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En Chile, Obama propuso una "Alianza Igualitaria" entre tiburón y sardinas
Publie le Viernes 25 de marzo de 2011 par Open-PublishingConcluyó la visita de Barack Obama y al cabo de sus paradas en Brasil, Chile y El Salvador no hay mucho para destacar. Propuso una "Alianza Igualitaria" que no tiene nada de tal.
Palabras, palabras, palabras. Mientras el presidente Barack Obama discurseaba en el Centro Cultural Palacio de la Moneda, en Trípoli y ciudades libias caían las bombas y los misiles disparados por aviones y barcos del imperio.
Obvio, la orden para esa brutal agresión que ya costó un centenar de vidas la había dado él. ¿Quién otro podía darla sino el presidente? Ahora tiene problemas con aliados internacionales no demasiado decididos a ser parte de esa guerra. Y el propio Capitolio se queja de no haber sido consultado por el jefe de Estado, apurado como estaba por pactar con Nicolas Sarkozy, David Cameron y otros perros de la guerra.
Ese contraste entre el discurso democrático "para la tribuna", y los cráteres de las bombas en el norte de Africa, sirve para calibrar correctamente qué quiere Estados Unidos.
Obama dejó arrobados al presidente Sebastián Piñera y al casi tan derechista como él, José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, que lo escuchaban a pocos metros de donde murió un chileno verdaderamente democrático como Salvador Allende. Este murió en el medio de un golpe de Estado propiciado por Estados Unidos, la CIA, el Departamento de Estado y el operativo naval Unitas. Augusto Pinochet fue un fruto podrido de esa política, aunque ahora Obama diga que no hay que revolver el pasado, evitando la autocrítica y repitiendo el libreto de la derecha argentina defensora de los genocidas (Mariano Grondona debería recordarle que el copyright es suyo).
El visitante elogió mucho a Chile por su progreso económico y su resistencia a adversidades como el terremoto y el accidente de los mineros. Miraba el costado trasandino que le convenía, pues ese progreso está muy limitado por la polarización de ricos y pobres que el empresario Piñera corporiza como ninguno. De los mineros mejor no hablar, porque -fuera del marketing mediático- muchas de las familias afectadas siguen reclamando por una ayuda del Estado demorada siete meses.
¿Por qué habrá elegido Chile para su discurso sobre la "Alianza Igualitaria"? Y, entre otros motivos, por su intención de amarrar los vínculos con ese gobierno, uno de los más corridos a la derecha del espectro, junto a los de Perú, Panamá y Colombia. Piñera elogió los Tratados de Libre Comercio firmados con EE.UU. y se entusiasmó con los que Obama ratificará con Colombia y Panamá.
Por eso el mensaje del visitante norteamericano, elogiando lo mismo que fue sepultado como ALCA en Mar del Plata en 2005, no podía pronunciarlo ante Dilma Rousseff en Brasilia. Tenía que ser en Santiago de Chile.
Contra Cuba.
Una parte sustancial de la obamanía estuvo dedicada a atacar a Cuba. Llamó a todos los países a apoyar "el derecho de los pueblos a decidir su futuro, incluido el pueblo de Cuba", dando por sentado que los cubanos no son dueños de su país. El orador se comprometió a "a emprender esfuerzos para quebrar esa tendencia en la isla y dar respuesta al pueblo de Cuba que merece el derecho de la democracia".
En su opinión los 11 millones de cubanos no viven en democracia sino que serían víctimas de la "dictadura castrista". Raro, porque si esas personas fueron capaces con una lucha heroica de sacarse de encima a la dictadura proyanqui de Fulgencio Batista, ¿cómo no se dan cuenta que supuestamente estarían sufriendo un revival de esa tiranía?
"Continuaremos buscando maneras de aumentar la independencia del pueblo cubano, que tiene derecho a la misma libertad que todos los demás en este hemisferio", aseguró el "Discurso para las Américas", tal su pomposo título. Aquí la mentira se eleva a la enésima potencia: ¿los cubanos serían independientes con su "liberación" a manos de los marines?
Esa afirmación ofende a la inteligencia humana, además de la dignidad de los cubanos, que la tienen y en un alto grado. La realidad latinoamericana y mundial demuestra lo contrario: donde los procesos populares e independentistas, y los que han llegado al socialismo, se ven revertidos hacia el capitalismo, se produce una regresión hacia una cruda dependencia.
Si alguien tiene dudas, puede preguntarle a los rusos, polacos, húngaros, alemanes del Este, serbios, etc, si ahora viven mejor que antes de 1990. Están peor, porque sus salarios no alcanzan, no tienen más salud y educación gratuitas ni ven protegidos sus puestos de trabajo. Pero hay algo más: el imperio los amarró a la OTAN, los puso de vasallos del FMI y en algunos casos violó tanto su soberanía que los convirtió en protectorados propios. Eso sucedió con Kosovo y Albania, mientras Polonia y la República Checa aceptaron alojar bases de misiles "made in USA". Son neocolonias.
El caso de Cuba patentiza la hipocresía de Obama. Este debutó incumpliendo su promesa de cerrar la cárcel de Guantánamo, donde se tortura a prisioneros sin defensa ni causa judicial. Prometió que al año de asumir, en enero de 2010, ese antro de violación de los derechos humanos estaría clausurado. Corre marzo de 2011 y no hubo tal cosa. El jefe de esa cárcel, el almirante Jeffrey Harbeson, declaró que si el presidente le da la orden necesitará seis meses para llevarla a cabo. Aún no la recibió. Y 176 detenidos siguen allí, privados de todos sus derechos.
Obama tampoco dio pasos para eliminar el bloqueo con que castiga a Cuba. Peor aún el 3 de septiembre de 2010 prorrogó esa medida ilegal y criminal hasta el 14 de septiembre de 2011. Su justificación fue que "la continuación durante un año de estas medidas referentes a Cuba conviene a los intereses nacionales de EE.UU.".
Fue vergonzoso que Piñera, Insulza y otras autoridades chilenas permitieran que el visitante empleara la tribuna oficial de Chile para atacar a Cuba. Si se levantaran Allende y Pablo Neruda....
Tiburones y sardinas.
Los hechos despintan el maquillaje "igualitario" que se puso Obama en Chile. Su "Discurso de las Américas", como el que pronunció hacia el mundo musulmán en El Cairo en 2009 (de la mano de su amigo Hosni Mubarak), es tan mentiroso y ficticio como la venta de humo.
El imperio tuvo una grave crisis económica en 2008, de la que aún no se ha recuperado. Al mismo tiempo ha aumentado su deuda nacional bruta, que al 10 de marzo del corriente, según cable de AFP, "ascendía a 50,53 billones (millones de millones) de dólares al 31 de diciembre. La cifra, que representa tres veces y media la última estimación oficial del Producto Interno Bruto del país en 2010, incluye la totalidad de la deuda pública y privada de Estados Unidos".
Esas graves dificultades económicas se patentizaron también en los recortes que la Casa Blanca debió introducir en su proyecto de presupuesto 2012 (eso sí, aumentó en casi 5 millones de dólares su partida para alentar a los mal llamados "disidentes" cubanos, hasta completar 62.24 millones de dólares, sumando las partidas de la SINA, su oficina rectora en Washington, la USAID y Radio/TV Martí).
Esa potencia decadente quiere que América Latina abra sus mercados a los negocios norteamericanos, para hacer realidad aquello de que por cada dólar invertido por sus multinacionales se llevan cuatro. Para eso quieren los Tratados de Libre Comercio, sucedáneos del fracasado ALCA. La Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio está paralizada desde 2001 por la negativa de las grandes potencias a cesar en los subsidios a sus productos. El bloque tercermundista se resiste a abrir de par en par sus economías, tal como aquéllas reclaman.
Obama ganó en 2009 el Premio Nobel de la Paz porque la academia sueca quería congraciarse con el personaje, sin méritos para esa distinción. Tendría que premiarlo Hollywood porque el afroamericano es un buen actor de reparto. Lo suyo es actuación pura, gestos, palabras, libreto, sonrisas para la foto, retórica, etc, pero los balances concretos lo dejan en evidencia.
Debutó en abril de 2009 en la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, prometiendo "un nuevo ciclo" en las relaciones con la región. Todavía se aguarda que empiece, porque lo visto hasta ahora en sus conflictos con la Venezuela de Chávez, la Cuba de Raúl Castro, la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Rafael Correa, la Honduras agredida por el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, el rechazo a la gestión de Lula sobre Irán, el avión con armas y drogas en Ezeiza, etc, dista mucho de la promesa de Trinidad y Tobago.
Lo suyo es la vieja fábula de la igualdad del tiburón y las sardinas. Piñera y otros pescaditos dicen que ir a esa lata será entrar en el mejor de los mundos. Por suerte Cuba, los países del ALBA, Brasil y Argentina, no aceptan esa ley oceánica del más fuerte y dientes más afilados.