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La Revolución bolivariana y sus muchachos terribles
Por Martín Guédez
(Puerto de Santa María, 8-12-2005)
Hay hombres girasoles y también los hay erizos. Los unos buscan la luz, los otros hender sus picas, extensiones de la guerra. “Caminan de dos en fondo, por donde pasan ordenan”, como decía Federico. Hay quienes corren de su sombra, otros duérmense en ella. Pienso que para crear se requiere un pelito de talento. Para ofender otra miguita, pero de mala leche. Frente a este mar albertino mi prosa se entretiene en lo suyo; promesa dorada con surtidor en el pecho, gotea nostalgias. ¡Ya! ¡Tan pronto! ¡Ay, que me han robado mi cielo avileño! Evocación dulzona, ¡menos ellos!. Hay gente que es mala noticia. Mónadas inarmónicas irredimibles. ¡Qué va usted a hacerle!.
Veo que me han llamado estúpido. También el motivo. La rosa pintada de azul. ¡Que pena con esta gente! No me recriminan dardos a la patria, a la dignidad o al pueblo. Al mejor estilo de aquellos días del abril reseco, se me enrostra: ¡Con mis reales no te metas! La magia del horizonte trae los dolores de Alberti como volando en el viento. ¡Tan pequeños! ¡Tan mezquinos!: “Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría... hace falta querer ya en vida ser pasado, obstáculo sangriento, cosa muerta, seco olvido.”
Estoy viendo un muchacho pescando por caminos no vistos. No le pido paciencia a la espera y le pregunto. Lo llama “pescar a robar”. Un nylon, muchos anzuelos en racimo. Lo deja enterrado en el mar y espera. Lanza un poco de harina de pescado y ya. Hala, y milagrosamente, decenas de lisas se enganchan solas. Sorprendido pregunto. Vienen solas, -me dice-, acompañando las palabras con un guiño pícaro. Vienen solas. Se enganchan solas. He develado el misterio.
No identifiqué a nadie. No llamé a nadie por su nombre, personal o colectivo. Hablé de un sector que carga las resorteras con bolitas de excremento y las lanza contra todo y contra todos. ¡A discreción! ¡Al boleo! ¡Al que le caiga que la chupe! Hablé de quienes, en medio de una batalla contra un poderoso imperio, tiran tachuelas, arrojan dudas y acusaciones sobre el líder de este proceso. Escalonadas y directas. En el comentario acusan a Chávez de estar entregando la patria al imperio. De allí la consigna: ¡Con mis reales no te metas! ¡La crítica del esperpento! ¡A demoler, a demoler! Mire usted...salieron ellos... como las lisas del mozo. ¡Yo soy, yo soy, aquí es! Ensartándose como lisas. ¡Por algo será que se saben ellos!
Yo, desde aquí, quisiera decirles algo. A no ser tienen derecho. Sólo una cosa. No lo sigan haciendo bajo el disfraz revolucionario. Si desean no ser, séanlo desde donde corresponde. Desde el otro lado de la trinchera. Estarán bien acompañados. Les sobrarán medios, recursos y protectores. ¡Ahí nos vemos!
¡HUGO PARA TODOS Y TODOS PARA HUGO!
¡LA BARRICADA SÓLO TIENE DOS LADOS.!
Mensajes
10 de diciembre de 2005, 15:15
¡Cómo se ve que estás donde estás, Martín! Recibe un abrazo y una felicitación por este trabajito de respuesta poética.
Tu camarada.
Servando
1ro de enero de 2006, 08:06
Nunca es bastante para decir te apoyo, por ahora me enlaso a tus ideas apoyandote.
11 de enero de 2006, 17:59
Nuestro querido Martin,
Ya te veo como vienes de regreso a la Patria.....cargado de mares, cielos y lejanias.
Un abrazo!
Vulcano