Portada del sitio > lAS INEQUIDADES EDUCACIONALES EN CHILE
LAS INEQUIDADES EDUCACIONALES EN CHILE
Carlos Haefner V.
Dr. en Ciencias Sociales
El movimiento estudiantil que hemos vivido en el país en las últimas semanas ha abierto un debate nacional sin precedentes sobre la calidad de la educación y que constituye una verdadera oportunidad para abordarla en todas sus complejas dimensiones y variables.
Sabemos que la educación en Chile es desigual y que tiene limitados logros , toda vez que los niveles de aprendizaje de los niños y jóvenes son muy bajos. Asimismo, la avasallante diferencia que se está manifestando entre escuelas municipalizadas y privadas hace urgente interrogarse sobre cómo podemos elaborar estrategias pertinentes y eficaces para lograr una educación de calidad e incluyente para los sectores más desprotegidos de la sociedad para que, a partir de tales logros, miles de niños y niñas puedan transformar sus vidas.
Ya sabemos, y así lo han demostrado innumerables estudios, que para los sectores más vulnerables de nuestro país la educación constituye un eje estratégico para el mejoramiento en la igualdad de oportunidades. Por tanto las intervenciones que puedan llevarse a cabo en el sistema educacional debe asumir un proceso de abordaje integral para lograr efectivamente avanzar en una educación de calidad que se exprese, sin duda, en la calidad de los aprendizajes.
Dichos estudios nacionales e internacionales, nos señalan dimensiones ineludibles que deben ser asumidos en forma sistémica:
En primer lugar, es un hecho innegable la fuerte segmentación socioeconómica de los alumnos y en la estrecha vinculación entre logro escolar y origen socioeconómico. El peso de la variable familiar es particularmente relevante en países con alto nivel de desigualdad socioeconómica, como es el caso de los países latinoamericanos y, particularmente, Chile. El origen familiar de los alumnos constituye un factor relevante para explicar las diferencias de logro escolar. Lo cual tiende a agudizarse si en la escuelas no se logra reconocer la diversidad y se generen estrategias de aprender a aprender a partir de las diferencias; activar barreras que impidan que en el aula se reproduzca la estratificación social, lo que demanda, por ejemplo, que los logros sobre los resultados de aprendizaje sean observados a lo largo del currículo, no simplemente en las pruebas o los resultados de los exámenes y que, las opiniones de los alumnos sean relevantes para evaluar la calidad de las experiencias vividas.
En segundo lugar, la tendencia internacional revela que un sistema educativo competitivo se funda en una creciente descentralización y una mayor autonomía del sistema escolar; en el traslado de mayores poderes de decisión y responsabilidades a las escuelas; en la adopción de estándares exigentes, y en la entrega de amplia información de resultados para obtener eficacia y compromiso.
La gestión es un elemento determinante del mejoramiento de la calidad del desempeño de las escuelas, sobre todo en la medida en que se incrementa la descentralización de los procesos de decisión en los sistemas educacionales. Esto apunta, en definitiva, a mejorar la calidad de la educación, entendiendo a su vez que la calidad no sólo se relaciona con los resultados, sino también con los procesos formativos y de sustento de la enseñanza.
Un estudio realizado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de la UNESCO (2002), el cual realiza un análisis cualitativo comparado de escuelas con resultados destacables en siete países latinoamericanos que involucra variables como gestión escolar y práctica pedagógica en el aula concluye que, el ambiente del aprendizaje en la escuela es clave: dado que el alumno cada vez asume más roles protagónicos y activos, es vital la incorporación de los padres como actores significativos dentro del sistema escolar. Además, se requiere de un estilo de gestión fuertemente orientado al trabajo en equipo entre docentes y directivos, lo que obliga a ir rompiendo los nexos altamente jerárquicos que hasta hoy persisten. El estudio apunta que una característica significativa de las escuelas con resultados destacables, es el nuevo tipo de relaciones que se han establecido entre docentes y alumnos, donde se construyen acciones no autoritarias y de carácter emocional positivo; no se busca penalizar, sino formar y construir. Asimismo, se destaca que la característica de las autoridades de estas escuelas es su capacidad de liderazgo tanto a nivel de los docentes como con el entorno; el tipo de liderazgo ejercido se traduce en compartir tanto la gestión como la responsabilidad pedagógica. La cultura organizacional de estas escuelas se caracteriza por la búsqueda constante e innovativa de recursos; en ellas se integran organizacionalmente y en forma armónica los planes, la visión, los recursos y la adecuada interacción entre los actores educativos.
En tercer lugar, para el logro de una educación de calidad el centro prioritario debe ser el fortalecimiento del aprendizaje. Tal como lo demuestra el estudio "Cantidad sin Calidad" (2006) dado a conocer por el PREAL. Si bien, el aumento del gasto, la cobertura, la capacitación de los docentes, la construcción de escuelas, la reforma curricular, la actualización de tecnologías son fundamentales; éstos constituyen insumos para el proceso, pero ninguno de ellos es el producto. La responsabilidad por los resultados es un desafío para lograr un sistema educacional exitoso. La rendición de cuentas de los actores involucrados en la educación es clave para evaluar integralmente los avances en los aprendizajes de los alumnos.
En cuarto lugar, si asumimos que la educación debe orientarse a un mundo global, la escuela no puede seguir siendo considerada como el único canal mediante el cual los alumnos se integran con el conocimiento y la información. Las nuevas tecnologías deben dejar de ser observadas como un mero complemento o una moda pasajera en el aula y asumir que éstas constituyen una de las claves estratégicas para la nueva y buena educación. La palabra del profesor y el texto escrito dejan de ser los soportes exclusivos de la comunicación educacional.
Fuerte desequilibrio
En quinto lugar, Chile presenta un fuerte desequilibrio respecto del gasto por alumno en educación; lo cual es preocupante por las características de desigualdad que hay en nuestra sociedad. De hecho, en promedio la educación particular pagada gasto cinco veces más que la educación municipalizada. Situación que demanda al Estado un esfuerzo más significativo en el gasto, y en lograr una mejor focalización de los subsidios educacionales en los grupos de más alto riesgo presentes en el sistema. Lo que no exime, por cierto, de evaluar la entrega de subvenciones a particulares teniendo a la vista sus resultados de aprendizajes.
En sexto lugar, la calidad de los aprendizajes esta relacionado con la cantidad de alumnos por aula. Especialmente decidor es esta variable cuando se trata de activar procesos de enseñanza - aprendizaje con alumnos que provienen de entornos socio - culturales en desventaja. En nuestro país, el tamaño de los cursos en el nivel básico en promedio es de 39 alumnos, 20 alumnos más que en Argentina, Brasil y México y 25 alumnos más que en países europeos (Brunner, 2003). En séptimo lugar, no es sostenible para un país que tiene indicadores de aprendizaje deficientes no se lleve adelante procesos evaluativos y de acreditación rigurosos para la formación inicial de profesores. Seguir dejando a la lógica del mercado este sensible sector, es un riesgo demasiado alto que no podemos asumir como sociedad
Ha sido Investigador Visitante Fundación para la Cultura del maestro, A.C. , México. Donde recientemente publico el libro Modernización y Capital Humano. El desafío de las nuevas tecnologías y la búsqueda de la equidad educativa en América Latina.
http:// carloshaefnerblogspot.com