Un sistema que va inevitablemente al precipicio

A pesar del anuncio de la salida de Berlusconi, que se supone iba a tranquilizar la crisis italiana, las Bolsas mundiales se hunden de nuevo. La dimisión del bufón de extrema derecha que gobernaba Italia evidentemente no soluciona nada el hecho de que el país es, después de Grecia, la nueva presa de los especuladores, y que se aproxima a grandes pasos a una situación de suspensión de pagos.

Los financieros que prestan dinero a Italia a tipos de interés cada vez más usurarios, los tipos de interés de la deuda italiana bate un record cada día, convierten la situación en insostenible: para reembolsar su deuda, el Estado debe tomar prestado cada día a tipos de interés más altos que los de la víspera.

Entre los dirigentes europeos, todo el mundo sabe que una bancarrota de Italia tendría consecuencias incalculables para el sistema económico mundial… y todo el mundo deja que los tiburones especulen con las deudas soberanas, entre los cuales, en primer lugar, los bancos franceses, van a su aire.

En este demencial sistema capitalista son los banqueros, los especuladores, los grandes industriales los que tienen el poder real. Y los títeres que hacen como que gobiernan, porque ni se plantean perjudicar a los capitalistas, no tienen otra elección que ver como arrastran a toda la sociedad a la catástrofe.

Traducción de F.P.

Lutte ouvrière