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Barrick Gold Corporation miente
Publie le Domingo 13 de febrero de 2005 par Open-Publishing1 comentario
Por Javier Rodríguez Pardo
A través de su representación legal, Barrick Gold Corporation, minera canadiense que desarrolla los proyectos de Veladero y Pascua Lama en la provincia argentina de San Juan, le reclamó derecho a réplica al semanario La Séptima. Aduce sentirse afectada por los artículos aparecidos en el Nº 651 del 26 de noviembre de 2004, algunos de los cuales, son de mi autoría.
Barrick Gold, con fecha 9 de diciembre de 2004, rechaza el contenido de mis notas mediante los términos “es falso” o “es agraviante”, pero no demuestra ni expone fehacientemente, hechos o razones que impugnen el contenido de “La Macabra Barrick de Bush”, orígenes y vínculos de quienes componen el directorio y la trayectoria de la multinacional, cuestionada en investigaciones periodísticas de probada seriedad.
Resumen Ejecutivo es una edición quincenal de EIR News Service Inc., Washington DC, con oficinas regionales en el mundo. En el volumen XIV, número 4, marzo de 1997, publica un dossier minucioso sobre Barrick Gold Corporation y su directorio. Uno de los capítulos es “La Verdadera Historia de Bush y la Barrick Gold Corporation”, escrito por Anton Chaitkin. El informe es preciso en datos y referencias, tal como sigue:
“George Herbert Walker Bush fue vicepresidente y jefe de operaciones encubiertas en los dos gobiernos de Ronald Reagan (1981-1989) y presidente de los Estados Unidos de 1989 a 1993. En su condición de ex presidente y poderoso testaferro, Bush se ha convertido en principal cabildero e importante accionista de Barrick y asesor honorario de la junta de asesoría internacional de la empresa.
Adnan Khashoggi, fundador de Barrick Gold Corporation, es un multimillonario traficante de armas árabe saudita, aliado a Bush, y famoso por sus ventas de armas ilícitas a Irán.
Peter Munk, fracasó en los negocios y pasó a ser niño mimado de la monarquía británica, es socio de Khashoggi y presidente de Barrick Gold Corporation.
Brian Mulroney, ex primer ministro de Canadá y mandadero de George Bush, es director y cabildero de la Barrick, y asiste a Bush en la junta internacional de la empresa.”
Continúa escribiendo Anton Chaitkin que “la inversión mayoritaria fue aportada por Khashoggi y algunos socios suyos del tráfico de armas, que por aquellas fechas organizaban el trueque de armas y drogas entre Irán, Israel y Nicaragua, que condujo en 1986 al escándalo de Irán y los contras”.
La representación legal de Barrick Gold, en San Juan, dice que “aseverar que el Sr. Munk o cualquier persona en Barrick está involucrada con el narcotráfico o venta de armas es totalmente irresponsable, injurioso, escandaloso e indignante” y, por así decirlo, “me obliga” a escribir este nuevo informe. La doctora del Valle Daneri no niega la vinculación de Barrick con el ex presidente Bush, pero se esmera en rechazar “toda participación de Bush en el proyecto minero de Zaire”, entre otras consideraciones.
La biografía autorizada, “Peter Munk: hechura de un magnate moderno”, incluye vínculos, acciones y negocios del presidente de Barrick Gold, permite rastrear socios y orígenes empresarios, asociaciones investigadas judicialmente y, sobre todo, el método para sortear tempestades. “EIR quiso ilustrar sus notas con reproducciones de dos fotografías del libro y la editorial le niega el permiso por expresa disposición de Barrick Gold Corporation. En las fotografías solicitadas aparece la junta internacional de Barrick con George Bush, Brian Mulroney y Peter Munk en primera fila; en otra aparecen Munk y Adnan Khashoggi posando juntos en la Bolsa de Toronto en 1982”.
Peter Munk, participa del exclusivo “Club 1001”, cofradía masónica, cofundado por el príncipe Felipe, líder a su vez de la World Wide for Nature (WWF), una organización para el saqueo de los recursos naturales disfrazada de ambientalista y dedicada a la distribución de fondos globalizados, ocultos en carpetas de proteccionismo ambiental. La CIA precisamente se vale de la influyente WWF para captar a grupos ambientalistas regionales, manejar informes, actualizar datos y contra informar.
En el caso que nos ocupa, todo indica que Khashoggi salva a su socio Peter Munk de varias causas judiciales y fracasos financieros y -por añadidura- atrae a sus intereses la influyente figura y los negocios del príncipe “conservacionista”. Más tarde habría de ocurrir todo lo contrario: “cuando el Congreso estadounidense abordó la investigación de armas por drogas y otras pistas que conducían al presidente Bush, Khashoggi se puso demasiado caliente para la sociedad canadiense, y las acciones del grupo Khashoggi se tuvieron que vender. Khashoggi mismo fue arrestado en 1989, un caso de fraude relacionado con el régimen del presidente Marcos en Filipinas. Khashoggi aprehendido en Suiza y encarcelado en Nueva York, salió de la cárcel bajo fianza de cuatro millones de dólares que pagó su socio Peter Munk” (Anton Chaitkin, “La Verdadera Historia de Bush y la Barrick Gold Corporation”).
La mina Goldstrike
En el caso de la mina Goldstrike en Nevada, la defensoría de Barrick sostiene que “el Sr. Bush no tuvo desempeño alguno en la adquisición de esa mina para Barrick”; le recomendamos repasar los numerosos artículos periodísticos que hay al respecto, en particular “George Bush le regaló 10.000 millones de dólares a Barrick Gold”, escrito por Mark Sonnenblick, o mejor aún, la denuncia del 11 de marzo de 1993 en la subcomisión respectiva del Congreso Nacional de Estados Unidos, efectuada por Philip M. Hocker, presidente del grupo ambientalista Mineral Police Center.
No es el único caso de tráfico de influencias a través del pulgar de George Bush para que una mina de oro de la noche a la mañana pase a manos de Barrick. El 19 de septiembre de 1996, Bush le envía una carta personal al presidente Suharto, de Indonesia y Bre-X Minerals vende a Barrick la mina de oro Busang, ubicada en el estado de Kalimantán oriental, en Indonesia, que le aportará veintiún mil millones de dólares (Ref.: “Bush ayuda a Barrick a apoderarse de una gran mina de oro, por Gail Billington). También sugerimos leer las ediciones del 21 y 23 de diciembre de 1996 del Financial Post de Toronto, controlado por Conrad Blach, aliado de Bush y de quien no puede pensarse animosidad. Jim McGrath, portavoz de Bush, confirmó la versión del Financial Post explicando que la misiva de Bush a Suharto fue “una carta privada entre amigos que mencionaba la alta consideración del ex presidente por Barrick”. Esta historia aún recorre distintos tribunales, de la mano de accionistas de la vendedora Bre-X Minerals que no aceptaron los términos ni la cotización fijada para la venta.
Andrónico Luksic
Por razones de espacio en mi artículo “La Macabra Barrick de Bush”, omití citar a un singular número de ejecutivos de Barrick, accionistas privilegiados en la lista de asesores honorarios que encabeza George Bush. Merece destacarse Andrónico Luksic, asesor de Barrick y acaudalado oportunista chileno, “siempre a la caza de las privatizadas compañías trasandinas”. Hoy maneja los destinos de mina Los Pelambres, al norte de la cuarta región de Chile, en línea directa con la mina El Pachón en la provincia argentina de San Juan, a poco de cruzar la Codillera de los Andes (Ref.: “Chile También Sufre la Minería Química” y “Asambleas en Chile contra la Minería”). Lucksic fue construyendo un imperio bancario en sociedad con el Hongkong and Shanghai Bank, conocido también como “el banco del tráfico del opio”.
Zaire (Ex Congo Belga)
En la Macabra Barrick de Bush cité el genocidio en Zaire que comenzó en septiembre de 1996, poco antes de la entrada de Barrick y Anglo American en esa zona minera. Los testimonios recogidos por Resumen Ejecutivo EIR aparecen en “El Corazón de Tinieblas de George Bush”, escrito por Jeffrey Steinberg, título inspirado en la novela de Joseph Conrad. Dice Steinberg que “la invasión del este de Zaire coincidió con la entrada de Barrick y Anglo American para adueñarse exactamente de esa zona” y cuenta el espantoso genocidio entre fuerzas financiadas por franceses y británicos. En ninguna guerra -dice- está ausente el botín. El informe además, relaciona a las mineras que integran el Club de las Islas, con la monarquía británica y organizaciones ambientalistas como la World Wide for Nature (anteriormente World Wildlife Fund), personajes como el presidente de los Estados Unidos, traficantes de armas, bancos que lavan dólares y “conservacionistas” disfrazados, todos mezclados.
Este moderno mundo empresario es el protagonista de “Minería con ejércitos mercenarios”, minuciosa descripción de estas mafias, encapsuladas en estrategias globales para el saqueo, que enlazan a “ex oficiales de inteligencia con ejércitos y veteranos de escuadrones de la muerte, yendo al combate pagados por nuevos jefes: las industrias mineras” (Minería. Impactos sociales y ambientales, editado por el Movimiento Mundial por los Bosques, marzo 2004).
En el viejo Congo, África Central, abunda un mineral de incalculable valor. Se llama coltan, término que combina dos metales: colombita y tantalita, de los que se extrae el tántalo y el niobio. Según parece, la región guarda el 80% de las reservas mundiales. Toda la modernidad industrial depende de este mineral que supera varias veces el precio del tungsteno y del oro. Con el coltan se fabrican potentes celulares y misiles balísticos intercontinentales; el mundo de la electrónica, la ciencia del espacio y las centrales nucleares dependen del desarrollo de este mineral. Es opinión generalizada que del coltan surgirá el superconductor buscado.
En 1997, al caer el presidente Mobutu (capitales franceses), irrumpe Laurent Kabila apoyado por Ruanda y Uganda (USA y Gran Bretaña) , a costa de millones de caídos en enfrentamientos tribales sangrientos, como ya dijimos, (más de tres millones de muertos).
El diario español El País, lo explica así: “En otoño de 1997, Kagame y Museveni colocaron a un amigo, Laurent Kabila, al frente de una revuelta en Goma y Buvavu (en el este del Zaire de Mobutu Sese Seko). En menos de un año, ese conglomerado de intereses antimobutistas conquistó Kinshasa y cambió el nombre del país; pasó a llamarse República Democrática del Congo. Las grandes empresas mineras anglosajonas obtuvieron concesiones en Katanga, al sur, rica en cobre y otros minerales. Entre los agraciados por el nuevo reparto destacan tres: Barrick Gold, de Canadá; American Mineral Fields, en la que Bush padre también tenía intereses, y la surafricana Anglo-American. Las empresas francesas, aliadas de Mobutu, quedaron fuera” (El País 2/9/2001).
Kabila muy pronto cayó en desgracia porque se proyectaba como un nuevo Lumumba, “cuando comenzó a exigir a las multinacionales el pago de los impuestos por el saqueo de las riquezas mineras... y por haber financiado a los mercenarios de Mobutu a cambio de la concesión de explotaciones en condiciones muy ventajosas en el este del país; es el caso de la americana Barrick Gold Corporation, uno de cuyos accionistas es George Bush padre, la australiana Russel Ressources, dirigida por el antiguo general israelí David Agmon, la austriaca Krail y la canadiense Banro American Ressources” (Ref.: Le Monde, New York Times, International Herald Tribune).
El turno es de Washington y Londres y el reparto minero lo hacen Barrick Gold Corporation, American Mineral Fields y Anglo American Corporation, empresas que antes de extraer los minerales ostentan la lóbrega costumbre de tener que enterrar primero a los muertos. La ONU no duda en afirmar que el estratégico coltan financia estos genocidios y es una de sus causas, pero el resto de los minerales también siembran muertes que benefician a las multinacionales: el viejo Congo “quedó convertido en el escenario de una guerra en la que han participado directamente los ejércitos de siete países. Madeleine Albright lo llamó la primera guerra mundial africana: Kabila, Angola, Zimbabwe, Sudán y Chad en un bando; tres guerrillas congoleñas, Ruanda, Burundi y Uganda, en el otro. El expolio de diamantes, oro y coltan del este del Congo llevó a los ejércitos de Ruanda y Uganda a enfrentarse a tiros tres veces (dos en 1999 y una en 2000) por el control de Kisangani”. (El País 02/09/2001).
Los propios ingleses divulgan los sucesos de manera impactante. El influyente diario The Times, de Londres, publicó una opinión concluyente: “En noviembre del año pasado, Washington acordó su apoyo diplomático a la rebelión en el este de Zaire, formada esencialmente por tutsi (NDLR: componente étnico fundador del FPR de Kigali actualmente en el poder), que se saldó con la caída, la semana pasada, de Mobutu. En consecuencia, los medios franceses ven una conspiración anglófona tras el movimiento de Kabila, en el que Inglaterra pone su experiencia de la era imperial y los americanos el dinero y el entrenamiento militar que los tutsi han necesitado para invadir el Zaire de punta a punta en sólo siete meses. Puede que la teoría de la conspiración oculte una verdad. Entre los beneficiarios del cambio de régimen se encuentra George Bush, que con el ex-primer ministro canadiense Brian Mulroney es consejero de la Barrick Gold de Toronto, que ha obtenido de los rebeldes una concesión minera de oro de 80.000 km2., en el noreste de Zaire. Pero la conspiración es más profunda y más sutil”. (The Times 20/05/1997).
Tanzania
Acerca de “los eventos supuestamente acaecidos en Tanzania”, dice Barrick que las acusaciones no tenían fundamento.” Aunque nadie puede ignorar que esta multinacional acumula áreas mineras después de los episodios más siniestros y de las matanzas más descabelladas. Además, al investigar apoyos financieros de dudosa moralidad, aparecen los responsables, tal como reza el informe “Tanzania, el Banco Mundial apoya saqueo minero canadiense”. (Presentación a la revisión de industrias extractivas del Banco Mundial, Maputo, Mozambique, 17/01/2003: http://www.leat.or.tz/active...). Cuatrocientas mil personas, mineros artesanales, granjeros, campesinos, comerciantes pequeños, fueron expulsados de Bulyanhulu, desalojados por la fuerza, en la región de Shinyanga, Tanzania central occidental, después de dos años de lucha donde gobierno y mineras reclamaban el enclave de los depósitos del oro. Más de medio centenar de mineros artesanales fueron enterrados vivos en los pozos de extracción cuando las autoridades y la compañía minera canadiense de Vancouver deciden rellenar los pozos. Un escarmiento porque los pobladores no tenía que volver al lugar. El trabajo sucio quedó hecho y en marzo de 1999, la Barrick Gold Corporation, adquirió los depósitos de Bulyanhulu al comprar la Sutton Resources y su subsidiaria de Tanzania, responsables directos del genocidio. (Atlanta, mayo 7 de 2004 www.theperspective.org) Todo se blanquea cambiando el nombre de la minera. “La Agencia Multilateral para la Garantía de Inversiones (MIGA), brazo de seguros de riesgo político del Grupo del Banco Mundial, y la Corporación para el Desarrollo de la Exportación de Canadá garantizaron el proyecto, cubriendo la inversión contra los riesgos de restricción de transferencias, expropiación, guerra y disturbios civiles. Desde entonces Barrick Gold ha construido una mina de oro subterránea ultramoderna en Bulyanhulu, inaugurada por el presidente tanzanio Benjamín W. Mkapa en julio de 2001... La inversión se yergue como un monumento al saqueo de los recursos naturales de países pobres como Tanzania, a manos de las corporaciones multinacionales de los países industriales ricos del norte; y al empobrecimiento y la consecuente marginación de las comunidades rurales en las áreas ricas en minerales de Tanzania y otros lugares”. (Boletín Nº 71 del WRM, junio de 2003) Hasta hoy, el gobierno de Tanzania se negó a investigar las atrocidades. Nunca se pagó indemnización. Los damnificados le exigen a Barrick compensación, en tanto los abogados tanzanios fueron acusados de sedición y las denuncias aún recorren el mundo.
Las palabras invasión y soberanía, y leyes para el despojo
A la empresa minera de George Bush y Peter Munk le pareció agraviante el término invasión al referirme al despojo de los recursos naturales; entonces recurre al diccionario porque “invadir -dice- significa entrar por la fuerza a un lugar”, pero no menciona que en el mismo diccionario también figuran otras acepciones por extensión y uso como “ocupación general de un lugar”, que no se traduce necesariamente por la irrupción de una fuerza militar. En realidad, y ésta es la verdadera tragedia sudamericana, expresada como tal en mi artículo, Barrick no necesita aplicar la fuerza militar (no por ahora) para adueñarse de un territorio que no le pertenece pero que habrá de vaciar gracias a leyes permisivas y de entrega del patrimonio nacional. “El Tratado de Integración Minera que suscribieron Chile y Argentina, convierte a la región fronteriza en una zona separada de ambas naciones, que en realidad no le pertenecerá a nadie -excepto a Barrick y a las otras empresas mineras, predominantemente de la mancomunidad británica, que han invadido a los dos países, pero particularmente a la Argentina durante los últimos cinco años” (Cynthia Rus y Gonzalo Huertas, Resumen Ejecutivo).
Un sector del pueblo chileno se expresa en términos semejantes acerca del Tratado Minero de Implementación Conjunta y lo considera inconstitucional (El Exilio del Cóndor, editorial OLCA). Mientras tanto, son elocuentes las afirmaciones del subsecretario de Industria, Comercio y Minería argentino, Daniel Meilán, publicadas por el diario La Nación en diciembre de 1996, “la belleza del Tratado de Integración Minera eliminará las fronteras en esas zonas mineras que compartirán Argentina y Chile. Después de todo -dijo- la geología es anterior a las fronteras”. En realidad, al eliminar las fronteras nace un nuevo soberano en el lugar, que es quien las usufructúa, y los hechos están a la vista en torno a los complejos de Veladero-Pascua Lama y de Los Pelambres-El Pachón.
La invasión se concreta en connivencia con entregadores locales, a través de un paquete oprobioso de leyes, verdadero caballo de Troya para el saqueo de los recursos naturales (Tal como lo detallo en La Macabra Barrick de Bush y en “Argentina Saqueada, Incentivos Fiscales a la Exploración y Explotación Minera”, página web de Esquel: www.noalamina.i8.com). Opinión que no difiere de la que tienen las propias transnacionales cuando leemos que “los representantes de las empresas mineras comentaron públicamente que Argentina supera en oportunidades de negocios a Australia y a los Estados Unidos merced a un marco legal apropiado en materia económica y fiscal, y flexible en el terreno medioambiental” (Diario La Nación, Bs. As. 19/04/1996).
El agua en las alturas de Pascua Lama
En este tercer país que expoliaron a argentinos y chilenos en las cumbre de la Cordillera de los Andes, las empresas mineras se permiten afirmaciones cientificistas de que “no destruirán glaciares”, porque tan solo “los cambiarán de lugar”.
Hemos demostrado en informes anteriores, que a Barrick sólo le interesa cuidar el recurso agua para sus fines, desviando los ríos Potrerillos y Las Taguas, por ejemplo, en las nacientes de la cordillera andina, y dinamitando glaciares. Está probado porque “el inicio de las actividades de Pascua Lama está condicionado a la presentación de un plan de manejo de glaciares; los expertos afirman que no es posible manejar glaciares y menos trasladarlos... La empresa canadiense Barrick Gold no había mencionado los glaciares en su Estudio de Impacto Ambiental. Extraño pero verídico. Tuvo que ser a solicitud de los agricultores que la CONAMA consultara a Barrick sobre la materia. Frente a dicho interrogante, la empresa responde reconociendo la existencia de los glaciares y respecto del requerimiento de CONAMA presenta un plan para su tratamiento. Insuficiente por cierto, lo que hace que CONAMA condicione el desarrollo del proyecto a un plan de manejo aún no presentado” (El exilio del Cóndor, Diego Luna Quevedo, César Padilla Ormeño, Julián Alcayaga Olivares, Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, OLCA 2004, Chile).
El derecho especial por concesión de agua y el absurdo canon anual que está obligada a pagar, no eximen a la minera del monto real que debiera abonar por los volúmenes que habrá de consumir, las 24 horas diarias durante 30 años, lixiviando rocas con compuestos químicos. Es que cuando se trata de pagar, a Barrick le cuesta abrir la caja. “En el oeste norteamericano Barrick no paga regalías ni a los indios Shoshone. El no pagar regalías representa una violación del tratado y los Shoshone han intentando durante décadas hacer cumplir sus obligaciones constitucionales a mineras como Newmont, Placer Dome y Barrick Gold Corporation”.
El túnel de Pascua Lama
Barrick intentó explicarle al pueblo chileno que el túnel de 4606 metros unirá los dos países mediante una cinta transportadora que cruzará el material para tratarlo en el sector argentino y obtener la barra de metal doré. Del aeropuerto construido por Barrick, en Lama, Argentina, saldrán las barras hacia refinerías en el exterior. Un aeropuerto en la cima de la Cordillera de los Andes al servicio de los nuevos soberanos. Mientras tanto, la respuesta que la minera nos brinda en su derecho a réplica, justifica el túnel “con fines netamente exploratorios”.
Derecho a réplica
Barrick tiene una imagen mundial que no puede ocultar ni cambiar. Podrá comprar premios y colgar en sus oficinas certificados de buena conducta. Cualquier empresa puede adquirir nominaciones a la excelencia en seguridad y eficiencia. Sólo hay que pagar por ello. Pero la cantidad de accidentes, incidentes, negligencia empresaria seguida de muerte, son una constante en las alturas de Veladero y Pascua Lama; así también, la contaminación de suelo y corrientes subterráneas por derrames de combustibles y por deficiencias sanitarias en la planta y en los trabajos de campo. “En enero de 2003 la compañía minera, Barrick Exploraciones Argentina S.A. fue sancionada con una multa de $ 240.000, por cometer contaminación ambiental. La sanción, establecida por el Consejo de Minería de San Juan, bajo resolución 46, del 26 de diciembre de 2002, se debe a un incumplimiento de las normas de protección ambiental en la zona de la frontera argentino chilena” (Red Eco Alternativo www.fodema.com.ar ). Otros juicios esperan resolución.
Cuando Barrick decidió levantar el campamento inicial de Lama, ordenó quemar y enterrar allí mismo, partes y sobrantes de las instalaciones. El veneno utilizado para combatir plagas de roedores, polizones exóticos transportados en enseres de la planta, alcanzó a la fauna autóctona y a la cadena trófica. Mientras tanto, a medida que avanzaba la prospección Barrick destruía vegas y glaciares; omite el manejo de los glaciares en los estudios de impacto ambiental que presenta en ambas naciones, y no oculta el desvío de ríos en sus nacientes ni la emisión de dióxido de carbono que irá incrementándose a medida que se prolongue la extracción. La desertización provocada por el trazado de miles de kilómetros de rutas y caminos, el uso de equipos industriales pesados y la devastación del paisaje en reserva de biosfera, por demolición de cerros, son verdades ineludibles de dolo ambiental que integran una lista aún más larga, contaminación debido a las voladuras diarias y a las partículas en suspensión, a los compuestos químicos para lixiviar montañas de rocas en imponentes cráteres y a los drenajes ácidos liberando metales pesados y sustancias tóxicas diversas, como cianuro de sodio y ácido sulfúrico. Todo esto a 4.000 y 5.500 metros de altura, sitio declarado por la UNESCO, reserva de biosfera.
Hoy la minería química a tajo abierto frecuenta los tribunales en el mundo y en nuestro país no es diferente. Bajo La Alumbrea, en Catamarca, es otro sonado caso y Barrick Gold sabe que no conciliamos con su filosofía “industrial” en sintonía con la política de la globalización y el ejercicio del poder de las potencias del Norte. También nos cuesta imaginar que haya argentinos capaces de ignorar de qué y de quiénes estamos hablando después de los sucesos mundiales protagonizados por el país de los marines. Tampoco se requiere un pensamiento de derecha o de izquierda para aceptar o negar a los invasores mineros. A decir verdad, este poder globalizado es ejercido de todas las formas más aberrantes que se conozcan, lo impulsa el imperio que se adjudica la potestad de iniciar guerras o condenar a los pueblos mediante bloqueos económicos si no aceptan sus condiciones.
Noam Chomsky, reconocido ensayista y docente norteamericano, publicó que “ni el presidente Bush ni sus asesores conciben límites para el ejercicio del poder”. Se refiere a Bush hijo, actual presidente de los Estados Unidos, para quien cabe el refrán: “de padres gatos, hijos michines”, que es lo mismo que decir, ayer Irak-Kuwait, hoy Afganistán-Irak. Noam Chomsky escribió que “a comienzos de 2004, luego que se informó que abogados del departamento de justicia de Estados Unidos intentaron demostrar que el presidente podría autorizar el uso de la tortura, el decano de la Facultad de Derecho de Yale, Harold Koh, dijo al Financial Times: “La idea de que el presidente tiene el poder constitucional de permitir la tortura es como decir que tiene el poder constitucional de cometer genocidio” (Clarín, Bs. As. 10/01/2005, página 17).
Quienes se auto adjudican presidir el planeta y esbozan una filosofía de espanto como la señalada, rapiñan hoy las minas de África y Sudamérica como ayer el petróleo de Oriente Medio, y mañana el de Ecuador o Venezuela, con cualquier pretexto o con el pretexto del poder.
La magnitud del pensamiento anterior empequeñece cualquier otra cosa hasta el ridículo, por el absurdo de querer negar las evidencias, esto es, el casi centenar de empresas mineras canadienses, británicas, norteamericanas y subsidiarias, que mantienen hoy una virtual invasión sobre territorio argentino, en plena prospección para el saqueo.
Frente a semejantes secuaces, que son capaces de legalizar la tortura y justificar el genocidio, lo que se diga después es insignificante, incluso los sucesos de Zaire y Tanzania, porque se hizo tan frecuente el uso de ejércitos mercenarios, que hasta los mineros componen una especie nueva de soldados-obreros, y nada extraña ni asombra.
Mi artículo, “La macabra Barrick de Bush”, le parece agraviante a la corporación minera, preocupada por defender a Peter Munk y a George Bush padre, y dice que “aseverar que el Sr. Munk o cualquier persona en Barrick está involucrada con el narcotráfico o venta de armas es totalmente irresponsable, injurioso, escandaloso e indignante”, pero el vínculo está probado y el genocidio existe; como si no fuera escandaloso e indignante destruir Afganistán e Irak, invadir militarmente los pozos de petróleo de un país, admitiendo ante la perplejidad mundial que no hay ni hubo armas químicas. No importa sembrar desolación y muerte, porque en realidad se trata de recolonizar al 80% de la población mundial, sumergiéndola en los pozos vacíos del saqueo; hasta con la excusa de la “supervivencia” de occidente, como se ufanan en advertir los propios ideólogos del imperio. El método para adueñarse del coltan, del oro o del petróleo es el mismo y, en países como el nuestro, se aplica sin necesidad de usar las milicias.
Javier Rodríguez Pardo
Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH) - Sistemas Ecológicos Patagónicos (SEPA) RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista de Argentina).
N. B: Ratifico los artículos cuestionados y libero de toda responsabilidad a las publicaciones La Séptima y La Séptima digital, de la provincia argentina de San Juan, amparándome en el derecho que me asiste como periodista. San Juan, Febrero 2005.
Mensajes
1ro de marzo de 2005, 23:07
Javier te envío este mesaje porque me pareció de mucha importancia todo lo que has publicado.
Te cuento que somos tocayos y también yo soy periodista. Vivo en Chile y junto a un compañero que ya te escribió, estasmos realizando un reportaje acerca de la barrick gold en Chile.
Al ver lo que publicaste me llamó poderosamente la atención todo lo referente al informe de EIR de 1997. Quería, si es que tienes tiempo, pedirte ese informe o me ayudes a conseguirlo. es de vital importancia para darle veracidad frente a me editor a las relaciones con Bush padre y otros personajes.