Las prisiones israelís rebosan de prisioneros palestinos

La liberación del soldado Ghilad Shalit, detenido hace cinco años por Hamas, frente a la de 477 prisioneros palestinos y de la promesa de otros 550 en dos meses ha sido ampliamente mediatizada. El reencuentro de los ex prisioneros con su familia y la población han dado lugar a escenas de alegría muy comprensibles, tanto en Israel como en Palestina.

Pero más allá de la esperanza que “este acuerdo ayude a realizar la paz entre los dos campos” como ha expresado Ghilad Shalit, este acontecimiento recuerda que el Estado de Israel retiene todavía en sus cárceles más de 4.500 prisioneros palestinos de los cuales 35 son mujeres, 85 menores y 260 detenidos sin ninguna acusación. Entre ellos, diputados, dirigentes políticos y también a Salah Hamouri, un joven franco-palestino, preso desde hace 6 años bajo la acusación de haber ¡“haber proyectado el asesinato de un rabino”!
Para conseguir « la paz entre los dos bandos », la condición previa es que el Estado israelí deje de oprimir a los palestinos, de ocupar sus territorios y libere a todos los prisioneros políticos.

Traducción de F.P.

Lutte ouvrière