Portada del sitio > Las cordiales señales de Bush hacia Mexico

Las cordiales señales de Bush hacia Mexico

Publie le Viernes 19 de mayo de 2006 par Open-Publishing
1 comentario

La seguridad de Estados Unidos y la guerra contra el terror de George W. Bush pasan ahora por un evidente acto de hostilidad y desprecio hacia Mexico, y revelan otra vez hasta que punto, con el actual gobierno de ese país, las decisiones políticas obedecen a criterios de barbarie militarista y de control imperial

El envío de 6 mil militares de la Guardia Nacional para reforzar las tareas de patrullaje y vigilancia en la frontera sur. Los acuerdos del Senado para eliminar de cualquier beneficio migratorio a quienes hayan cometido alguna falta en aquel país. Y, para remate, la decisión del Senado de ordenar la construcción de un muro adicional en la frontera mexicana, de unos 600 kilómetros de longitud, y de barreras para frenar vehículos en otros 800 kilómetros. Medidas ordenadas por Bush o apoyadas por la Casa Blanca.

¡Vaya manera en que George W. Bush, según se ha dicho, pretende apaciguar a sus opositores y a los contingentes más racistas de los partidos políticos estadounidenses! ¡Y vaya manera en que procuraría sacar adelante una tímida reforma migratoria, descuartizando antes a los eventuales beneficiarios y a los futuros mexicanos y latinoamericanos que de todos modos seguirán cruzando la frontera!

Pero más grotesco aún, si posible, es la reacción de Vicente Fox y de Luis Ernesto Derbez, que no ven ni escuchan lo que ocurre a su alrededor: se trata por supuesto de una militarización de lafrontera norte de Mexico, aunque se le procure disfrazar de mero "apoyo administrativo". Quien conozca mínimamente la historia de la guardia nacional estadounidense sabe perfectamente que se trata de un cuerpo del ejército que es llamado "guardia nacional" cuando se despliega en territorio de Estados Unidos, por la prohibición constitucional al ejército de actuar dentro del propio territorio.

El disimulo semántico no oculta la realidad, a pesar de que Bush les haya dorado la píldora a los funcionarios mexicanos. Por lo demás, en su discurso hacia el interior George W. no sólo no ha procurado disimular, sino que ha resaltado su envío de la guardia nacional como una decisión de corte militar que contribuye a "sellar" la frontera sur. Únicamente lo ve diferente el servilismo trastornado de los funcionarios mexicanos que, una vez más, han quedado como obedientes domésticos a los que no es posible respetar.

Mucho se ha expresado ya sobre esta medida que corresponde al fundamentalista y belicoso Bush, sobre su inutilidad puesto que no impedirá el paso de los emigrantes aún cuando seguramente lo hará mucho más peligroso y en ocasiones letal. Y sobre el increíble balbuceo rendido que ha caracterizado las declaraciones del Presidente y del Secretario de Relaciones Exteriores. Todo esto es verdad y mucho más podría decirse.

La seguridad de Estados Unidos y la guerra contra el terror de George W. Bush pasan ahora por un evidente acto de hostilidad y desprecio hacia Mexico, y revelan otra vez hasta que punto, con el actual gobierno de ese país, las decisiones políticas obedecen a criterios de barbarie militarista y de control imperial. Y anuncian entonces la posibilidad, y aún la inminencia, de nuevas agresiones de ese gobierno que, a la postre, únicamente podrán ser frenadas por su propia sociedad, desde luego por los sectores más progresistas e inteligentes de esa sociedad, que lleguen a ser mayoritarios.

Hay sin embargo un punto que ha faltado en esos análisis, y que para mí es esencial: la decisión de militarizar nuestra frontera norte como otro amago y señal para impedir la victoria de Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones. Muchas señales, entre las que se inscribe la desenfrenada e ilegal propaganda desde la silla presidencial, ocupada por el cinismo de Vicente Fox, sin excluir la abundante corriente de dinero que viene del norte.

En lo externo, portavoces del gobierno de Estados Unidos han manifestado que aceptarían en México la decisión democrática del pueblo, fuera quien fuese el triunfador. En el fondo sabemos que estimulan por todos los medios posibles (la gente de dinero en México, los envíos millonarios de allá, las cadenas de la comunicación masiva, etcétera) a que se opongan al triunfo de López Obrador.

Para ellos, resulta inadmisible un "nuevo proyecto de nación", es decir, un gobierno en la frontera sur que toque hasta con el pétalo de una rosa las reglas del capitalismo salvaje que han impuesto. Y también intolerable cualquier veleidad mexicana de reanudar relaciones cordiales y constructivas con los países del sur continental. ¿No es verdad que la militarización de la frontera norte mexicana encarna también esta "cordial" señal?

Víctor Flores Olea

Viejoblues, un espacio libre ∆

 http://www.viejoblues.com/Bitacora

Mensajes