Portada del sitio > Jesús Manuel Silva Rivas
Nuevas sanciones contra Irán emprendidas por Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, más allá de las resueltas por el Consejo de Seguridad de la ONU son signos del peligroso avance imperialista en la región. Esta vez las sanciones del organismo internacional del 9 de junio tuvieron respaldo de Moscú, tradicional aliado de Teherán, que al mismo tiempo crítico estas últimas sanciones adicionales. Las medidas abarcan por primera vez sectores económicos claves como la energía, las finanzas y el transporte. Las represalias imperialistas europeas y norteamericanas afectan diez grupos bancarios de capital iraní entre los que se incluye el Banco Internacional de Desarrollo de Venezuela, filial autónoma del Banco de Desarrollo de Exportación de Irán. Venezuela tiene el compromiso, de acuerdo a convenios firmados con anterioridad a estas sanciones, de surtir de gasolina al acosado país persa.
El concurso de las cancillerías de Turquía y Brasil, actores emergentes en el escenario internacional, como mediadores en este delicado asunto, debe ser seguido con mucha atención dado el interés de estos dos últimos países para que se le respete en el futuro el desarrollo de sus propios planes de explotación de energía nuclear. En otro orden de ideas resaltan las crecientes dificultades de Estados Unidos en Afganistán, agravadas durante la semana por la aparición de denuncias acerca del ocultamiento de información sobre el número real de víctimas civiles en el conflicto, las operaciones encubiertas llevadas a cabo en contra de líderes de la resistencia afgana y la ayuda del gobierno de Pakistán a los combatientes. La crisis estructural del capitalismo mundial se ha hecho sentir en el continente europeo. A las medidas de ajuste macroeconómico, con su secuela de restricciones de los derechos laborales a la población económicamente activa y jubilada en Grecia, le han sucedido Portugal, España, Irlanda y Alemania.
El más reciente paquete de ajustes de corte neoliberal fue anunciado por el gobierno de Silvio Berlusconi en Italia que prevé recortes en el gasto por el orden de 25 mil millones de euros (alrededor de 30 mil millones de dólares). En la frontera entre la temática internacional y nacional se encuentran las repercusiones respecto al rompimiento de relaciones con el gobierno Uribe tras las infundadas denuncias presentadas en la OEA. Nuestro gobierno ha reiterado su llamado a la paz en Colombia, así como la calificación de aquella situación como un problema interno de ese país y renovado la exigencia tantas veces formulada por el Gobierno venezolano para que Colombia resguarde sus fronteras y no “exporte” su violencia hacia los países vecinos.
(*) Abg. Constitucionalista y Penalista. Profesor Universitario.