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Ponencia del delegado Zero en el homenaje a Bertolt Brecht en la Casa Lamm

Publie le Jueves 8 de junio de 2006 par Open-Publishing

UNA CERTEZA, DOS DUDAS Y UNA CARTA INCONCLUSA.

I.- La certeza: un calendario.

Bertold Brecht murió el 14 de agosto de 1956 en Berlín. Si las matemáticas
no me fallan, su muerte ocurre hace 49 años y 10 meses aproximadamente.

Además de poesía y novela, Brecht escribió y dirigió obras de de teatro.
Algunas de ellas las conozco gracias al trabajo cultural del Centro Libre
de Experimentación Teatral y Artística, y al del maestro Luis de Tavira
quien todavía busca, como todos nosotros, transformar la sociedad que
permita existir, sin dobleces, a la Honesta Persona de Sechuán.

Hace poco leí que el departamento de intelectuales de Wall Mart decretó
que hay que esperar que, cuando "El Anhelado" llegué al poder, yo me
exilie, como Brecht, en Dinamarca. Bueno, en realidad, Brecht sólo estuvo
en Dinamarca hasta 1939 y de ahí se fue a Finlandia, luego a Rusia, luego
a Estados Unidos. En 1947 se fue a Suiza porque en EU lo acusaron de
actividades antiamericanas. Regresó luego a Alemania y murió de una
trombosis coronaria el 14 de agosto de 1956 en Berlín.

Bertold Brecht nació el 20 de febrero de 1898 en Augsburgo, Alemania,
donde tiempo después trazó un círculo de tiza como una más de las
Historias de Almanaque.

Acá en México, "almanaque" es sinónimo de "calendario".

Y, cuando menos acá en México, hay dos calendarios: el de arriba, que
impone fechas, dolores y simulaciones; y el de abajo, que acompaña cada
indignación con una rebeldía, a veces organizada. Ahora, mientras en el
calendario de arriba se prepara un debate entre los espejos del Poder, en
el almanaque de abajo se cumple un mes de una injusticia llamada Atenco.

En el calendario de arriba se marcan certezas impuestas con violencia; en
el almanaque de abajo se construyen dudas. Sobre ellas, las dudas, Brecht
escribió:

"Pero la más hermosa de todas las dudas
es cuando los débiles y desalentados levantan su cabeza
y dejan de creer
en la fuerza de sus opresores"

Así que marquemos este nuestro almanaque con dudas, con supuestos...

II.- Duda Uno: La Extraña Desaparición de Elías Contreras.

Y no me refiero a su muerte. Como casi nadie sabe, Elías Contreras,
Comisión de Investigación del EZLN, está difunto. Con ese impreciso status
con el que los zapatistas nos identificamos desde el 1 de enero de 1994,
el finado Elías Contreras encabezó una de las complicadas batallas que
contra el Mal y el Malo se libran en todos los rincones del mundo.

No los aburriré repitiendo los detalles de esa historia o leyenda, puesto
que los pueden encontrar en los capítulos que se escribieron por turnos
con Paco Ignacio Taibo II, y que el periódico mexicano La Jornada publicó
por entregas con el título de "Muertos Incómodos", y que luego aparecieron
en el libro del mismo nombre.

Baste entonces decir que para ese caso o cosa, Elías Contreras viajó a la
Ciudad de México, a Guadalajara y a otras ciudades del país. Pero cuando
ahora hablo de la Extraña Desaparición de Elías Contreras, no me refiero a
esos meses que pasó fuera de las montañas del Sureste Mexicano, sino a
unos días o semanas, no puedo precisarlo, que están en blanco, tanto en
los informes que enviaba a la Comandancia General del EZLN, como en las
pláticas que tuvo conmigo y en su viejo cuaderno de apuntes.

No, contra lo que puedan suponer algunos, esos huecos en el calendario de
lucha de Elías Contreras no se refieren a su relación con la Magdalena, la
travestida que se convirtió en héroe-heroína como de por sí se hace abajo,
es decir, sin hacer bulla, como si no importara. No, la relación de Elías
Contreras con la Magdalena no forma parte de los contados pero
significativos espacios en blanco de su vida. Al contrario, en sus
pláticas abundaba y redundaba en referencias a ella/él. Y en su libreta de
apuntes hay también muchas líneas dedicadas a él/ella.

No sé si antes lo he dicho pero, para Elías Contreras, la Magdalena era su
heroína, o su héroe. No sólo por haberle salvado la vida en una calle de
la colonia Guerrero, aquí en la Ciudad de México; ni tampoco sólo por la
forma en que enfrentó al tal Morales en las afueras de Ocosingo, Chiapas.
Más bien era por la naturalidad con que había hecho una y otra cosa. Como
si ambas acciones fueran, más que la culminación de un proceso lógico,
sólo una acción en un tiempo y en un lugar, un acto más en el ignorado
calendario de resistencia y lucha de quienes son abajo sin que nadie les
lleve el apunte.

Elías Contreras era o es un zapatista (hablando de vida, nosotros no
sabemos distinguir entre el pasado y el presente, sólo excluimos el
futuro) y como tal tenía aprecio especial por quien no alardea. Si a esto
le agregamos el complejo y contradictorio puente sentimental que en el
corazón de Elías Contreras se construyó hacia el de la Magdalena, tenemos
una relación que, precisamente por construirse a contracorriente, era
firme. Por eso es que Elías Contreras no pretendió esconder esa relación
mediante una edición que la eliminara de su historia propia. No, si Elías
era parco o evasivo cuando la melancolía le ponía el nombre de la
Magdalena en los labios no era porque se avergonzara, sino porque, a mi
entender, nunca pudo explicar y explicarse ni lo que la Magdalena era ni
lo que era para él.

Elías Contreras era Comisión de Investigación del EZLN, algo así como lo
que ustedes, los ciudadanos, llaman "detective privado". Aunque, como es
sabido, los zapatistas tenemos algo averiado el sentido de la propiedad
privada. Así que, más que "privado", Elías Contreras era algo así como un
detective muy otro, "el otro detective". Pero tenía varias características
esenciales para su trabajo: excelente observador, buena memoria, capacidad
inductiva, era parco en el hablar y pródigo en la escucha. Y no sólo
escuchar lo que se dice, también lo que se calla.

En fin, tampoco los aburriré con eso, después de todo cualquier cosa
parecida se puede encontrar en las novelas, películas y series de
televisión de detectives.

En realidad quiero detenerme en una característica que, creo, no es
típica. Me refiero a que Elías Contreras, como la mayoría de los
zapatistas, era un cazador. Y como tal sabía "huellar" al animal, es
decir, sabía seguirle el rastro. El rastro, la huella, el vestigio, la
pista. Entre el cazador y el detective hay este hilo común. Pero ya he
dicho que Elías Contreras era un detective muy otro y, además de seguir
huellas, le gustaba dejar pistas. No para dejar constancia de su paso,
sino para conducir al futuro rastreador por lo que miraba y aprendía.
Enseñar a mirar, así podría resumirse esta complicada pedagogía que Elías
Contreras construía a su paso.

"No nomás anduve tras del Mal y el Malo que era el tal Morales. También lo
topé a otros que tenían otro nombre y otro modo. Porque el Mal y el Malo
otros nombres tienen y no se esconden abajo sino que caminan arriba tan
contentos, y se pasean y se saludan y están como muy alegres, como si no
fueran el Mal y el Malo", me dijo hace tiempo.

Y en alguna plática me insinuó que había dejado algunas pistas o huellas
de su paso por la ciudad. "Qué tal que alguna vez te das una vuelta Sup,
de repente lo encuentras por dónde anduve conociendo y aprendiendo", me
dijo Elías Contreras.

Y agregó: "No se puede ponerle freno al rico. No si no se quita la sistema
que hace rico al rico".

"La sistema", así dijo Elías Contreras, con ese modo de los compas de
convertir al femenino las palabras que terminan con "a". Así "el mapa" es
"la mapa".

Y "una mapa" fue lo que encontré, en su cuaderno, como pista o huella de
algunos de esos días que resaltaban como hueco en sus informes y pláticas.
Es croquis muy sencillo de la Ciudad de México, de ésos que tienen las
rutas del metro. Elías agregó, con tinta azul, algunas pequeñas
anotaciones: fechas, nombres y flechitas.

No tengo una certeza en esto, así que aventuro una hipótesis, un supositorio:

Siguiendo esos rastros puedo aventurar que Elías Contreras, Comisión de
Investigación del EZLN, tal vez asistió a la presentación de "La Honesta
Persona de Sechuán", montada por la Casa del Teatro bajo la dirección de
Luis de Tavira.

Podemos suponer que Elías Contreras, como zapatista que es y fue, se sentó
inicialmente en la parte de atrás del auditorio. Y podemos suponer que,
conforme avanzaba la trama y se interesaba en ella, se fue pasando más
adelante.

Recuerdo vagamente el argumento de esta obra de Brecht, así que seré muy
sintético, sin olvidar recomendarles la lectura del texto y, mejor aún,
asistir a su representación cuando haya modo, tiempo y lugar:

Shen Te es una mujer en un arrabal de cualquier ciudad del mundo y recibe
la visita del Poder, representado por 3 licenciados, que la tocan con la
varita mágica de la desgracia disfrazada de fortuna. Los licenciados
deciden apoyar las cualidades individuales de Shen Te, pero esto provoca
envidias de los demás habitantes. Para poder defenderse de la avaricia que
provoca su progreso, Shen Se se inventa un varón, Shi Ta, que la defiende
haciendo alarde del autoritarismo, la codicia y la violencia propias del
machismo.

Podemos suponer que el llamado "distanciamiento brechtiano" fue resuelto
con fortuna en el trabajo artístico de los integrantes de la Casa del
Teatro, y que Elías Contreras, desde su butaca, asentía en silencio,
confirmando el planteamiento de que no basta que una persona sea buena y
noble para cambiar al mundo y que lo que se necesita es transformar la
estructura social.

Podemos suponer que, al final de la función, Elías Contreras intentó
acercarse a la actriz que interpretaba a Shen Se y a Shi Ta, y que los
guardias de seguridad le impidieron llegar a los camerinos. Podemos
suponer que Elías no sólo quería felicitar a la artista, sino platicar con
ella sobre la dualidad forzada que el sistema impone a las personas.
Seguramente Elías pensaba en la Magdalena cuando trataba de entender ese
desdoblamiento.

Tal vez, es un supositorio, Elías Contreras dedujo que, al convertirse en
mujer, el hombre que era la Magdalena no sólo optaba por ser otra, sino
también elegía un lado para luchar. Es como mujer que la Magdalena salva a
Elías de los tiras en el DF, y es como mujer que se enfrenta al tal
Morales. La Magdalena, diría Elías Contreras, eligió ser mujer para pelear
contra el sistema que le imponía un desdoblamiento, que la obligaba a ser
lo que no era.

Y, siguiendo con el supositorio, Elías Contreras sintió un estremecimiento
al comprender no sólo a la mujer como víctima del sistema, también y sobre
todo como quien lo enfrenta y desafía. La víctima que se rebela.

Como indígena y como zapatista, Elías Contreras sabía lo que eso
significaba. Y tal vez de eso quería platicar con la actriz: de la
necesidad de luchar contra el sistema que nos obliga a negar lo que somos,
de desafiarlo y de hacerlo en colectivo.

Claro que no tenemos ninguna certeza de todo esto, es sólo una suposición,
un supositorio, nacido de una duda.

Pero todo esto viene a cuento porque hace un mes que el sistema,
representado en la policía, atacó, violó y encarceló a mujeres en San
Salvador Atenco. Y estas mujeres, nuestras compañeras, no sólo no se
rindieron, ni como luchadoras ni como mujeres, sino que se pusieron, como
diríamos los zapatistas, más bravas.

En ellas lejos queda la imagen impuesta de la femenina resignación, en
ellas es derrotada la derrota.

"Son buena gente", hubiera dicho Elías Contreras.

Y Bertold Brecht hubiera dicho:

"A la buena gente se la conoce
en que resulta mejor
cuando se la conoce"

III.- Duda Dos: El Otro Debate o el Diálogo Imposible entre Bertold Brecht
y Don Durito de La Lacandona.

Si, como tal vez no dijo Julio Cortázar, la naturaleza imita al arte,
quienes escuchan o leen este texto estarán de acuerdo en dar la debida
credibilidad al siguiente diálogo entre Bertold Brecht y alguien que se
parece extraordinariamente a un escarabajo:

Se dio en el café "Comandanta Ramona" que está junto con pegado de la
tiendita "El Rincón Zapatista", como su nombre lo indica, está en un
rincón de la calle Zapotecos, en la colonia Obrera de la Ciudad de México.
El "Rincón Zapatista" está, en estos días, literalmente asediado por
diversas corporaciones policíacas. Ignoro la causa, pero, es un
supositorio, tal vez se deba a lo que no ocurrió esta madrugada.

Estaba lloviendo. Como no había quién atendiera, me tocó hacerla de
mesero. Así que yo fui testigo. Bertold Brecht pidió un café vienés (que
no hay en el menú, así que le puse helado de fresa, porque el de nuez es,
ése sí, propiedad privada) y Durito un café capuchino con harta azúcar.
Los dos pidieron cuernitos con jamón y queso, pero Durito se empacó las
dos órdenes.

No sé bien cómo empezó, pero lo que logré apuntar, fingiendo que escribía
en la libreta la cuenta de lo que Durito se empacaba con singular alegría,
es lo siguiente:
...

Durito: - A ver Bertoldo, de por sí es un cuete entender a los
intelectuales y todavía tú lo complicas más con eso de "tuis". ¿Cómo que
"tuis"? Parece nombre de chicloso -.

Brecht: - "Tuis era el nombre que se daba en Chima, uniendo las letras
iniciales, a los miembros de la casta de los "telect-ual-ines", los
trabajadores intelectuales. El TUI es el intelectual de esta época de
mercados y mercancías. El arrendador del intelecto" (Bertold Brecht. "La
Novela de los Tuis". Alianza Editorial, Madrid 1991. Traducción de Juan
del Solar. p 32 y 47)

Durito: - O sea que como quien dice, los "tuis" son los intelectuales
orgánicos del dinero. Ya decía yo que para ser chiclosos les faltaba
cajeta. Eso quiere decir que tenían palancas, se iban a tomar las copas
con el Carlos Slim, sacaban su tarjeta de "cliente distinguido" de Wall
Mart, y ya luego a la escribidera. Por ejemplo, en esa novela que no
acabaste de escribir y que, si echamos trato, yo estoy dispuesto a
terminarla... -

Brecht: - Por lo cual le estaría profundamente agradecido -.

Durito: - No, que agradecido ni qué nada, hay que mocharse con un
porcentaje de las regalías, para juntar el varo para las fianzas de l@s
pres@s de Atenco -.

Brecht: - Mmh... ¿Aceptaría usted un cheque? -

Durito: - ¡Uy no mi buen!, esos rebotan más que el balón de fútbol en las
redes de la portería de la selección mexicana. Mientras pienso cómo te
cobro, síguele con tu rollo, mientras yo le hago los honores a los cuernos
de mi escudero -.

Yo, el Sup, no dije nada, pero con discreción me toqué la frente, por
aquello de que no me fuera a atorar en la puerta... Mmh... Aunque tal vez
Durito se refería a los cuernos de jamón y queso.

Durito: - Bueno Bertoldo, decías que esos tuis... -

Brecht: - Sí, "provistos de la totalidad del saber y expertos en todas las
prácticas literarias, eran los administradores de la cultura y de la vida
comercial y mercantil al mismo tiempo. Su única arma era el espíritu. La
palabra "telect- ual- ines" significaba trabajadores de la mente,
discernidores, diferenciadores y, más precisamente aún: formuladores."
(Ibid. P 19) -.

Durito: - Mmh... El "bisnes" de la pensadera, la grandeza del espíritu en
proporción directa a la de la cuenta bancaria. Pero ellos dicen que buscan
la libertad de la idea, la supremacía del espíritu sobre la materia, que
la conciencia determina al ser social -

Brecht: - "El espíritu precede siempre a los hechos, pero no como un
tractor, sino como un perro que hiciera cabriolas." (ibid. p.8) -.

Durito: - Como un desfile anunciando la presentación de un circo. Me temo
que estamos rozando peligrosamente el tema de las próximas elecciones. Y
ahora la novedad del fascismo en tres pistas... -

Brecht: - "Lo "totalmente nuevo" de la fascistización son las líneas
directrices de la dominación capitalista que surgen ahora nítidamente y en
toda su desnudez, unas líneas que siempre habían existido y habían sido
respetadas por los tuis de la "gran" época de oro. Se engañan muy
seriamente respecto a las posibilidades de progreso y libertad espiritual
bajo esta dominación." (Ibid. P 9) -.

Durito: - Entonces para ser intelectuales son bastante mensos. Oí
Bertoldo, ¿estás diciendo que no hay cambio de rumbo, por más que se
cambien el caballo y el jinete...? -

Brecht: - "El "nuevo" espíritu que hace su aparición no sólo no modifica
las relaciones fundamentales, sino que las conserva incluso mejor"
(ibidem) -.

Durito: - ¿Mejor? ¿Quieres decir con más orden? -

Brecht: - Con todo lo que necesita el sistema para mantener y reproducir
las relaciones de explotación. Ejemplos: "Tras la proclamación de la
república, el orden imperante en Chima fue adquiriendo un carácter cada
vez más desenfrenado. La secular actividad de los tuis empezó a dar sus
frutos. Ya casi no había hierba alguna que comer, pero las mujeres se
repartían números entre ellas y, siguiendo un orden riguroso, se paraban
frente a las tiendas vacías y se iban con las manos también vacías,
respetando el orden de los números. Las fábricas cerraban porque los altos
mandos del ejército ya no compraban nada, los obreros llevaban sus relojes
de control a las plazas públicas y se plantaban allí cada mañana,
tiritando en el frío de un invierno cada vez más intenso, Y los que
enfermaban de gripe iban muriendo en el mismo orden numérico que tenían
sus camas de hospital.". (Ibid. p. 69) ­

Durito: - Mmh, por eso los tontolines ésos se preocupan tanto por el
desorden... -

Brecht: - Otro ejemplo: "El gobierno de Wei-wei se fijó como meta conceder
al espíritu el papel de guía en todos los asuntos públicos. Se empleó como
carteros a maestros del estilo epistolar que habían obtenido el doctorado
en filología y tenían, además letra muy bonita. Algunos geógrafos pasaron
a conducir locomotoras. El gobierno tenía muy claro que esa gente era
capaz de conducir los trenes a su destino preciso de manera totalmente
distinta a como lo harían personas no versadas en geografía. (...) Como
las capas más pobres de la población se quejaran en el parlamento de que
nunca veían un trozo de carne, el gobierno respondió con el nombramiento
de cientos de zoólogos que empezaron a impartir cursos vespertinos al
pueblo. Todos obtuvieron así pronto información sobre los bueyes y
terneras, y muchos ampliaron incluso sus conocimientos en la materia
recabando datos sobre animales de países exóticos o sobre la fauna de
épocas pretéritas." (Ibid. p 70-71) -.

Durito - ¡Pero eso es una estupidez gigantesca! -

Brecht - "La estupidez se vuelve invisible al adquirir proporciones muy
grandes. Las afirmaciones incongruentes son irrefutables. Ni-en-leh señaló
que filósofo podía tener dificultades si afirmaba que dos por dos igual
cinco, mientras que corría pocos riesgos sosteniendo que dos por dos igual
betún para calzado". (Ibid. 71-72). -

Durito: - Mmh... Por cierto, ya necesito darle lustre a mi caparazón. Pero
los intelectuales del dinero están en contra de los actos inhumanos... -

Brecht: - "Están contra la antropofagia en la provincia de Chen. Pero
respetan las leyes. Se someten a una disposición según la cual la gente
bien vestida debe hacerse afilar los dientes, y exigen que los mal
vestidos cumplan con la ley según la cual deben mantenerse limpios y
evitar determinados alimentos que les ensucien la carne. Un desacato a las
leyes (ilegalidad) pondría en peligro su lucha por cierto tipo de vida
humana amenazada". (Ibid.p. 110) -.

Durito: - ¿O sea que no hay diferencia entre un adulador pagado por un
partido político y un chicloso de las ideas? -

Brecht: - "A menudo nos preguntamos si el arte del lameculismo supone un
talento innato. (...) En realidad, la mayoría de la gente puede llegar a
un grado medio de lameculismo, no del todo desvalido, dando simplemente
rienda suelta a sus inclinaciones naturales. Algo muy distinto ocurre con
el arte del lameculismo: hay que aprenderlo, Y para ello hace falta
asiduidad, sobre todo. Sólo el ejercicio y la perseverancia permiten
sobrepasar el lameculismo vulgar y corriente, y sólo cuando la imaginación
se aúna a la paciencia, se accede a la maestría. (...) El lameculismo
practicado como arte crea formulaciones originales, características
sentidas en profundidad: da forma. Por lo demás, el arte del lameculismo
se cuenta entre las pocas artes que dan de comer." (Ibid. p.101-102) -.

Durito: - No, pues estás cabrón Bertoldo. Si todo eso que dices se
conociera ahora, más de uno brincaría, y no de gusto. Mira, si vas al
plantón frente a la cárcel de Santiaguito, tal vez te haga un descuento
por terminar la novela ésa de los chiclosos tontolines -.

Se despidió Brecht y Durito se puso, dijo, a hacer la digestión. O sea que
se quedó jetón. Yo dejé los platos sin lavar porque mi turno ya había
terminado.

Afuera la madrugada era una duda sin resolver...

IV.- Supongamos que...

Detrás de su nube, Sombra mira y escribe:

Falta lo que me hace falta. Su ausencia es herida que se renueva aún en
esta cicatriz que mal regalan las horas.

Aún y cuando os sé lejana, luz que me desvela, con la mirada acorto las
distancias y en vuestro cuerpo marco las señales para la ruta que aspiro
que caminen después mis labios.

Bien sé que la sombra que me envuelve y nombra, muro se hace entre vuestra
piel y la que ahora me duele por no teneros.

Apenas puedo asomarme por una grieta y, a través de ella, rondar vuestro
talle, ceñirlo con la mirada y con la mirada rendirlo. Tocan mis ojos lo
que tocar no pueden mis manos. De vuestra carne la espera, amable y
distanciada luz, es cadena cruel para tanta libre ansia, mordaza perversa
para el deseo, y eterna vergüenza para quien impávido la acepta. Y maldigo
así este tiempo que muro pone sobre el muro que de vuesa gracia me aparta.

Y vencerlo me prometo. Envuelto en sombras, sombra yo, me llegaré a
vuestro cuerpo para rehacer la ruta hasta el nudo del deseo para desatarlo
luego. Con los labios habré de quitarle las ropas y las penas. Una promesa
le dibujaré en la nuca y con su nombre susurrado le peinaré los cabellos.
Sus senos con mi pecho serán cubiertos y nuestras caderas se mecerán al
compás de jadeos y gemidos. Esas vuestras manos a mi espalda habrán de
aferrarse cuando el placer vuele su caída hasta la pequeña muerte de su
vientre. No habrá entonces ni luz ni sombra, apenas un relámpago
languideciendo con nuestras pieles desgastadas.

Esperad de mi espera, alto vuelo, que habrá que hacer de nuevo la
madrugada...

Amanece. La madrugada esconde sus nostalgias en la lluvia de junio. Sobre
la mesa, un libro queda abierto con la ayuda del peso de una pipa rota. En
una página manchada con ceniza, con línea irregular están subrayados unos
versos de Bertold Brecht:

"La lluvia
No regresa hacia arriba
Cuando la herida
Ya no duele,
Duele la cicatriz".

Desde la Ciudad de México.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Junio del 2006.

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/349/