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LA FRAGMENTACIÓN TERRITORIAL, POLÍTICA SECESIONISTA DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y N

Publie le Sábado 16 de octubre de 2010 par Open-Publishing

LA FRAGMENTACIÓN TERRITORIAL, POLÍTICA SECESIONISTA DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y NEOCOLONIAL.-
Filosóficamente la naturaleza nos ha proporcionado con su dialéctica evolutiva la cohesión integral de sus componentes en un todo y muestra de ello es la conformación anatómica de los cuerpos de todas las especies orgánicas, entre éstas las del ser humano. Es decir, ningunos de nuestros órganos están dispersos en el espacio. Por muy incauto que sea cualquier ser pensante, observa que la cabeza, el tronco y sus extremidades marchan siempre unidas al cuerpo y, más aun todos los órganos internos sin mucha complicaciones, todos sin excepción y en particular cumplen sus funciones para desarrollar la estructura anatómica del ser humano.
El pensamiento fragmentario colonial y neocolonial, es la expresión de la cultura de la sumisión como enunciado de la ideología de la clase dominante que impone como regla general la división: primero secciona al bloque terráqueo con su enfermiza fantasía fronteriza de Naciones y con éstas sus colonias, luego selecciona en razas al ser humano, posteriormente las subdividen en clases y profesiones, como una forma más refinada de dominación, explotación y distracción de las masas trabajadoras.
Por lo tanto, no es casual que los ideólogos de la oposición derechista, entreguista, retardataria y, uno que otro de la izquierda exquisita asuman posiciones de rechazo a ultranza a que las ciudadanas, ciudadanos y pueblo en general se organicen en los consejos del Poder Popular, como son: los Consejos Socialistas Comunales; los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras; los Consejos Socialistas de Campesinos y Campesinas, los Consejos Socialista Estudiantiles, entre otros. Como nuevo paradigma de unir las partes en un todo del cuerpo Político, Económico y Social del Pueblo Trabajador, para hacer realidad la práctica de la unidad patriótica, solidaria y revolucionaria de todo el cuerpo jurídico, político, económico, social, ambiental y cultural de nuestro espacio territorial, como punto de partida de la integración latinoamericana y caribeña, bajo la concepción libertaria y emancipadora del pensamiento del hombre de las dificultades, el Libertador Simón Bolívar y, desde luego, lo establecido en el precepto Constitucional en el Artículo 153.
La obsesión anticomunista de estos actores de la politiquería antihumana reniega a todo sustantivo del bien común, establecidos en el marco socio jurídico tácito en la Máxima Ley. Así que estos sabiondos recurren a concepto leguleyos superados en la Carta Magna Bolivariana, sobre todo en la organización política territorial, cuyas riquezas naturales existentes en nuestro ámbito nacional pertenecen a la República, siendo éstas de dominio público bajo leyes que competen a la planificación, organización, procesamiento, acumulación, distribución y control social de la explotación de las mismas; para que satisfagan las principales necesidades objetivas y subjetivas de todas las ciudadanas y ciudadanos que hacemos vida común en el territorio nacional.
En estos momentos es descabellado permitir que estos ingenios puedan recurrir a viejos esquemas fallados como aquel intento de imitar la estructura aristocrática del Estado de la antigua Grecia que asumió Europa y los Estados Unidos, a esta pretensión le salió al paso el Maestro Simón Rodríguez: (“la sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son dos enemigos de la Libertad de pensar…en América…”) que después las clases dominantes impusieron a todas las naciones nacientes en aquella época y en aquel continente, expandiéndolo por todos los continentes bajo el dominio colonial, despojando a nuestro antecesores de nuestra originalidad creativa y productiva que venían desarrollando. Ahora bien, de lo que se trata hoy, es que todo ese cúmulo del conocimiento universal generado por el género humano sea puesto a favor del bienestar común de toda la humanidad, rompiendo con esos esquemas separatistas que desean revivir estos pensadores elitesco del individualismo y egoísmo de la sociedad burguesa dirigida por el departamento del Estado Norteamericano, que en nombre de la democracia burguesa hoy, como ayer en nombre de la Libertad impone su colonia imperial de la destrucción de las culturas autóctonas de los pueblos utilizando la vía de invasiones y las armas. Ya Simón Bolívar lo alertaba: “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia en plagar de miserias a América, en nombre de la Libertad”.
El Movimiento Revolucionario Popular articulado en el Polo Patriótico, está en el deber de cohesionar a las fuerzas productivas tanto del campo y de la ciudad en el replanteamiento socio-orgánico del cuerpo productivo de la sociedad venezolana iniciándose desde las comunidades en los Consejos Socialistas Comunales y, desde el seno de éstos articular las Unidades Socialistas de Producción de Obras, Bienes y Servicios; bajo la administración y control social directo por las y los trabajadores de éstas comunidades organizadas guiadas por el Plan de Desarrollo Endógeno Integral Comunitario. Es decir, romper con la vieja tesis de la democracia representativa, que todavía persiste en las mentes de socialdemócratas, radicales, conservadores, socialcristianos, izquierdistas, derechistas y todo remedo Psicosocial de estructuras antagónicas de esta sociedad de clases que anhelan ese modelo y reclama con demencia la oligarquía apátrida enquistada en los sectores reaccionarios de una oposición retardataria que opera solapadamente en este Estado Burgués.
Es urgente y necesario que las comunidades asuman como piedra angular la Bandera de la Justicia Social, haciendo efectivo lo contenido en los artículos del Título 1 de los principios fundamentes de la Constitución, como palancas esenciales de la Democracia Participativa y Protagónica, que muy bien se puede ejecutar aplicando la Ley Orgánica de los Consejos Comunales en particularmente asumiendo su artículo 2. Cuya forma y contenido tiende las bases de la articulación e integración de todas las expresiones sociales de organización y producción. Entendiéndose que solo con la participación y protagonismo consciente y con conocimiento de crear Leyes revolucionarias, haciendo uso de la facultad de las iniciativas Legislativas Constitucional y Constituyente como medio del ejercicio de la Soberanía Popular, que tiene el pueblo en general.

Freddy Subdiaga
HASTA LA VICTORIA DEL PODER POPULAR...COMUNISTA SIEMPRE