Italia: Solie Lautsi, Madre Coraje en lucha contra el crucifijo

Camille Bauer

Solie Lautsi, una simple madre de familia, ha conmocionado a Italia y a toda la Europa católica.. Lanzándose a una batalla judicial para proteger a sus hijos, ha conseguido que la Corte europea de Derechos Humanos condene a Italia por la presencia de crucifijos en las aulas. Por unanimidad, los siete jueces de la Corte han estimado este martes (3 de octubre) que los crucifijos eran contrarios al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y al derecho de los hijos a la libertad religiosa, dando la razón a la tenacidad de Solie Lautsi. Esta italiana de origen finlandés se lanzó a esta batalla en 2001, cuando descubrió crucifijos en las clases de sus dos hijos, en la escuela pública de Abano Terme, Venecia. Expresó su reprobación en aquel momento solicitando que estos símbolos religiosos fueran retirados, argumentando que un fallo de la Corte de casación había juzgado contraria a la laicidad del Estado su presencia en los colegios electorales. Pero las cosas no son tan simples en Italia. Si en principio el catolicismo no es ya la religión oficial desde 1984, en los hechos las ordenanzas adoptadas por el fascismo obligando a las escuelas a dotar de crucifijos a sus clases nunca fue derogada. Frente a la resistencia del director de la escuela, la joven madre, miembro de la Unión de ateos y agnósticos racionalistas, recurrió a la Justicia. Corte constitucional, tribunal administrativo, el asunto de los crucifijos llegó hasta el Consejo de Estado, que en 2006 rechazó la denuncia, arguyendo que la cruz se había convertido en uno de los valores laicos de la Constitución italiana. La decisión de la Corte europea ha suscitado una ola de condena por parte de la Iglesia católica y de los conservadores europeos, pero ha dado la razón al combate de la madre de familia.

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