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Cuba, otra bofetada al imperio

Publie le Jueves 11 de mayo de 2006 par Open-Publishing

La derrota del Imperio ha sido por partida doble. A la elección de Cuba, se suma el hecho de que el gobierno de George W. Bush no podrá ocupar asiento en las filas reservadas para los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos, ya que ante el temor de recibir un voto de castigo de la comunidad internacional como respuesta a su conducta de violación reiterda de los más elementales derechos humanos, y de desprecio al multilateralismo y al Derecho Internacional que lo sustenta, Estados Unidos ni siquiera pudo presentar su candidatura a integrar el Consejo

Esta es una gran victoria de toda la humanida, porque si Estados Unidos hubieselogrado secuestrar las labores del Consejo, lo hubiera convertirlo en un nuevo tribunal inquisidor para sancionar a los pueblos del Sur y demonizar cuanta causa justa sea enarbolada en nuestro planeta

Cuba fue elegida en el día de hoy para integrar el Consejo de Derechos Humanos, órgano recientemente establecido para sustituir a la desprestigiada Comisión de Derechos Humanos. Estados Unidos fracasó en su objetivo de impedir que Cuba ocupara un escaño en el más importante órgano especializado en materia de derechos humanos del sistema de las Naciones Unidas.

Cuba fue elejida hoy para integrar el nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la primera ronda de votación celebrada en la Asamblea General. Cuba, con 135 votos, alcanzó una mayoría de más de dos tercios de los votos, a pesar de las insistentes campañas de Estados Unidos y sus aliados para impedir la entrada de ese país al CDH. No solo es una buena bofetada al imperialismo, sinó que es una demostración de las mentiras y falsedades que contra Cuba lleva impartiendo la administracion norteamericana desde hace decadas.

Quedó corroborado una vez más el creciente apoyo internacional a Cuba, tanto en su denuncia y resistencia frente a las pretensiones de dominación imperial de la superpotencia, como en la lucha que cada día libra junto a los países de África, Asia, América Latina y el Caribe, y todos aquellos que han hecho suya la reivindicación de paz, justicia, desarrollo, equidad y solidaridad.

Fueron esos países, en su inmensa mayoría del Sur, y que aprecian la activa labor de nuestro país en defensa de las causas que comparten nuestros pueblos, los que hicieron posible la presencia de Cuba en el Consejo de Derechos Humanos como miembro fundador.

La cifra de apoyos recibidos por la candidatura cubana, superó incluso los dos tercios de los Estados miembros de las Naciones Unidas, o sea, que aun en el caso de que Estados Unidos hubiera logrado imponer, cuando se creó el Consejo de Derechos Humanos el pasado mes de marzo, su pretendida aspiración de exigir el apoyo de la mayoría de dos tercios de los Estados miembros en la Asamblea General de las Naciones Unidas para la elección de los candidatos a ocupar un escaño en el Consejo de Derechos Humanos, Cuba habría resultado igualmente elegida.

Tras la contundente respuesta de unidad y firmeza brindada por el pueblo cubano el pasado 1º de mayo ante la anunciada decisión de la Administración Bush de recrudecer aún más su política de hostilidad, bloqueo y agresiones contra Cuba, el resultado de las elecciones al Consejo de Derechos Humanos viene a confirmar el rechazo de la comunidad internacional a la pretensión del Imperio de negar al pueblo cubano el disfrute de su legítimo derecho a la independencia y la autodeterminación.

La elección de Cuba al nuevo órgano de derechos humanos de las Naciones Unidas corrobora, además, el descrédito generalizado del ejercicio anticubano que promovió Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos en las últimas dos décadas.

Dicho resultado demuestra, igualmente, que el Gobierno de Washington no puede excluir o condenar a Cuba en foro internacional alguno cuando existen las condiciones para que los países ejerzan secreta y libremente su voto, sometidos únicamente al dictado de sus conciencias y expresando su voluntad soberana.

La derrota del Imperio ha sido por partida doble. A la elección de Cuba, se suma el hecho de que el gobierno de George W. Bush no podrá ocupar asiento en las filas reservadas para los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos.

Ante el temor de recibir un voto de castigo de la comunidad internacional como respuesta a su conducta violatoria de los más elementales derechos humanos, y de desprecio al multilateralismo y al Derecho Internacional que lo sustenta, Estados Unidos ni siquiera pudo presentar su candidatura a integrar el Consejo.

Personalmente no tengo duda alguna en que Cuba luchará firmemente contra los que por carecer de principios y razón, recurren a la fuerza, la confrontación y la mentira y que honrará esta expresión de confianza de todos aquellos que compartimos la convicción en el triunfo de los que luchan por la libertad y la justicia.

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