programa para las luchas futuras de los trabajadores.
Los trabajadores no tienen que prestar demasiada atención a las negociaciones de salón entre Merkel y Sarkozy, deben preocuparse de sus asuntos, poner por delante sus intereses y luchar por su derecho a vivir. Deben luchar por lo que es esencial para ellos: su empleo y su salario.
El primer objetivo es imponer la prohibición de los despidos y el reparto de trabajo entre todos los brazos disponibles, sin disminución de salario.
El segundo objetivo es conseguir aumentos de salarios y de pensiones de jubilación, e imponer que se ajusten automáticamente a los precios. Precios que los propios trabajadores medirán, desde abajo, en el día a día, y no sobre la inflación medida oficialmente, que subestima los aumentos de precios para las clases populares.
Y continuaremos avanzando un objetivo más general, que es condición sine qua non de los otros, que es imponer el control de los trabajadores y de la población sobre las cuentas de las empresas y de los bancos.
Más allá de estos objetivos, tenemos que asegurar la presencia de una corriente comunista revolucionario. Con este ánimo se presenta la candidatura presidencial de Nathalie Arthaud y de numerosos candidatos a las elecciones legislativas de junio.
Esta corriente comunista ha acompañado al movimiento obrero desde siempre, con altos y bajos, pero la corriente siempre ha estado presente. El PCF ya no la representa desde hace tiempo y, además, en estas elecciones ha optado por desaparecer detrás de la candidatura de Mélenchon. Pues bien, la corriente comunista revolucionaria sigue existiendo en este país, y en estos tiempos de crisis capitalista, representa para los trabajadores y para la sociedad en su conjunto la única perspectiva positiva.
Traducción de F.P.