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Amnesia española

Publie le Miércoles 21 de abril de 2010 par Open-Publishing

El ataque dirigido a impedir la acción del juez Garzón afecta a todo lo reprimido que ha preludiado el establecimiento de la España moderna.

Convertido en uno de los magistrados más célebres del planeta por haber planteado que la humanidad no podría mirarse a la cara y reclamarse de sí misma sin haber juzgado a todos los que han cometido crímenes contra ella. Se atrevió hace unos años a intentar llevar a Augusto Pinochet a la justicia. Se llama Baltasar Garzón, había decidido investigar sobre los crímenes del franquismo. Los cometidos por el caudillo y los falangistas durante su ascenso al poder por medio de la guerra que arrasó España a finales de los años treinta y los perpetrados más tarde bajo el régimen de represión que instauraron hasta la muerte del dictador en 1975. El juez calificaba de crímenes contra la humanidad, por lo tanto imprescriptibles, las desapariciones de unos 114.000 republicanos españoles. “Intolerable”, han gritado tres asociaciones de extrema derecha. Y las más altas instancias judiciales del país no han encontrado nada mejor que aceptar la denuncia de estos nostálgicos de la Falange.

Dentro de unos días el juez Garzón debería ser suspendido del puesto que ocupa desde hace veintidós años en la Audiencia Nacional, la más alta instancia penal del país, por decisión de sus iguales. Acusado de “prevaricación”, traducido : abuso de poder, porque la “recalificación” de los crímenes franquistas en crímenes contra la humanidad constituiría un “artificio jurídico” (sic) con el fin de violar la “ley de amnistía de los crímenes políticos” adoptada en 1977.

La conmoción es enorme en el país. Va más allá de las familias víctimas que sufren la conspiración del silencio. Porque el ataque dirigido a impedir la acción del juez Garzón afecta a todo lo reprimido que ha preludiado el establecimiento de la España moderna, a una amnesia respecto a décadas negras erigida en principio indiscutible. Como si el olvido pudiera ser una parte de la identidad nacional. Insostenible.

Es este debate institucionalmente tabú el que irrumpe actualmente. La democracia se atrofiada cuando se limita al restablecimiento de una monarquía constitucional formateada (con el apoyo de los futuros socios de la UE) sobre un bipartidismo de buena calidad que pone mucho cuidado en ahogar la herencia revolucionaria de la segunda republica.

Recordando lo que fue en otro tiempo la actitud de los gobernantes franceses con respecto a la república española atacada, el asunto Garzón es tratado a todas luces en París con una mezcla de molestia y de discreción.

Y como en otro tiempo, no es nada asombroso reencontrar, aquí en Europa, en el corazón de la solidaridad con el movimiento español por la “justicia universal”, a los herederos políticos de los que se movilizaron con las Brigadas Internacionales.

Traducción de J.A.

L´Humanité en español