Portada del sitio > LA PALMA ACEITERA SIGUE TUMBANDO LA SELVA
Para la producción a gran escala de la palma aceitera, las empresas
palmicultoras necesitan grandes superficies de tierras. La palma aceitera
crece en clima tropical. Para abastecer a las industrias de alimentos,
cosmética, química y de agrocombustibles, selvas están siendo
deforestadas, árboles milenarios que se ven sustituidos por monocultivos
industriales. Para el negocio palmicultor, se hace además necesaria la
construcción de refinerías, molinos, vías y otras infraestructuras para el
su procesamiento, transporte y distribución. Al mismo tiempo, la
producción demanda gran cantidad de agua que resulta acaparada por las
empresas trasnacionales y requiere del elevado uso de agrotóxicos. Según
avanza este modelo, pueblos indígenas y campesinos son despojados de las
tierras donde producen su alimento y de las que dependen para su
subsistencia. Las consecuencias no extrañarán a nadie: aún más
empobrecimiento de la vida y de las condiciones de existencia de los
pueblos y el enriquecimiento de las empresas transnacionales y los
políticos de turno.
Caso de México: expropiación de tierras indígenas para la siembra de
agrocombustibles
El programa de agrocombustibles del Estado mexicano está siendo impulsado
desde tiempos relativamente recientes. Fue sonada la que se conoció como
la "crisis de la tortilla". Las tortillas constituyen alimento básico de
los mexicanos. A principios de 2007, el precio del maíz que constituye la
base de su elaboración, se disparó más de un 40%, hasta sus niveles más
altos en 10 años, generando una fuerte reacción social de rechazo. Esto
fue debido a que los Estados Unidos empezó a destinar gran parte de su
propia producción para el biodiesel. Además, las políticas del estado
mexicano favorecen a los importadores y a las transnacionales, quienes
acaparan el mercado y lo manejan a su antojo. Pero como el maíz es un tema
muy sensible en México, se ha optó por promocionar otros cultivos como el
de la palma africana, y en menor escala la jatrofa y el ricino.
El discurso del Estado mexicano hay que tomarlo con pinzas. Desde fuentes
oficiales hablan de "reconversión productiva". Pero el significado que se
esconde tras esa expresión positiva, es en definitiva que los pequeños
campesinos se ven obligados a abandonar su actividad, y la agricultura
pasa a convertirse en un gran negocio, el agronegocio, y a concentrarse en
pocas manos de unos terratenientes y grandes empresas multinacionales.
Existe también un programa de desarrollo financiado por la Unión Europea
(llamado PRODESIS) con fondos de cooperación al desarrollo, y que promueve
ampliamente la siembra de Palma Africana en la Selva Lacandona, sin el
conocimiento de l as comunidades indígenas y campesinas acerca de los
reales riesgos ecológicos y sociales que los monocultivos de palma tienen
en otros países como Indonesia, Malasia, Papua Nueva Guinea, Perú, Ecuador
o Colombia.
Para hacerse una idea, el plan estratégico de agrocombustibles sólo para
el estado de Chiapas, establece un potencial de 900 mil !!! hectáreas como
superficie potencial en el Estado, lo que significa la séptima parte de la
superficie estatal. El gobierno chiapaneco ha llegado a hablar de alcanzar
al menos las 500 mil hectáreas en un plazo de diez años. Por lo pronto, ya
se han establecido al sur de la Selva Lacandona hasta seis viveros de
palma africana, los más grandes de América Latina, dicen.
Se mire como se mire, las ventajas para la población campesina no existen.
Además de los estragos que ya hemos mencionado más arriba propios de los
monocultivos de palma aceitera en cualquiera de los países en que se
produce, para impulsar estos grandes planes en México, incluso se
modificaron previamente artículos constitucionales para permitir la
titulación individual y la posterior privatización de las tierras y
territorios de pueblos indígenas y comunidades campesinas (en México,
ejidos y bienes comunales).
La forma en cómo está diseñada la expansión de los cultivos de palma, los
campesinos no son dueños de ninguna etapa del proceso. Como mucho,
participan en la producción y venta del fruto a acaparadores ó, en el
mejor de los casos a la extractora de aceite. El monocultivo está
sobreexplotando la mano de obra barata de inmigrantes ilegales
centroamericanos.
Para peor, finales de enero 2010, se produjo el desalojo violento de dos
comunidades en la Reserva Montes Azules, en la Selva Lacandona. En el
trasfondo del conflicto se encuentra la necesidad de despejar el
territorio de sus pobladores para dejar lugar a la expansión de la palma
(al respecto, ver: http://www.salvalaselva.org/protestaktion.php?id=535).
El desalojo tiene como fin eliminar a la resistencia por parte de quienes
viven en y del territorio, para dar paso las nuevas actividades que se
aspiran a implementar. Ya se está denunciando la previsión de que habrá
más desalojos muy próximamente en otras comunidades [1]. Los medios de
comunicación hablan de "reubicación mediante el diálogo" y de la
"intención de proteger los recursos naturales", pero nadie ha sido más
efectivo que los pueblos indígenas para conservar la integridad de los
ecosistemas.
Todo este conflicto se da en un área donde la rebelión zapatista luchó
contra la discriminación y por conseguir reconocimiento legal y de
derechos, dignidad, autonomía y paz en un intento pionero por defender un
modo de vida tradicional frente al avance de la globalización, y con el
telón de fondo de la entrada en vigor del TLC al que han seguido múltiples
acuerdos comerciales y acuerdos de asociación con Latinoamérica cada uno
de los cuales constituye una nueva sentencia de muerte a los indígenas y a
su modo de vida. También el negocio de la palma saldrá con toda seguridad
beneficiado de este tipo de tratos comerciales.
Un monocultivo exótico como la palma no es una selva
La especie exótica se está expandiendo en los límites de zonas de altísima
biodiversidad, áreas Naturales Protegidas como la Reserva de Biosfera
Montes Azules y otras, y el temor es que se continúe avanzando sobre la
selva, como sucede en todos los otros países.
Y en este sentido, un gran peligro es que se llegue a imponer la intención
velada de los defensores de los agrocombustibles, y para la que se está
trabajando muy activamente desde las altas esferas: re-definiendo los
monocultivos o cultivos de una única especie (como la palma) como bosques.
Recientemente saltó a la luz que la Unión Europea está trabajando en un
absurdo documento donde las plantaciones de palma son definidas como
"bosques" (http://www.salvalaselva.org/protestaktion.php?id=538). De
acuerdo a esta idea impuesta, no habría ningún problema en eliminar un
bosque milenario para implantar una plantación de palma, ya que el bosque
no se destruiría sino que se sustituiría por otra cosa llamada también
bosque. En este caso, se ve muy claramente a qué nivel de políticos
tenemos como gobernantes. El problema es que las corporaciones son muy
poderosos y el apoyo político debe estar muy bien pagado.
Prohibido olvidar: Una selva es un ecosistema increíblemente biodiverso y
un monocultivo es tan sólo un desierto verde, donde sólo hay una especie
vegetal, y donde no puede sobrevivir ninguna biodiversidad, ni animal ni
vegetal.
Consecuencias sobre las costumbres alimentarias o soberanía alimentaria de
los pueblos indígenas
Las consecuencias de la expansión de la agricultura industrial son
dramáticas tanto para indígenas, como para toda la población rural. El
modelo de producción agrícola de los países del Sur está experimentando
una transición muy acelerada. Si los cultivos tradicionales cuyo fin es
alimentar desaparecen para dar paso a monocultivos industriales para la
exportación, faltarán alimentos. En el proceso de transformación del modo
de producción los derechos de la población resultan violentados. Con el
pretexto de la creación de empleos, los campesinos son despojados de sus
tierras, sus bosques, su agua, de donde obtienen el alimento. Al perder su
modo de sustento, los campesinos se ven arrojados a las grandes ciudades u
obligados a emigrar a los Estados Unidos o a Europa, donde se verán
obligados a trabajar mal asalariados y enfrentan todas las problemáticas
asociadas a la emigración. Donde antes crecía el alimento de la población,
crecen ahora plantas para alimentar automóviles. Y esto en un mundo donde
ya previamente había 800 millones de hambrientos, cifra que "gracias" a
los agrocombustibles según el propio director de la FAO -entre otras
causas- ya se eleva a los 880 millones.
Más casos de expropiación forzosa de tierras y sustitución de selva
Salva la Selva documenta continuamente casos de expropiación forzosa de
tierras y de deforestación de selvas tropicales. Pero no sólo en selvas
tropicales, sino también de otros ecosistemas primarios fundamentales como
los humedales, las turberas, los manglares, la mata atlántica, y un largo
etc. Todos estos ecosistemas están habitados por grupos humanos que
dependen de ellos para su subsistencia. Su preservación también es
fundamental para la estabilidad del clima, la conservación de la
biodiversidad, del agua, del suelo.
En estos momentos se hacen evidentes amenazas al medio y a la integridad
de la población no sólo el caso del desalojo de las dos comunidades en
Montes Azules, en Chiapas, México, sino también el caso de la
deforestación de la Amazonía peruana por las empresas de un poderoso grupo
empresarial local llamado Romero; y el controvertido caso de Las Pavas, en
Colombia, donde una empresa que provee aceite de palma supuestamente
sostenible a productores de productos biológicos también a Europa ha
estado directamente involucrada en desalojo violento de una comunidad
campesina; comunidades de la Provincia Oro, en Papua Nueva Guinea piden al
Banco Mundial que no financie más proyectos de palma africana, ya que
proyectos financiados por esta institución han causado estragos en la
región; y en Indonesia se dan innumerables casos, donde además de que la
palma desplaza a pobladores, impacta también sobre la integridad de los
orangutanes, especie en alto peligro de extinción. Así se ve que no se
trata de casos aislados ni de excepciones, sino de la regla general. Todos
ellos son casos muy recientes y se siguen acumulando más y más.
Políticas de la Unión Europea de promoción y fomento del uso de
agrocombustibles impactan en países del Sur
Además de inventar ingeniosos juegos de palabras al calificar a los
monocultivos o "desiertos verdes" como bosques, la Unión Europea juega un
importante papel en la amenaza a las selvas del planeta. A finales de
2008, la Unión Europea estableció su Directiva de Energías Renovables. La
Directiva determina que cada estado miembro deberá alcanzar para el año
2020, un porcentaje obligatorio de energías renovables para el transporte
del 10%. Este porcentaje se refiere a la cantidad de agrocombustibles con
la que se mezclarán los combustibles fósiles tradicionales. A pesar de que
la Directiva habla de "energías renovables", la única opción realmente
desarrollada para cumplir con este objetivo son los agrocombustibles. No
existen, ni existirán para 2020 otras fuentes renovables de energía en las
cantidades demandadas por el mercado. Lo paradójico es que como dentro de
las fronteras de la UE no existen suficientes superficies de cultivo, los
cultivos para agrocombustibles se establecerán sí o sí en los países del
Sur, como está pasando. Y la carrera ya ha comenzado.
Lamentablemente, la decisión de los objetivos de agrocombustibles de la UE
hizo caso omiso de las advertencias de cientos de organizaciones
ambientales, grupos y movimientos sociales, científicos y autoridades de
varios organismos internacionales. Todos ellos coincidieron en denunciar
que la demanda que dispararía esta decisión, provocaría una carrera
desenfrenada por el acceso al control de tierras y territorios. Esto ya
está sucediendo. Los campesinos que usan la tierra para vivir y producir
sus alimentos se están viendo obligados a dejar paso a las
multinacionales, que sustituyen la diversidad poblacional, cultural y
biológica por un gigantesco mono: los monocultivos.
¿Qué se puede hacer?
Todas las semanas Salva la Selva lanza alertas de acción por email en
defensa de las selvas tropicales y sus habitantes, y un gran porcentaje de
las alertas giran en torno al tema de los agrocombustibles. No en vano es
uno de los mayores causantes de deforestación y destrucción de ecosistemas
primarios en la actualidad. Cualquier persona que lo desee, puede entrar
en http://www.salvalaselva.org y participar en las protestas firmando
cartas. Las cartas son un método efectivo de mostrar a las autoridades que
los ciudadanos están pendientes y preocupados por las consecuencias
negativas de las decisiones políticas sobre el medio ambiente.
Documentación crítica sobre el tema de la expansión de los
agrocombustibles se encuentra reunida en un blog y a clasificada por temas
y países: http://www.stop-agrocombustibles.nireblog.com
Más info:
Junto con Maderas del Pueblo, una organización chiapaneca, hemos elaborado
unos folletos informativos en lenguaje popular para ayudar a encender el
debate sobre la problemática específica de los agrocombustibles y la
expansión de la palma en el Estado de Chiapas, México:
http://www.maderasdelpueblo.org.mx/pdf/agrocom-esp.pdf
http://www.maderasdelpueblo.org.mx/pdf/palmawebfin-esp.pdf
[1] Los poblados amenazados de desalojo son Salvador Allende, Ranchería
Corozal, San Gregorio, Nuevo Limar, Agua Dulce, Ojo de Agua La Pimienta y
Nuevo Villaflores.