Matanza en Egipto: un nuevo régimen que no es mejor que el anterior

Aunque el ex dictador de Egipto Mubarak fue forzado a la dimisión en febrero, la policía ha reprimido en sangre las manifestaciones que reivindican que los militares cedan el poder a un gobierno civil. Y los dirigentes del ejército en el poder se han atrevido a afirmar que los manifestantes muertos lo han sido para ¡“salvaguardar el proceso democrático”!

Ningún problema se ha solucionado para las clases populares desde el derrocamiento de Mubarak, ni el desempleo, ni la pobreza, ni siquiera la libertad de expresión: una vez fuera el dictador, el aparato del Estado, la policía, el ejército, sigue siendo el mismo. Esto ha bastado a las grandes potencias imperialistas para conceder el certificado de “democracia” al nuevo régimen. Contar con el Estado mayor del ejército de Mubarak para garantizar las libertades democráticas era evidentemente una estafa: ninguna libertad es posible en un país asolado por la miseria y el saqueo imperialista.

Solo un régimen impulsado y controlado por los propios explotados podrá enfrentarse realmente a estos problemas. La nueva matanza de este fin de semana en la plaza Tahir es la confirmación trágica del hecho de que la emancipación de los pueblos solo puede ser obra de los pueblos mismos.

Traducción de F.P.

Lutte ouvrière