Los ricos se quejan, los gobiernos obedecen

Cuando el gobierno toma una pequeña medida susceptible de tocar a los más ricos, sobreactúa para hacer creer que todo el mundo va a beneficiarse. Cuando renuncia poco después, es mucho más discreto. Recordemos “la prima Sarkozy”, los famosos 1.000 euros por trabajador que las grandes empresas iban a tener que pagar, y Sarkozy entonces insistió mucho para mostrar su determinación de hacer pagar a las empresas. Unos meses más tarde, sólo queda de esta propuesta unas primas ridículas, que rozan la provocación, como el grupo Securitas que ha ofrecido 8 € a sus empleados.

Ayer, fue la tasa sobre las noches en hotel de lujo la que se “olvidó”. Anunciada como una medida de “justicia” durante el plan de austeridad de agosto, este impuesto irrisorio del 2% fue creado para el 1º de Noviembre… y suprimido el 10, después de que los patronos de las cadenas de lujo chasqueasen los dedos al ministro del ramo, Frédéric Lefevbre.

Las micro-medidas contra los ricos solo son impactos mediáticos. Los golpes que caen sobre las clases populares, en cambio, son siempre aplicados y nunca puestos en cuestión. Y no lo serán en tanto una explosión social no envíe a la basura todas las políticas de ajuste.

Traducción de F.P.

Lutte ouvrière