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Panamá : el PRD y M.Torrijos : LA MENTIRA como arte, ciencia y norma de vida : "MENTIR, MENTIR, SIEM

Publie le Sábado 11 de febrero de 2006 par Open-Publishing
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Panamá : el PRD y M.Torrijos : LA MENTIRA como arte, ciencia y norma de vida : "MENTIR, MENTIR, SIEMPRE MENTIR"

Título Original : "La Mentira, un arte de Gobierno"

Editorial
Panamá, Año V, No. 1106 al 12 de febrero de 2006

LA MENTIRA, UN ARTE DE GOBIERNO

“La mentira puede correr cien años,
pero la verdad la alcanza en un día”

Uno de los recursos que con mayor énfasis y frecuencia se vale el actual gobierno y su selecto “team” para justificar e imponer a todo el pueblo panameño su nefasta agenda neoliberal, es el recurso de la mentira.

Ciertamente, la mentira aquí no nace el primero de septiembre del 2004. Ya durante las campañas presidenciales del ungido del PRD y luego sólo del “team”, la mentira fue pasando de ser ocasional, desprevenida o espontánea, para convertirse en lo que es hoy: un sofisticado y bien aceitado mecanismo de defensa de los intereses del gran capital y de las transnacionales.

Mentirle a la inmensa mayoría de la población para proteger los insultantes márgenes de ganancia de las empresas eléctricas, de telefonía o petroleras, entre otras, se ha convertido en el llamado gobierno de la “Patria Nueva”, en un hábito, en una regla, en su principal norma de conducta. Profesan una inclinación casi sádica cuando de mentir se trata.

La mentira los ha permeado a tal grado, que ya les es imposible distinguir entre ella y la verdad.

Mentían en el 99 con sus estrafalarios embustes electoreros, que estimaron luego no ser lo suficiente, para vencer a una candidata arnuflista que huérfana por completo de escrúpulos, no vacilaría ni por un segundo en vender su alma al mismísimo Diablo.

Mintieron en el 2004 con propuestas de solución a los grandes problemas nacionales, que desde siempre sabían irrealizables y utópicas. Mentían con ganas de mentir.

Mentían porque el poder es lo que realmente importa y la mentira no es un pecado, la mentira es un arte y el mentiroso, un artista. Así han pensado y así vienen pensando. Contar con abultadas cuentas millonarias en instituciones bancarias prestigiosas, es siempre preferible, que divagar en la disyuntiva jurásica de “entrar al Canal o entrar a la historia”.

Los gobernantes actuales que prometieron durante la campaña presidencial pasada que no adoptarían ninguna medida que afectara los intereses de la mayoría del pueblo panameño, hoy se desmarcan con la rapidez de un felino, de sus truculentas promesas, para imponernos una reforma fiscal y una reforma a la ley de la Caja del Seguro Social muy consecuentes con la fase neoliberal del capital y totalmente divorciadas de los intereses populares.

Ahora está cada vez más claro que toda crítica levantada en oposición contra el gobierno anterior, sólo perseguía como propósito final y único, ir desbrozándole al “team” el camino al poder, es decir, al control del Estado para satisfacer sus mezquinas ambiciones personales Nunca existió —ni siquiera en sueños o desvaríos inconfesados— la más ligera intención de deshacer los entuertos y perjuicios que ocasionaron cinco años de funesta administración arnulfista. Para ellos resulta obvio: si se quiere hacer fortuna o aumentar cuentas bancarias a través del latrocinio y el robo, no es posible combatir y perseguir con seriedad el atraco al erario público de sus antecesores.

Esta premisa viene siendo asumida, desde los primeros instantes que se hicieron del poder, con una devoción y una obsesión que raya francamente en la psicosis. Por ello ninguna de sus promesas electorales podrían ser cumplidas. Embaucar al pueblo haciendo una explotación cruel de sus necesidades mínimas (más empleo, más seguridad y cero corrupción) era la divisa.

Por otra parte, es la mentira institucionalizada lo que ha prevalecido cada vez que se ven forzados a divulgar someramente algunos de sus actos. En las supuestas negociaciones para un TLC con los Estados Unidos, pretendían ocultarnos la nota donde los estadounidenses les exigían (como han exigido también a Perú para poder firmar un TLC), que se eliminasen nuestros controles fito y zoosanitarios. Sólo la valentía del ex ministro Cortizo pudo detener por el momento, tan leonino acuerdo. Aún y a pesar de eso, siguen mintiéndonos sobre los efectos perjudiciales del llamado tratado de libre comercio.

En el tema de la ampliación del Canal, la mentira adquiere proporciones inauditas. Los estudios que se han preparado y que han costado millones de dólares sólo buscan justificar la obra en beneficio casi exclusivo de las grandes navieras, nunca negar su viabilidad. Del mismo modo que la suspensión temporal por noventa días del aumento del costo de la energía eléctrica, sólo busca diferir el aumento, nunca eliminarlo por completo.

En este escenario de mentiras y embustes, se produce por un lado, un viajecito a Punta del Este —con fondos propios y en su día libre, por supuesto— que no tiene ninguna relación con los Cartier o la casona de Punta Mala en tiempos de Doña Mireya y por el otro, se descubre que el ministro de la Presidencia Ubaldino Real, goza de una concesión para construir una hidroeléctrica. La mentira está plagada, además, de casualidades casuales.

Sin lugar a dudas, el gobierno seguirá empleando la mentira para ocultar las verdaderas y nefastas consecuencias que tienen sus acciones sobre la inmensa mayoría del pueblo panameño. No tienen otra. Pero este pueblo viene despertando del somnífero con el que se le pretendió someterlo durante cinco años. Cuando se recupere completamente, de seguro que no vacilará ni por un segundo, de sacudirse para siempre de sus crueles y eternos verdugos.

Mensajes

  • Lo siento por los panameñitos, pelaos, que se creyeron que el canal era suyo y que los norteamericanos se habian marchado y se habia recuperado la tan ansiada soberania. La era de los especuladores y salvapatrias se inicio de manos del PRD; panameñistas, etc etc son "la misma jeringa con diferente pitongo" puesta en el recto del analfabeto panameño. ¿que creias? ¿que la libertad ya habia llegado? la democracia panameña apesta a podrido ya que ni es democracia ni es gobierno es un club de amigos para enriquecerse a costa de los pendejos.