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por Redacción de L´HD
¡Rumana soy... y rumana me quedo!
Patrón canalla. Para ella, estas fresas tienen un gusto amargo, el de la rabia y la pena. En vez de El Dorado, ella y 49 trabajadoras rumanas más han encontrado en los campos alsacianos un verdadero presidio. Según la CGT del Bajo Rhin, que ha alertado a los poderes públicos, a ellas les pagarían entre 0,25 y 0,50 € el kilo recogido. Algunas habrían cobrado 6 € por 10 días de presencia, mientras que el SMIC (salario mínimo interprofesional) horario es de 8,71 €. El sindicato llama a la inspección de trabajo a “sancionar con firmeza al empleador”, un alemán que alquila desde hace varios años este terreno situado en Brumath (Bajo Rhin).
“Al visitar el campamento, hemos tenido la sensación de regresar a otra época” afirma la CGT, que habla de “esclavismo”. Algunas rumanas habrían ya sido expulsadas porque rechazaban “vivir y trabajar en condiciones inhumanas”.
Una nueva tendencia que podría muy bien convertirse en el destino común de un número creciente de europeos : en muchos sitios, los patronos aprovechan la crisis para forzar a los empleados a aceptar disminuciones salariales. De esta forma, un trabajador francés “deslocalizado” en Rumania cobraría el salario rumano, y un trabajador rumano “deslocalizado” en Francia cobraría siempre el salario rumano. Como queda demostrado.