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Endulzados con la miel del dinero

Publie le Miércoles 9 de abril de 2008 par Open-Publishing

Los que ahora gobiernan, antes fueron oposición y los que ahora son oposición, antes fueron gobierno. La realidad nos dice que las campañas políticas son para mentir. Todo lo que prometen los candidatos se hace humo cuando están en el poder. Como humo es la democracia que vivimos los panameños de abajo. Sin trabajo, ni educación, ni seguridad, ni salud, ni vivienda, ni carretera; derechos consignados en la Constitución , sólo son respetados y cumplidos para los panameños de arriba. Los panameños de abajo, las grandes mayorías nacionales, solo reciben, durante las campañas, las promesas que ningún político está dispuesto a cumplir.

La ira y la rabia sigue acumulándose en la población panameña, mientras los políticos siguen prometiendo, en campaña, solucionar todos los males de la nación. La falta de agua potable, el aumento de la violencia y la inseguridad ciudadana, la falta de carreteras, escuelas abandonadas y desvalijadas, el alto costo de la vida, los “diablos rojos” y los “no voy” dominan la realidad que, la mayoría de los políticos, ciegos de poder, no pueden, ni les interesa ver.

La partidocracia en sus mercantiles y mercenarias campañas políticas inventan la ficción, saludan hasta de vicio, llenando de hipocresía y mentiras todo el territorio nacional. Conciente de que, por ellos, vivimos en el infierno, nos prometen el paraíso que se acaba tan pronto como se acaban las elecciones.

El país de los políticos está en crecimiento y desarrollo; el país del pueblo, sufre el desorden y el caos de la construcción, se muere de sed y envenenado con dietilelin glicol. En campaña, los políticos prometen trenes ligeros, tranvías y hasta metros; calcinado y transportados como “ganado”, en trampas de muerte, llamadas “diablos rojos” y “no voy” nos vuelve a la realidad cotidiana.

El control de los poderes del estado es el premio mayor para el partido o la alianza de partidos que se haga con el poder. Ganar las elecciones significa controlar la llave maestra de los grandes negocios. Es con política como los políticos aseguran el incremento de sus fortunas. Tribunales, jueces, alcaldes, magistrados, fiscales, ministros, diputados, obispos y presidentes, todos a uno y unos a todos para la mayor gloria y el servicio del poder. Ellos mismos son el poder. Endulzados con la miel del dinero, trabajan, arduamente, para mantener a la población resignada en la desgracia y la desesperación.

La democracia del voto, controlado, manipulado y comprado está enferma de muerte. Su enfermedad es Terminal. La democracia de millonarios –nuevos y viejos- se aferra a la partidocracia, mafia contemporánea y epidemia de la humanidad. Por ahora, somos, como país, masa manipulable y vendada que, en la desesperación, se aferra y resigna a la realidad de muerte. Con los ojos vendados caminamos y construimos nuestra propia tumba. El derecho a vivir y el derecho a otra política, es posible, urgente y necesario.

Colectivo Panamá Profundo.