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Israel : el suicidio mediante la autodefensa
Publie le Jueves 8 de enero de 2009 par Open-PublishingIsrael : el suicidio mediante la autodefensa
Dr Oren Ben-Dor
Recordando lo que pasó en el Líbano durante el verano de 2006, los pilotos asesinos de un Estado criminal masacran el pueblo de Gaza. Pronto, las fuerzas terrestres masacrarán más todavía. Esta repetición de la violencia perpetrada a gran escala por Israel, violencia ampliamente esperada, se cumple después de un largo proceso desencadenado en el momento en que Israel saca sus colonias y su infantería de Gaza, sin contrapartida, pero nada más para organizar lo que se ha descrito como un zoo de seres humanos controlado a distancia. Israel ha mantenido un control absoluto sobre las fronteras de Gaza, sus espacios aereo y marítimo, su economía, su electricidad, su abastecimiento en alimentos y medicinas. La gente de Gaza a sufrido el hambre, ha sido humiliada y bajo una presión constante. Sin embargo, que la retirada fuera bien o mal llevada a cabo, poco tiene que ver con lo que motiva los disparos de cohetes desafíando a las ciudades israelíes de Sderot, Ashkelón y Beer Sheva.
Aparte de llevar una respuesta a corto plazo frente a los ataques con cohetes, la ola de violencia israelí tiene sus raíces en un razonamiento vicioso (petición de principio) y en una provocación meditada. Los actos de Israel, jusficados por el, con la retórica de la "no elección" (ein brera) y de la "legítima defensa", pueden tapar durante algun tiempo el volcano del odio que crece alrededor de Israel y hasta en su seno, pero después del primer choque y sobrecogimiento, están seguramente destinados en crear mucho más violencia.
Los asesinatos de los miembros del Hamas, el mismo derrocamiento de la organización, la destrucción de su infraestructura y de sus edificios no aplastarán la oposición legítima a la entidad sionista, arrogante y triunfalista. Ningun ejército, incluso muy bien pertrechado, puede ganar una batalla contra un número cada vez más grande de gentes que ya no tienen razones para temer a la muerte. Si había odio en contra de los israelíes antes de la masacre de Gaza, el odio que seguirá llegará todavía a mayor grado.
Considerando el fracaso asegurado de las tentativas para imponer la estabilidad mediante la violencia, la intimidación, la hambruna y la humiliación, ¿ Cuál es el deseo del Estado israelí en este mundo ? ¿ Qué se imaginan los israelíes lo que van a lograr con esta masacre ? Tiene que faltar algo aquí. Tiene que haber, para los israelíes, algo o alguna idea que preservar, incluso que defender, con esta patología de querer provocar un estado permanente de violencia en contra de ellos mismos. ¿ Qué tipo de autosatisfacción condiciona entonces esta voluntad autodestructiva de ser odiado ?
Gaza misma nos da un indicio. Muchos de los palestinos que viven en Gaza son los hijos de los 750 000 refugiados expulsados en 1948 de lo que es hoy en día el Estado hebreo. Ashkelón se construyó sobre las ruinas de pueblo de Al-Majdal cuyos habitantes fueron expulsados en 1948, muchos hacia Gaza. Sólo una purificación étnica masiva permitió la implantación de un Estado con mayoría y caracter judíos. Toda aplicación justa del derecho, reconocido internacionalmente, para los refugiados de regresar a casa, significaría claramente el fin del proyecto sionista. Los que escojan regresar, no sólo amenazarían la mayoría judía, sino que exigirían para ellos, con toda claridad, y fuerza, el derecho a un trato ciudadano igualitario. Así volverían a cuestionar la idea discriminatoria, fundamento del Estado judío, la cual define una participación diferente en el seno del Estado para todos aquellos habiendo pasado la prueba de judaísmo, que vivan en el país o en otra parte. Así, por la misma razón con la cual Israel discrimina a sus propios ciudadanos árabes (no judíos), Israel impide el regreso de los refugiados.
La proliferación y el predominio del discurso de autodefensa y sus efectos segundarios – la aceptación desprovista de sentido crítico de la legitimidad del Estado israelí – logran esconder el hecho que el mismo Israel es un Estado basado sobre el concepto del apartheid (separación). Y en el nombre de esta premisa del apartheid, la ocupación, el desposeimiento y la discriminación han azotado a todos los palestinos, tanto en Gaza o en Cisjordania como en Israel e incluso en el mundo entero.
Así, el concepto "preservado" es la falta de voluntad, o mejor dicho la incapacidad de los israelíes en interrogarse acerca del fundamento discriminatorio de su propio Estado. Oponer el mantra disimulador de los cohetes disparados por el Hamas a la autodefensa legítima de Israel involucra con cinismo tanto a los palestinos de Gaza como a los israelíes de Sderot. Ocultar la reticencia del Estado judío en afrentar la cuestión del sionismo colonial y racista parece ser más importante que la vida de todos y cada uno de ellos.
Admitir el derecho de Israel de existir en seguridad como Estado judío se volvió hoy en día el punto de referencia de una política de moderación. Obama, ya está cantando la canción. Los antisionistas igualitaristas, quienes desafían este derecho, suspenden facilmente el exámen. Esta voz antisionista, inclusiva, y moderada, insiste en el hecho de que las injusticias en contra de los palestinos resultan del propio concepto de Estado en el cual Israel se fundamenta. Las injusticias en contra de los palestinos se dan en la totalidad de la Palestina histórica, sin que sea necesario dividirla para que sólo sean visibles en los territorios, entre otros, Gaza ocupada por Israel desde 1967. Dejemos entonces las palabrerías estériles sobre la autodefensa que sólo conllevan las "críticas" en contra de Israel sin tomar en cuenta al mismo tiempo lo que legítima esas mismas críticas : el origen de la violencia en Gaza está íntimamente ligado con el como de la creación del Estado israelí, siguiendo tolerando el concepto del apartheid en su propia esencia. Israel no tiene que ser reformado o condenado, sino substituido por una estructura única igualitaria en toda la Palestina histórica.
Israel necesita un ciclo permanente de violencia. Cuanto más dure este ciclo provocado por una opresión diaria, mejor los israelíes lograrán mantener este refugio en donde podrán unirse detrás de su incapacidad en enfrentar su mentalidad racista. La violencia mantiene una zona en la cual esta antigua amenaza existencial ahoga cualquier posibilidad de verdadera empatía y pensamiento igualitario. Al mismo tiempo la violencia est un medio necesario para afianzar la supuesta legitimidad de lo que pretende ser la única alternativa a esta violencia. Ésta alternativa no es otra cosa que el fracaso "asombroso" de un proceso de paz "sensato", "razonable" y "moderado" para llegar a la existencia de dos Estados, un proceso pretendiendo legitimar definitivamente el Estado de apartheid. El discurso ha sido recuperado de tal manera que las llamadas urgentes al cese inmediato de la violencia reaniman este proyecto de dos Estados, proyecto esencialmente injusto y condenado al fracaso pero que garantiza la continuación de la violencia.
Desgraciadamente, la patología que pretende generar la violencia en contra de uno mismo, violencia que interrumpe cualquier pensamiento sobre el tema del apartheid, sólo lo consigue al precio de un odio enorme. Esta patología israelí terminará subrepticiamente y fatalmente a lo que más temen los israelíes. De hecho al proyecto nacionalista de las eternas víctimas no le queda otra opción que el suicidio junto con los que oprime.
El deseo sublimado del sionista de ser odiado es el carburante necesario de la unidad y la autosatisfacción de Israel. Esta naturaleza autodestructiva, escondida detrás de una voluntad de legítima defensa, surge de antiguas fuerzas profundas dentro de las cuales el sionismo es sólo un síntoma y un indicio. Lo que preserva esas fuerzas autodestructivas garantiza que el proyecto nacionalista racista de las eternas víctimas sólo sea un fenómeno efímero. En el momento de parar sólo al concepto de nacionalismo, la mentalidad original de víctima se protege al generar el suicidio colectivo de este proyecto nacionalista.
La autodefensa a través del suicidio subraya el carácter único del apartheid israelí. La retórica tanto de la no-opción como de la autodefensa conlleva la espantosa crónica de un suicidio anunciado. A pesar de su potencia militar, Israel es un Estado débil y agonizando que desea autodestruirse. Las naciones más poderosas del mundo están presenciando este proceso suicidario y este hecho llama a una meditación urgente.
El Dr Oren Ben-Dor nació en Haifa y se crió en Israel ; es profesor de philosofía jurídica y política en la facultad de derecho de la Universidad de Southampton, Reino-Unido.
Su último libro Thinking About Law : In Silence with Heidegger fue publicado en 2007 por Hart Publishing.
5 de enero 2009 – Counterpunch – Traducción : xalisco
Fuentes :
http://www.counterpunch.org/dor0101...
http://www.info-palestine.net