No existe conciliación entre el capitalismo y el socialismo científico.

No existe conciliación entre el capitalismo y el socialismo científico.

No es igual conciliar, que concertar con los contrarios del proceso revolucionario de liberación nacional, que bosqueja el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, apuntalado por el Movimiento Revolucionario Popular, más aun cuando se traza la perspectiva de transitar dialécticamente hacia la forma económica socialista de producción y distribución de obras, bienes y servicios que satisfagan las principales necesidades de la clase obrera manual e intelectual, como fruto de su propia emancipación.

Es decir, que en el desenvolvimiento de las acciones y actividades de las y los revolucionarios con la convicción ideológica de cambiar las formas de producción y distribución, no puede haber conciliación alguna con el sistema de producción capitalista, que bajo la maniobra de la democracia representativa la burguesía le impone a la clase obrera manual e intelectual y, a todo el pueblo en general. Ahora bien, de lo que se trata en esta etapa de liberación nacional de transición hacia el socialismo es consolidar la plataforma ideopolítica del poder popular, como pilar fundamental en el proceso de transformación que se viene construyendo con el aporte del pensamiento de la educación popular integral y republicana del Maestro Simón Rodríguez; del precepto antiimperialista, integracionista y emancipador del Libertador Simón Bolívar; de la máxima de: tierras y hombres libres, elección popular y horror a la oligarquía de Ezequiel Zamora; cuyo acumulado histórico de ese pensamiento político revolucionario demuestra a priori que no hubo ningún ápice de conciliación con sus enemigos de clase, en vista que la necesidad histórica les exigía deslastrarse de la sociedad esclavista colonial, como modelo de explotación, tanto de nuestros ancestros originarios como de los traídos de otros continentes. Además de nuestros recursos naturales, impuesto por el imperio español.

Pues bien, el Movimiento Revolucionario Popular hoy, viene trazando como colofón el transitar hacia la construcción del Socialismo Científico, esto implica el cambio de modelo de producción, distribución y control social de los medios de producción y los objetos de producir las obras, bienes y servicios que satisfagan las carencias del ser humano. En este orden de ideas, podemos aclarar que el Socialismo Científico, como punto de partida hacia el Comunismo, no se consideran como proyectos, ya que es la respuesta concentrada del proletariado a la necesidad histórico que tiene la humanidad en deslastrarse de la explotación del hombre por el hombre, como lo establecen científicamente los camaradas Carlos Marx y Federico Engels: “Para nosotros, el Comunismo no es un Estado que debe implantarse, un ideal que ha de sujetarse a la realidad. Nosotros llamamos Comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actual.

La llamada “sociedad socialista”, según creo yo, no es una cosa hecha de una vez y para siempre, sino que cabe considerarla como todos los demás regímenes históricos, una sociedad en constante cambio y transformación. Su diferencia crítica respecto al régimen actual consiste, naturalmente, en la organización de la producción sobre la base de la propiedad común, inicialmente por una nación, de todos los medios de producción.” Entre esta visión se inscribe Vladimir Ilich Lenin, quien hace posible la instauración del primer Estado Socialista en el siglo XX. Donde se desarrolla la lucha de clases con sus contradicciones antagónicas, en cuyo enfrentamiento podrán concertar en algunos asuntos, pero no conciliar ya que sus intereses son irreconciliables, en vista que los explotadores sólo necesitan a las trabajadoras y trabajadores como instrumentos de producción, y los trabajadores y trabajadoras desean mejorar la calidad de vida, que bajo la explotación del sistema capitalista es imposible alcanzar.

En síntesis, el anticomunismo es mal consejero, tanto para los adversarios, y, con mayor énfasis para los que presumen de revolucionarios socialistas. El espiral del materialismo dialectico e histórico, nos demuestra que las sociedades más temprano que tarde marcharan cada día con mayor claridad en dar el salto consciente y con conocimiento hacia la nueva sociedad justa, equilibrada en armonía con nuestra naturaleza (Comunismo Científico). Considerarse anticomunista, es perder la sensibilidad humana, es demostrar un desconocimiento total de la evolución, desarrollo y perfeccionamiento de la humanidad. Ante esta demostración de analfabetismo político, social y económico; las y los representantes de la contra revolución, tanto, a lo interno del proceso, así, como la oposición oligarca, deberían Responder a estas interrogantes ¿es qué acaso todo ser humano no siente hambre? ¿O es qué ningún ser humano tiene la necesidad de refugiarse de la intemperie? ¿O es qué todo ser humano no requiere de vestido y calzado? Como parte del ser Común del proletariado que produce a diario y no es retribuido por su explotación. Ante estas incógnitas la respuesta la tiene la clase obrera que debe asumir su rol histórico de tomar el poder político para deslastrarse del Estado burgués como aparato de dominación política de los explotadores, que todavía se expresa en las gobernaciones, alcaldías e instituciones de este Estado Burgués, que no termina de defenecer.

Por lo tanto, el Movimiento Revolucionario Popular fusionado al destacamento organizado del proletariado, están en el deber de concretar la Dirección Colectiva del Proceso, apuntalando el Frente Amplio Nacional Patriótico, a su vez, estar alerta ante las maniobras anticomunistas, tanto de la derecha endógena en el proceso, como de la mesa de ultraderecha de la burguesía recalcitrante nacional e internacional, siendo su mayor exponente el imperialismo estadounidense.

Freddy Subdiaga
Miembro de Comité Central del PCV y
Director General de la
Escuela del Poder Popular Simón Rodríguez