Siguen asesinando los paramilitares que negocian con Uribe

“Este es el verdadero rostro de la institucionalización del paramilitarismo”

Por Dick Emanuelsson

BOGOTA / 050606 / Los paramilitares del Bloque Centauros*, bajo el mando del custodiado Adolfo Paz, ejecutaron el segundo asesinato en una semana de un militante comunista y dirigente campesino en el municipio de El Castillo.

Hoy domingo llegó la trágica noticia al congreso de los comunistas colombianos:

– Acabamos de recibir la noticia sobre la suerte del compañero Alberto Tapias. Como informamos ayer, él fue secuestrado ayer en un retén paramilitar en la vía entre Ariari de Medellín y Puerto Esperanza. Y hoy fue encontrado su cadáver.

Fueron las palabras de Carlos Lozano, director del semanario VOZ, órgano central del Partido Comunista Colombiano, PCC e integrante del comité ejecutivo del comité central. PCC realizó desde el jueves su 19 congreso en Bogota bajo fuertes medidas de seguridad y que fue clausurado hoy lunes.

La noticia fue recibido por los 400 delegados y unas cien personas invitadas con la consigna: ¡“NI UN MINUTO DE SILENCIO - TODA VIDA DE COMBATE”!

PRESENTE EL HERMANO

En el congreso se encontraba Mario Tapias, hermano de Alberto y solo una hora después de la triste noticia hablé con él, notablemente golpeado por el asesinato de su hermano mayor pero firme en su posición política.

– Mi hermano tenia 38 años, era agricultor. Fue bajado del bus en que viajaba. Agradezco toda la solidaridad internacional. Pero la situación allá es muy difícil, esta militarizado por el ejército que va y viene.

Dice que le toca a tomar medidas especiales en su regreso al departamento donde hace una semana fue asesinado, por los mismos paramilitares, el dirigente agrario y conocido líder comunista de la región, Jaime Moreno.

DESCUARTIZADO

Fue secuestrado en su propia casa por los paramilitares que lo dejaron en un estado terrible:

“A las 3:30 p.m. otro grupo de campesinos inició la búsqueda, llegando a un kilómetro de la casa de Jaime, en donde encontraron una excavación reciente. En la fosa encontraron una mano, luego, partes de las piernas, la cabeza, el estomago, la lengua y los testículos del campesino allí enterrados.”

Decía un comunicado el 4 de junio por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz que resumió la situación en que vive gran parte del pueblo colombiano y la perspectiva ante las conversaciones entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y los paramilitares en la localidad Ralito.

“Este es el verdadero rostro de la institucionalización del paramilitarismo. Crímenes que se pretenden ocultar, esconder, enterrar en las fosas del olvido. La destrucción del cuerpo humano, en pedazos, es la destrucción cruenta de lo sagrado, la negación de la dignidad, el reflejo de la sed de sangre para instaurar un modelo de sociedad y de país hoy protegido en los artículos aprobados de la ley falsamente llamada "de justicia y paz".”

En la región en donde han sido asesinados ocho dirigentes de la población civil. Se niega de desplazarse de la zona que resulta ser de grandes intereses transnacionales.

“Quienes se han resistido a abandonar sus tierras en una región en donde se empiezan a implementar obras de explotación petrolera, de inversión para la extracción de aguas, y la imposición de proyectos agroindustriales, territorio del Ariari, del que más de 700 familias se han visto obligadas a desplazarse en desarrollo de la política de seguridad del presidente Uribe”, agregaba el comunicado de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

“JAMÁS RENUNCIAMOS LOS PRINCIPIOS REVOLUCIONARIOS”!

“Esperanza”, cuyo nombre es otro, fue entrevistado por El Tiempo el 4 de junio. Decía Esperanza, que es del mismo pueblo como Jaime Moreno y Alberto Tapias, que casi todos en la vereda eran comunistas. Pero la guerra sucia ya comenzó a cobrar más victimas cuando se fundó la Unión Patriótica como resultado del “Acuerdo de Uribe” en mayo del 1984, para un cese de fuego entre el estado y las FARC. Pero el estado y los enemigos de la paz nunca permitieron que la paz reinara en Colombia y los guerrilleros que salieron del monte a la plaza pública para hacer política verbal, se retiraron para no ser asesinados 1986-87.

En esa época de tanto entusiasmo por los vientos de paz, aparecieron cuatro jóvenes de la región muertos, cuenta Esperanza en la entrevista:

"Estaban tapados con helechos. Les habían quitado los testículos y les habían quemado las manos. Todos bajamos a protestar hasta Medellín del Ariari (una inspección del Castillo)", decía Esperanza. Estuvo en la tribuna el mismo día cuando comenzó el congreso y en donde ella fue delegada, pero ahora en calidad de desplazada de El Castillo hacia Bogota.

Y ante la noticia del domingo sobre el asesinato de Alberto Tapias, esta mujer alta de 34 años, con un rostro alegre y lindo a pesar que le asesinaron a su mamá, hermanos y su esposo, no vacilaba en las palabras:

¡“Ante el estado de terrorismo no nos vacilamos y jamás renunciamos nuestros principios revolucionarios”!

DADO DE BAJA UN RETARDO MENTAL

La semana pasada fueron “dados de baja” por el ejército varios “guerrilleros”. Uno de ellos resultaba ser un muchacho de 17 años pero con un cerebro de tres meses, según su mamá.

Frank Enrique Martínez lo llamaron “El Bola”, en el barrio de Valledupar, departamento de Cesar. Era prácticamente un niño, retardo mental que le gustaba correr detrás el camión que recogía la basura en la mañana.

Dice El Tiempo en su edición el 3 de junio:

“Vestido con una pantaloneta y un suéter púrpura, Frank Enrique Martínez salió de su casa en Valledupar a las 4 de la tarde el pasado 14 de mayo. Astrid, su mamá, lo vio salir pero no se preocupó porque el muchacho, de 17 años, acostumbraba a irse detrás de los carros recolectores de basura o meterse en las fiestas que organizaban los vecinos de barrio Valle Meza. Esas eran las máximas diversiones para este joven, que desde los 3 meses de nacido padecía retardo mental a causa de una meningitis.”

Unos días logró identificarlo en un video de la fiscalía, muerto. Había otros tres individuos muertos y los cuatro fueron presentados con bombo y platillo por el ejército como “guerrilleros del frente 41 de las Farc”.

NO TIENE DINERO PARA EL SEPELIO

“Según el parte militar, las confrontaciones se produjeron en Atánquez (Sierra Nevada) y en zona rural de San José de Oriente, un corregimiento de La Paz (Cesar), en la Serranía del Perijá, a unos 50 minutos de Valledupar,” relataba el periodista de El Tiempo.

“Mi hijo no era guerrillero. Tenía 17 años, pero su mente era la de un niño”, afirmaba Astrid Martínez. Su hijo apareció muerto vestido de uniforme verde olivo y armado con un fusil AKA.

Pero una tragedia en Colombia muy pocas veces viene sola. La infeliz madre tiene su hijo sepultado como “NN” en una tumba pero lo quiere enterrar en un sepelio cristiano. Para eso necesita 300.000 pesos (120 dólares) que le cobran por exhumarlo y ponerlo en una bóveda.

Ese día, cuando se supo que la canciller colombiana Carolina Barco había sido medio desnudada por las autoridades norteamericanas en el aeropuerto de Miami, lo cual causó una terrible indignación en la clase política y de la oligarquía colombiana, El Tiempo tenía otra noticia escalofriante, que hasta ahora no ha cobrado mayor interés en el gobierno o estado colombiano.

OTRO PARTE DE GUERRA “VICTORIOSO”

En el municipio de Almaguer, en el departamento del Cauca, fueron “dado de baja tres guerrilleros de ELN” con el Batallón de Alta Montaña No. 4.

Estos mismos militares, según el único diario con cobertura nacional, “se llevaron a Edwar Tulio Gómez, de 19 años; Evert Papamija, de 26; y Rómulo Rengifo, de 66, con el argumento de que tenían cuentas pendientes con la justicia.”

“Según las misiva, los agricultores “fueron detenidos por las Fuerzas Militares... delante de sus familiares y de varios testigos... los capturados fueron amarrados y conducidos en calidad de prisioneros, pero 24 horas después el Ejército ordenó hacer el levantamiento de los cadáveres y entregarlos a sus familias”.

Según el Batallón, que emitió dos comunicados de prensa, reportaba combates con el frente ‘Camilo Cienfuegos’ del ELN, en los que cayeron muertos tres subversivos; y la desactivación de campos minados.

A esos comunicados no “tragan” los vecinos, los familiares o los testigos. Más de cien personas de los mencionados firmaron un comunicado en donde exigen que se haga justicia. Rechazan rotundamente la versión castrense.

Sin embargo niegan que hubiera combates en la zona por los supuestos hechos. Los tres eran agricultores que “se dedicaban a desyerbar, moler caña y diferentes trabajos de campo y ni siquiera conocían de explosivos”, dicen.

“DISPAROS EN LA CABEZA Y EN LA ESPALDA”

Subrayan que los tres hombres fueron retenidos vivos y que Edwar fue reunido en la escuela El Altillo con Evert Papamija. “Los hombres, que de acuerdo con el boletín del Ejército portaban granadas y prendas de uso privativo, presentan disparos en la cabeza y en la espalda.”

Coronel Alí Garay es el comandante de la Brigada 29, a la cual está adscrito el Batallón de Alta Montaña. El oficial, en su declaración a El Tiempo, “ratificó que las bajas se dieron en combates con el Eln, pero dijo que, ante las denuncias de los familiares, se adelantarán las investigaciones.”

Fueron algunas de muchas noticias en un día cualquiera en Colombia.

* ANTECEDENTES DEL BLOQUE CENTAUROS:

El Bloque Centauros operan en los Llanos orientales. Y el mismo día cuando secuestraron y mataron Alberto Tapias, anunciaron que iban a desmovilizarse. La noticia fue hecha por el alto comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, y el asesor político de los ‘paras’, Carlos Alonso Lucio.

Restrepo, según El Tiempo, se desplazó a Yopal (Casanare), con el jefe de la misión de la OEA en Colombia, el argentino Sergio Caramagna. La labor de la OEA ha sido duramente criticada por amplios organismos de derechos humanos. También el financiamiento por parte del gobierno sueco ha sido cuestionado y muchos sectores que anteriormente veían en Suecia un aliado por los derechos humanos, ahora dicen que “se ha quemado toda la credibilidad, avalando un proceso entre Uribe y paras”.

En ese proceso no se discute política, solo se discute cómo los paramilitares van a poder incorporarse en la vida civil o recibir otras tareas, como por ejemplo vigilancia privada en las ciudades o en el campo, protegiendo a los sectores que una vez los emplearon, los terratenientes y los industriales.

Los niños, los desarmados campesinos o los maestros que fueron asesinados en miles por estos escuadrones de la muerte, son olvidados en este proceso por el presidente Álvaro Uribe.

Y para rematar, Vicente Castaño, uno de los tres hermanos de la familia Castaño que se encuentra en lso Llanos, anunció ayer en la revista Semana, que los paramilitares tiene más de 35 por ciento de los legisladores y con toda la posibilidad, aumentarán su cuota en las próximas elecciones.