Gilad Shalit y Salah Hamouri

La liberación simultánea de Gilad Shalit y de 1.027 prisioneros palestinos ha sido ampliamente anunciada por los medios. Sarkozy ha dicho que la liberación del soldado franco-israelí era “un gran alivio para Francia”. Bien.

Pero me hubiera gustado oír al gobierno francés hablar sobre otro prisionero, éste muchos menos mediático. Se llama Salah Hamouri, es franco-palestino, defensor de la causa palestina. Tiene 26 años y era estudiante de sociología en la universidad de Belén. Está en prisión en Israel desde marzo de 2005, y fue condenado por un tribunal militar israelí. ¿Su crimen? Haber tenido “la intención” de participar en un complot y haber pasado en coche por delante de la casa de un rabino, uno de los responsables del partido religioso de extrema derecha Shass.

No hay ninguna prueba, solo las confesiones obtenidas en el marco de un proceso manipulado (siete años de prisión en lugar de catorce). No tengo ninguna confianza en la justicia de Israel, un Estado que oprime a todo un pueblo desde hace 60 años.

Y lo que me choca también, es que el gobierno francés, que no ha ahorrado su apoyo a Gilad Shalit, nunca ha pedido la liberación de Salah Hamouri. ¿Por qué la libertad de un franco-israelí vale más que la de un franco-palestino? Es más bien porque en la guerra que Israel lleva contra el pueblo palestino, el Estado francés ha tomado partido.

Traducción de F.P.

Lutte ouvrière