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Ni la computadora de Bin Laden tiene tantos datos como la de Raúl Reyes
Publie le Lunes 16 de mayo de 2011 par Open-PublishingEl periodista Joaquín Pérez Becerra se encuentra preso en las cárceles colombianas, con acusaciones falsas, y pese a ser refugiado político y sueco. Esta injusta detención hace parte de una práctica de criminalización de la lucha social y de cualquier tipo de disidencia que denuncie la violación a los DDHH en Colombia. Esta estrategia de criminalización implica "sembrar" pruebas falsas y múltiples formas de manipulación judicial y mediática. Esto ocurre en Colombia, durante el gobierno de Santos, no es de extrañarse que se violen todos los derechos. Pero lo extraño es que el gobierno Venezolano se haya prestado, sin hacer ninguna consideración, sin indagar nada al respecto, muy parecido a cualquier gobierno de derecha. Hasta el punto que PCV realizó una protesta formal, El gallo rojo,el único partido político Venezolano que reaccionó frente a este atropello. Hay que saber que solo en 2011 han sido asesinados por tortura y denegación médica 5 presos políticos en las cárceles colombianas.
El gobierno de Santos afirma que las pruebas que comprometen a Pérez Becerra fueron encontradas en las computadoras del líder guerrillero Raúl Reyes, tras el ataque que violó la soberanía de Ecuador y tuvo como saldo la muerte de Reyes y de unas 20 personas más, entre las cuales un civil ecuatoriano y 4 estudiantes mexicanos internacionalistas. Si eso es así, entonces todavía podrían seguir encontrando culpables con la famosa computadora de Reyes. Conocemos de ordenadores, sabemos lo fácil que significa introducir datos y modificarlos, introducirlos. ¿Se puede creer, y es un dato fiable lo que está presente en una computadora? ¿Puede servir para culpar de delito a alguien?. Un ordenador es un sistema de comunicación recíproca, abierto, no es cerrado, si somos capaces de leer una información de ella, también somos capaces de sembrarle datos. Podemos encriptar esa información, desencriptarla, utilizando programas apropiados, que se encuentran en la misma red. La tecnología está a la vista de todos.
Por otro lado se rompió la cadena de custodia de dichas "pruebas", y la misma Interpol ha tenido que reconocer que hay miles de archivos creados en fechas posteriores al bombardeo. Con lo cual, o los creó el fantasma de Raúl Reyes, o algún agente de la policía colombiana. Pese a la invalidez legal de tales "pruebas", el sistema judicial las usa para enjaular al pensamiento crítico. Esto es una barbarie legal lo que ocurre en Colombia. Si ya tocaron las pruebas y se les sembró información nueva (reconocido por ellos mismos). ¿Cómo va ser valido este elemento, que fue manipulado por personas interesadas?
Lo peor de todo, con toda la información de inteligencia que tiene el gobierno Venezolano, todavía crea estas patrañas. Con la computadora de Reyes se inculpó a Chávez de relaciones con las FARC, ahora se hace lo mismo con El periodista Joaquín Pérez Becerra.
Lamentablemente, habiendo podido evitar la entrega del comunicador; las autoridades venezolanas, eligieron saltarse las leyes venezolanas y el DIH, y entregar al periodista al régimen colombiano, habiendo sido previamente incomunicado, privado de abogados y de acceder a la representación consular sueca. El periodista Joaquín Pérez Becerra pasa a engrosar la penosa lista de más de 7.500 presos políticos en Colombia. El gobierno Venezolano se portó como un gobierno de derecha, que siempre hemos criticado, que recibe órdenes y actúa por reflejos acondicionados. ¿Qué está detrás de este caso?
Había muchas opciones para evitar esta entrega de un perseguido político. Respetar las leyes, por ejemplo. Entregaron al periodista violando todas las leyes: el DIH, los DDHH, la constitución venezolana, la Convención Contra la Tortura, el Convenio de Viena, el Estatuto del Refugiado, etc... Había un amparo legal inmenso bajo el cual se hubiera podido acoger el gobierno venezolano para evitar el colaboracionismo con el régimen más atroz de América Latina.
Y más existe un elemento fundamental, el Gobierno Colombiano es un régimen sanguinario que copia las técnicas de tortura Israelita. De esta manera se sabía de antemano que se violarían todos los derechos humanos. Si existían otras salidas para el caso del periodista Joaquín Pérez Becerra, el criterio propio de Nación, respetar las leyes Venezolanas. no permitir que se violen los derechos humanos de nadie.