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Los Norteamericanos del sur del Rio Grande

Publie le Jueves 30 de octubre de 2008 par Open-Publishing

Los Norteamericanos del Sur del Río Grande

“La ignorancia es un motor que trabaja con cualquier combustible”. Sí tuviéramos un ignoriometro o especie de instrumento para medir la ignorancia, ¿donde quedaría yo y los demás en la señal de esa aguja indicadora, y donde estaría ubicado Sócrates -en la imaginaria medición histórica-, cuando exclamó: “Sólo sé que no sé nada”?
La inteligencia corporativa es complemento de la seguridad corporativa cuando se conoce el concepto que las define:
“SEGURIDAD: núcleo (OBJETO), de tres elementos: SUJETO, SERVICIO DE SEGURIDAD Y RIESGO, de asociación espontánea según las circunstancias, que se complementan entre sí para reducir a uno sólo de ellos (el RIESGO) a su mínima expresión, con la participación preferiblemente activa del (SUJETO) y con el fin que justifique los medios para mantener imperturbable el objeto de la seguridad, por medio de la contratación o prestación de un (SERVICIO DE SEGURIDAD) para su resguardo preventivo , acción inteligente o defensa propia”.
No existe militar o milicia (que es lo mismo), elementos de un (SERVICIO DE SEGURIDAD) socialista o capitalista. Existe si -en la globalización-, pro-imperialistas o anti-imperialistas, por ejemplo: si el (OBJETO) fuera la SOBERANÍA sobre un determinado TERRITORIO y, (el SUJETO) fuera el PUEBLO SOBERANO, la FAN debería ser su (SERVICIO DE SEGURIDAD); de ser ellas ANTI-IMPERIALES o soldados hexagonales en la división global del Estado Corporativo, “POR AHORA”.
Para ser pro-imperialista o soldado pentagonal debemos recibir el estipendio que deja el capital para protegerse (en el sistema) así mismo, cuando el capitalista muere en la edad promedio de vida de cualquier mortal y deja su fortuna intacta para continuar las calamidades humanas calentando al mundo, cien años después. Podemos poner como ejemplo el caso del general Aliegro, Ministro de la defensa de la época, quien ordenó disparar (Obedeciendo a quien) contra un pueblo inerme, por estar (ese concepto condicionado en él) como una voluntad ideológica pro-imperial. Se entiende; lo comprendemos, pero, ¿debemos aceptar esa conducta sistemática criminal toda la vida? Se comentaba antes, que a un General se le compraba con una buena botella de whisky, una excelente comida, una hermosa mujer y un buen carro; dependiendo del OBJETO que defendía o a quien contrató sus servicios, ese “militar”. Hoy por hoy, el güisqui se sigue saboreando igual; más halagador, acompañado por la presencia de una bella dama y degustando una buena comida; mejor que a pie, un automóvil deportivo: No es necesario vender la patria y, por ingenuidad, oír de algunos que dejamos por eso de ser socialistas. ¡No sea pendejo ninguno! (500.000 Bs. F no hacen capitalista a nadie).
No puede existir socialismo sin patria, sin soldados que defiendan su territorio, sus mujeres, niños y ancianos; que defiendan con patriotismo sus raíces, idiosincrasia, autodeterminación, libertad, igualdad, justicia; como lo hizo Gandhi, luchando -entonces- contra el imperio -igualmente- criminal de los ingleses. Hoy en día, nuestros militares son ciudadanos, con derechos políticos, opiniones racionales particulares, fuera del dogmatismo prusiano que hacia aborrecer al civil, y viceversa, aplicando el conductismo de Watson y el principios de los reflejos condicionados de Pavlov: “llegaron los civiles, mierda afuera; 21:00 horas del regreso de cualquier domingo de un cadete”. Con razón los llamaban gorilas, ya que ellos no podían votar -los gorilas tampoco-, la cosa o res, y los esclavos menos; ordenar u obedecer, no dialogar como ahora lo hacen públicamente y muy bien de paso; tal como cualquier ciudadano, -sin perder por esa novedosa condición- su espíritu militar, jerarquía, comando y obediencia, calidad humana, amor por la patria y el prójimo; con la bragueta pa´lante; donde llevamos los testículos los “hombres” que no negociamos la existencia altruista de la libertad total, ni por las necesidades de Abraham Maslow: hambre, sed y sexo.
“En la vida militar, antes que servil es preferible la cobardía como defecto; generalmente, una es consecuencia de la otra”.

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