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El día en que Juan Carlos Lecompte recordaba en París a Ingrid Betancourt

par Maria Helena ESCALANTE

Publie le Jueves 8 de diciembre de 2011 par Maria Helena ESCALANTE - Open-Publishing

“Mi drama es el resultado de la violencia que existe en Colombia”, decía alguna vez Juan Carlos Lecompte de paso por la ciudad de París.

El divorcio de Íngrid Betancourt y Juan Carlos Lecompte finalmente se consumó este 30 de noviembre de 2011. Se dice que lo lograron por “mutuo acuerdo”. Ahora deberán llegar a un acuerdo para la separación de bienes y ahí seguramente entrarán en el reparto los derechos de autor de los libros escritos por la exsenadora “La rabia en el corazón ” (2001 para la edición francesa) un best-seller, y “No hay silencio que no termine” (septiembre 2010), más de seis millones de ejemplares vendidos en Colombia y en otros países.

En febrero de 2010 Juan Carlos Lecompte estuvo en Francia para presentar su propio libro “Ingrid et moi” publicado en francés, que meses más tarde saldría en Colombia con el título de “Ingrid y yo, una libertad agridulce”. Para esa fecha Lecompte y la exsenadora Ingrid Betancourt ya habían iniciado este proceso de divorcio que viene de concluirse en un juzgado de familia de Bogotá.

Esta fué una de las noticia en Colombia a finales de este noviembre aunque pasó un poco desapercibida. Por ello es oportuno retomar las declaraciones que hizo Juan Carlos Lecompte cuando presentó su libro en París en febrero de 2010. Con la liberación de Ingrid Betancourt en julio de 2008 sonaron para él las campanas de duelo por un amor que se tragó la selva.

Al oírle decir en aquel entonces “se me acabó el amor por Ingrid”, recuerdo que Lecompte aun abatido por el dolor sentimental, me hizo pensar en una canción del cantautor francés “Grand Corps Malade”: “los dos estábamos de acuerdo en separarnos. En fin, ella estaba más de acuerdo que yo”.

Intercambio de preguntas y respuestas realizado entre JC Lecompte y periodistas en el Centro de la Prensa Extranjera, París, febrero de 2010 :

Al comienzo del libro usted escribe ‘mi mujer regresa a la casa esta noche” y al final concluye “mi mujer no vendrá a la casa esta noche”. Durante 6 años, 4 meses y 21 días se le vió luchar por la liberación de su mujer. Fuimos testigos de la manera glacial como ella lo recibió al bajar del avión el día en que la liberaron. Cuál es la verdad de esta liberación ?

Juan Carlos Lecompte: Fué una operación de inteligencia militar muy buena pero para mí todo estuvo arreglado y pagado de antemano. El gobierno no infiltró a las Farc. Este es un grupo que tiene mas de 50 años de existencia en Colombia, de corte estalinista, muy cerrado, muy dificil de infiltrar. Para mí el gobierno colombiano, junto con el gobierno americano, pagaron a los guerrilleros que cuidaban a los norteamericanos, a Ingrid y a los otros secuestrados. De todas maneras fué una operación muy inteligente. Liberar a quince secuestrados sin disparar, sin matar a nadie, es un éxito grandioso.

P/ Como vivió usted ese cautiverio en tanto que esposo de Ingrid ?

JCL : Yo sabia que Ingrid podía morir en la selva, esa era para mí la peor pero la más real posibilidad, puesto que varios secuestrados habían muerto en intentos de rescate durante ese tiempo. Tambien existía la posibilidad de que pudieramos intentar volver pero que tampoco pudieramos porque habiamos cambiado. Y habia otra pequeña posibilidad, la que podríamos volver a estar juntos. Yo le aposté a esta pequeña posibilidad porque en el año en que la secuestraron estabamos pasando por un buen momento en el matrimonio. En realidad yo tenía un muy buen matrimonio con ella. Nunca peleábamos, sólo cuando me cortaba el pelo sin avisarle … Era también una relación de trabajo, porque además de enamorarme de ella como mujer, me enamoré de una causa política. Queriamos cambiar las costumbres politicas en Colombia. Pero afortunadamente el día en que la liberaron recibí esa llamada desde el avión, quince minutos antes, y desde ese momento la sentí fría, distante. En cabio para ella no fué sorpresivo hablar conmigo y eso me pareció raro. Esos quince minutos me prepararon para el gélido recibimiento que me hizo y que todos vieron por televisión. Pero si no hubiera existido esa llamada creo que habria sido mucho peor. Luego, cuando nos encontramos frente a frente me recibió como si me hubiera visto por la mañana, cinco horas antes. Me dijo « hola Juanqui, como estás » y me tocó la cara. Me pareció sorpresivo. Yo siempre me habia imaginado que ese momento iba a estar marcado por una gran intensidad…

Por que escogió Francia para presentar su libro?

JCL: Este libro saldrá también en Colombia pero preferí que saliera primero en francés (Ingrid et moi), aunque lo primero que busco con él es hacerme bien a mí mismo. Quiero limpiarme el alma y curarme las heridas. Pero también me interesa que el público francés conozca la historia puesto que en Francia sólo conocen la historia de los secuestrados pero no la historia de los familiares de los secuestrados. Los que nos quedamos libres en cierta medida también estuvimos secuestrados.

P/ Por qué hace público un libro sobre una situación personal… Para mostrar otra imagen de Ingrid Betancourt en Francia?

JCL: Aclaro, este libro lo escribí ante todo para hacerme bien a mí. No para hacerle mal a nadie. Fué como para poner las cosas en perspectiva y verlas mejor porque sucedieron tan rápidamente que en el momento no las entendí. Al ponerlas en perspectiva las comprendo mejor. El libro cuenta algunos detalles que no se conocen, lo cual le da mayor credibilidad e interés. Es la versión de los que nos quedamos acá. Los que nos quedamos luchando por los secuestrados. Muchos libros han salido. El de Clara Rojas, de Ingrid (que ya salió), el de los americanos, de Pinchao, pero esas son las historias de los secuestrados. Son ellos quienes cuentan como vivieron esa historia allá, que yo no conozco. Yo en cambio conozco la historia de los familiares, de los que luchamos por su liberación. Esa es otra historia y otro punto de vista. Este libro habla de lo que me pasó a mí y no de lo que le pasó a Ingrid.

P/ Conociendo el carácter de Ingrid por haber vivido a su lado varios años, por qué cree que lo dejó ?

JCL: Ingrid no tiene la culpa de nada. Ella no tiene la culpa del cambio que tuvo. No es la responsable de todo lo que pasó, de que me haya tratado mal. Para mí la culpa de que el matrimonio se haya dañado la tiene el secuestro, las Farc. Mi drama es el resultado de la violencia que existe en Colombia.

P/ Qué opinión le merece el silencio de la llamada “embajadora de los secuestrados” y en cuanto a usted, sigue luchando por la liberación de los que aún están en la selva ?

JCL: No participo más en las marchas ni en las actividades por los secuestrados. Me siguen invitando a algunas acciones puesto que los conozco, trabajé con ellos seis años y medio. Desafortunadamente les digo que ya no tengo más fuerzas para seguir luchando por los secuestrados. Ahora tengo otras prioridades en la vida. Me toca trabajar, pensar más en mí, ocuparme de mí, rehacer mi vida y ya no tengo mucho tiempo para eso. Creo que de pronto a Ingrid le puede pasar lo mismo, que quiera aislarse un poco del tema y pensar en otra cosa, no sé… Fueron bastantes años de cautiverio y uno queda saturado de ese tema. Yo estoy en el plan de rehacer mi vida y de trabajar y ella de pronto puede estar en lo mismo.

P/ Está el caso de otros secuestrados que al quedar libres rompieron con su familia o que quedaron con secuelas…

JCL: En Colombia existe una fundación que se llama “País Libre”. Ello llevan las estadísticas de esos fenómenos y demuestran que el 70% de los matrimonios luego de un secuestro largo, - para ellos un secuestro largo dura más de un año -, termina en divorcio. Solo el 25% al 30 % sigue adelante y yo creo que esas estadísticas son exactas. De hecho, yo formo parte de esas estadísticas. Hay de todo, las personas que pueden salir con dificultad porque su cabeza ya no funciona igual…El secuestro es un fenómeno muy duro y yo creo que quienes han vivido esa tensión y angustia todos los días, durante muchos años, pueden salir afectados de una u otra manera. Hay de todo, pero creo que las cifras no se equivocan cuando demuestran que la mayoría de los matrimonios no sobreviven a un secuestro largo.

P/ Cual es su sentimiento hacia Ingrid ahora y cuál su punto de vista sobre las Farc?

JCL: A mí en realidad el amor por Ingrid se me murió hace un año, el 14 de enero de 2009, cuando mi padre murió. Ella no tuvo la gentileza de darme el pésame. Al contrario, ese mismo día me hizo llegar la demanda de divorcio. En ese momento Ingrid cruzó una línea y fué ahí cuando se me murió el amor. Hoy ya no siento nada por ella. Quisiera solamente tener tres o cuatro horas para hablarle y pedirle que me explique qué pasó, pero no más. No quisiera volver con ella. En cuanto a las Farc, ahora mismo están arrinconadas, están en lo que ellas llaman la retaguardia. No sé qué tan apaleadas estén o que tanto daño hayan sufrido. Lo que si sé es que están arrinconadas, en posición de espera. Pero las Farc llevan 50 años esperando. Pueden esperar 50 más.

P/ Como explicaría usted esa dualidad de Ingrid, la que se vió a través de los medios de comunicación y la mujer que conocieron los que vivieron el cautiverio con ella.

JCL: Creo que un secuestro tan largo y tan duro puede afectar a cualquier persona. Yo no lo hubiera soportado. Probablemente hubiera intentado escaparme al tercer o cuarto año, así me mataran. Yo no creo que hubiera podido soportar seis años… hay otros que llevan ocho, nueve, diez años. Es como para enloquecerse. Yo creo que Ingrid cambió en el secuestro y no es su culpa. Como lo he dicho ya, la culpa de lo que ella esté haciendo ahora o de lo que dice la gente de ella, es culpa de lo que puede causar un secuestro por eso la culpa la tienen las Farc y la violencia en el país.

P/ Durante el cautiverio de Ingrid usted criticó de manera muy dura al presidente Alvaro Uribe. Inclusive dijo que era él el principal obstáculo para su liberación.

JCL : En cuanto al presidente Álvaro Uribe, a mi no me gusta pues él busca acabar con el problema de la violencia en Colombia con más violencia. Yo soy partidario de lo contrario: la violencia se acaba a través del dialogo y de una negociación. Pero hay que reconocerle a Uribe que le ha dado muy duro a la guerrilla. La tiene arrinconada. Los secuestros han disminuido. Además llevó a cabo una operación de rescate muy inteligente, pagando o no pagando, pero sacó a 15 secuestrados sin disparar un solo tiro, sin matar a nadie. La ecuación para mí es muy sencilla: todos los colombianos odiamos a las Farc. Uribe promete acabar con las Farc. Todos los colombianos aman a Uribe.

P/ Y usted se incluye en esa ecuación ?

JCL: No, yo soy partidario del diálogo, no de la violencia. Odio a las Farc pero la solución para mí es hablando con ellas. Yo odio a las Farc pero quiero hablar con ellas y no me gusta Uribe.

P/ Esa era la posición política de Ingrid aparentemente…

JCL si, si…

P/ Cómo observa usted esa relación tan particular que estableció Ingrid con el Presidente Uribe luego de su liberación?

JCL: Muchos de los simpatizantes o amigos del partido “Oxigeno” quedamos sorprendidos con la postura que tuvo Ingrid ante Uribe pero entendemos que tiene que estar agradecida con la persona que la sacó de la selva. Aunque ideológicamente no comparta sus ideas, ella tiene que estar agradecida con el Presidente.

Paris, Febrero de 2010