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En Turquía, la oposición kemalista y nacionalista plantea resistencia.
Publie le Viernes 30 de abril de 2010 par Open-PublishingEl partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP), en el poder, ha decidido revisar la constitución con el objetivo de hacer más difíciles la disolución de partidos políticos y, por lo tanto, reducir el peso de las instituciones favorables al ejército.
Cuando el 30 de marzo pasado, el partido en el poder AKP (Partido de la Justicia y del Desarrollo, nacido del movimiento islámico) ha depositado en el Parlamento un proyecto de revisión constitucional, la oposición kemalista y nacionalista ha visto en ello un complot dirigido a atentar contra la laicidad. Ahora bien, las enmiendas constitucionales propuestas apuntan sobre todo ahacer más difícil la disolución de partidos políticos, deporte nacional en Turquía, por la justicia. Ejemplo: en marzo de 2008, el procurador del Tribunal de Casación, Abdurrahmane Yalçinkava,depositó ante el Tribunal Constitucional una demanda dirigida a prohibir el AKP, acusado de “actividades que iban en contra de la laicidad”, y a sus dirigentes, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, el presidente de laRepública Abdullah Gül y otras 69 personalidades del partido.
En 2007, esta misma jurisdicción anulaba en un primer momento la primera vuelta de las elecciones presidenciales, ¡so pretexto de que el candidato Adullah Gülprovenía del movimiento islámico!También está detrás de la disolución del DPT (Partido por una Sociedad democrática, pro-kurdo) ¡el pasado diciembre!
Las enmiendas constitucionales (a una cincuentena de artículos) se plantean en un contexto de detenciones de decenas de oficiales superiores retirados por tentativa de golpe de Estado. Una asunto que ha salpicadoal ejército turco, el cual pretende ser el garante de los valores kemalistas y laicos y que desde entonces está a la defensiva. Algunos creen que el AKP ha aprovechado esta situación para reestructurar y reducir el peso del HSYK (Consejo Superior de la Magistratura) y del Tribunal Constitucional, por medio de esta revisión constitucional. Estas dos instituciones, consideradas como los bastiones del kemalismo, son sospechosas no sin razón por los medios y una parte de las elites democráticas, de instrumentalizar la defensa de la laicidad y de la “nación turca” en favor de la alta jerarquía militar.
Lo menos que se puede decir es que al decidir revisar parcialmente la Constitución, el AKP, cuya estrategia seguida en estos últimos años se basaba en la búsqueda del consenso sobre temas tan sensibles como la cuestión kurda, el papel y lugar del ejército o la elección del presidente de la República por sufragio universal, parece haber optado por la prueba de fuerza con la institución militar, cuyo peso ha ido declinando desde que Ankara decidió la adhesión a la U.E. y satisfacer los criterios de Copenhague.
Sin embargo, la partida está lejos de ser ganada. Por una parte, el principal partido de la oposición, el CHP (Partido Republicano del pueblo, kemalista), tiene previsto apelar al Tribunal Constitucional para hacer anular el proyecto.
Traducción de J.A.