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La investidura de Porfirio Lobo a la presidencia de Honduras fuerza al exilio al jefe de Estado depuesto.
Publie le Sábado 30 de enero de 2010 par Open-PublishingEl drama de Haití ha ocultado completamente la ridícula puesta en escena organizada en otro país de la región, Honduras. Ayer 27 de enero, Porfirio Lobo, derechista, elegido presidente el 29 de noviembre, fue investido oficialmente, mientras Manuel Zelaya, depuesto de su mandato presidencial hace siete meses tras un golpe de Estado, se disponía a abandonar la embajada de Brasil de Tegucigalpa donde estaba refugiado, para pasar a ser invitado notable de la Republica Dominicana. Una expulsión permitida tras muchas negociaciones por las maniobras secretas de los Estados Unidos. Lobo ha sido entronizado en medio de la reprobación internacional y su legitimidad se puede valorar por el escaso número de jefes de Estado llegados para asistir a la ceremonia: dos (Panamá y Taiwán) además del presidente dominicano, Leonel Fernández, venido para acompañar a Zelaya. El jovial Santos, vicepresidente de Colombia, estaba allí, y la delegación de EE.UU. estaba a cargo del adjunto para América Latina de Hillary Clinton, Arturo Valenzuela. Al dar su bendición Washington no debería tardar en restablecer la ayuda económica, detenida desde junio. La Unión Europea, hasta ahora hostil, estaba representada por un encargado de negocios, como si tratase de enviar un pequeño gesto de apoyo para el futuro. El colmo fue alcanzado, sin duda, la víspera. La Corte Suprema de Honduras pronunció un “no ha lugar” contra los seis jefes del ejército acusados de “abuso de poder” en el momento de la detención y el envío al exilio del presidente Zelaya. No solo esta Corte no se ha opuesto nunca a las autoridades “de facto” salidas del golpe y dirigidas por Roberto Micheletti, todo lo contrario, abrió diligencias contra Zelaya por “alta traición”. Se le reprochaba haber emprendido un amplio programa de reformas constitucionales. Un paso en falso que hoy le ha valido la concesión de un salvoconducto para Santo Domingo. Sin retorno.
Traducción de J.A