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Los 7 Congresistas que nos visitan

Publie le Martes 7 de abril de 2009 par Open-Publishing
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Reflexiones del compañero Fidel

Los 7 Congresistas que nos visitan

Una importante delegación política de Estados Unidos se encuentra entre nosotros. Se trata del Caucus Negro Congresional (CBC) que, en la práctica, ha funcionado como parte del ala más progresista del Partido Demócrata.

Fue fundado en enero de 1969 por los doce congresistas afronorteamericanos que integraban el Congreso de Estados Unidos en aquel momento. En los primeros 50 años del siglo XX solamente cuatro afronorteamericanos fueron electos al Congreso. Actualmente, como consecuencia de sus luchas, el CBC cuenta con 42 miembros. Varios de sus representantes han mantenido posiciones constructivas muy activas en temas asociados a Cuba.

La primera delegación del Caucus que nos visitó estaba presidida por Maxine Waters, en febrero de 1999; la segunda, en enero del 2000.

Influyentes miembros de ese grupo congresional asumieron posiciones públicas y realizaron otras acciones positivas durante la batalla por el regreso del niño Elián a la Patria.

En mayo del 2000 nos visitó otra delegación del Caucus presidida por quien era entonces su principal líder, James Clyburn, de Carolina del Norte, e integrada por Bennie Thompson de Mississippi y Gregory Meeks de Nueva York. Estos congresistas fueron los primeros en recibir de mi parte la disposición de Cuba para asignar un número de becas a jóvenes de bajos ingresos con el propósito de estudiar Medicina en nuestro país, seleccionados por el Caucus Negro Congresional. Igual proposición hicimos a la ONG Pastores por la Paz, presidida por el Reverendo Lucius Walker, quien envió los primeros estudiantes a la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

Cuando arreciaron las presiones y acciones anticubanas de la administración Bush contra los viajes y la presencia en Cuba de personas bajo la jurisdicción de Estados Unidos, legisladores del Caucus Negro se dirigieron al Secretario de Estado, Colin Powell, y lograron asegurar la licencia que permitiera legalmente a los jóvenes norteamericanos continuar sus estudios de Medicina en Cuba, que ya habían iniciado.

Tal vez Powell, jefe militar de gran autoridad y prestigio, hubiese sido el primer Presidente negro de Estados Unidos, pero renunció a ser postulado por respeto a su familia que, debido al asesinato de Martin Luther King, se oponía tenazmente a esa postulación.

La delegación del Caucus Negro que visita a Cuba en este momento está presidida por Barbara Lee, representante por el Estado de California. Viajó a Cuba por primera vez acompañando al entonces congresista negro Ronald Dellums, de quien fue asistente y cuyo escaño ocupó cuando aquel se retiró. En esa ocasión tuve el honor de conocerla y admirar su espíritu combativo y capacidad de lucha.

El grupo que preside lo integran siete Congresistas Demócratas; los demás miembros de la delegación son: Melvin Luther Watt, de Carolina del Norte; Michael Makoto Honda, de California; Laura Richardson, también de California; Bobby Rush, de Illinois; Marcia L. Fudge, de Ohio, y Emanuel Cleaver II, de Missouri.

Patrice Willoughby, Asistente Ejecutiva del Caucus Negro Congresional y cuatro militares de la oficina de enlaces con el Congreso, bajo las órdenes del Teniente Coronel Daniel Wolf, acompañan la delegación.

Valoro el gesto del grupo legislativo. Cumplen rigurosamente el programa que solicitaron. La aureola alcanzada por Luther King los acompaña. Nuestra prensa ha reportado ampliamente su presencia. Son testigos excepcionales del respeto con que se recibe siempre a los norteamericanos que visitan nuestra Patria. Es difícil que la delegación haya visto un rostro con expresión de odio y tal vez admiren la ausencia total de personas analfabetas o menores limpiando zapatos en las calles. No escapará a ningún ojo crítico las filas de niños, adolescentes y jóvenes, asistiendo a las escuelas y universidades, los círculos infantiles, los hogares de ancianos, los hospitales y policlínicos con personal de salud altamente calificados, que atienden a todos los ciudadanos. En medio de la crisis económica internacional no existen colas de ciudadanos buscando empleo. Las personas que se mueven por las calles, activas y casi siempre alegres, no se corresponden con las imágenes estereotipadas con que se presenta muchas veces a Cuba en el exterior.

Nuestra Patria demuestra que un pequeño país del Tercer Mundo, hostigado, agredido y bloqueado durante decenas de años, puede llevar con dignidad su pobreza. Muchos ciudadanos de la nación más rica del mundo no reciben el mismo tratamiento, y gran parte de ellos ni siquiera votan; el ejercicio de ese derecho, sin embargo, lo ejerce bastante más del 90% de nuestra población, que sabe leer y escribir y es portadora de un estándar no desdeñable de cultura y conocimientos políticos.

Entre los visitantes hay opiniones que son colectivas y otras representan los puntos de vista personales. En general, piensan que el 68% de la opinión pública norteamericana favorece un cambio de política con Cuba.

Uno de ellos expresó que era necesario utilizar este momento histórico en que coinciden un Presidente negro en la Casa Blanca y una corriente de opinión favorable a la normalización de las relaciones.

Cuando Alarcón expuso que era un deber moral suprimir la arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países terroristas, le recordaron que tanto Nelson Mandela como el Congreso Nacional Africano fueron calificados de terroristas por el Congreso de Estados Unidos.

Otro de los miembros agradeció a las autoridades cubanas y a la presidencia del Caucus Negro por propiciar el viaje y sostener este tipo de intercambio.

Otro representante explicó el importante significado de Obama para los Estados Unidos y la necesidad de reelegirse. El Presidente se considera a sí mismo como un líder político que debe gobernar para todos los sectores sociales del país, explicó. No obstante, manifestó su certeza de que Obama cambiará la política hacia Cuba, pero Cuba debía ayudarlo también.

Un cuarto miembro del Caucus dijo que a pesar de la victoria de Obama, la sociedad norteamericana continúa siendo racista. Que Obama representa la única oportunidad que tiene esa nación de avanzar y dejar atrás todo el lastre acumulado por los gobiernos anteriores. “El Presidente no puede ir más allá de la liberación de los viajes y las remesas a los cubanoamericanos pues declarar el levantamiento del bloqueo o la normalización total de las relaciones bilaterales significaría la imposibilidad de reelegirse.” Afirmó, adicionalmente, que la derecha anticubana todavía tiene poder suficiente para acorralarlo e impedir que se reelija.

Por último, otro congresista expresó en el Ministerio de Relaciones Exteriores, con gran franqueza, que Estados Unidos no debe perder la oportunidad de reconocer que su política respecto a Cuba ha sido un total fracaso. Añadió que su gobierno debía pedir perdón a Cuba por todos esos años de hostilidad y por la política de bloqueo, pues solo así estaríamos en condiciones de avanzar juntos en la solución del diferendo bilateral. Señaló que desde su posición hará todo lo posible por eliminar el bloqueo.

Durante la visita al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, uno de ellos, expresando el sentimiento de los demás, calificó de excelentes los resultados de Cuba en biotecnología y dijo que en estos momentos la atmósfera política era propicia para construir puentes de entendimiento y comunicación entre las comunidades científicas de nuestros países. Recomendó que tuviéramos cuidado en patentar todo, de acuerdo con las normas internacionales de propiedad intelectual, para evitar que nos fueran robados los esfuerzos de tan maravilloso trabajo.

Todos expresaron la gran impresión que recibieron en la visita al Centro, donde el Ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, junto a varios directores de las instituciones científicas, les explicaron el trabajo de nuestro país en ese campo.

La principal actividad del 4 de abril, día en que se conmemoraba el 41 aniversario de la muerte del mártir de los derechos humanos, fue la visita al parque en la capital de Cuba que lleva su nombre, Martin Luther King, donde se encuentra un monolito de mármol verde oscuro, jaspeado en negro, con la efigie a relieve en bronce del gran combatiente negro asesinado por los racistas. Allí hablaron Barbara Lee, Laura Richardson, Emanuel Cleaver II y Bobby Rush. Los cuatro resaltaron públicamente el impacto positivo de los intercambios sostenidos.

Ayer domingo a las 13:20 horas la congresista Barbara Lee llegó a la Iglesia Ebenezer del Centro Martin Luther King, donde fue recibida por Raúl Suárez y directivos del Consejo Nacional de Iglesias de Cuba. Allí estaban Alarcón y dirigentes del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Antes Barbara Lee había estado en otras dos iglesias del Vedado. Hizo uso de la palabra, reiteró pronunciamientos públicos previos y expresó su intención de realizar gestiones con la administración para propiciar un cambio de política hacia Cuba y la reactivación de los intercambios entre iglesias de ambos países.

He reflejado con la mayor brevedad posible los intercambios sostenidos. He sido cuidadoso al omitir los nombres de los autores de varios pronunciamientos porque ignoro si les interesa o no hacerlos públicos.

Deseaba simplemente ofrecer los elementos de juicio necesarios para que nuestra opinión pública nacional posea la mayor información posible sobre el sensible tema de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama y la visita del Caucus Negro a Cuba.

Fidel Castro Ruz

Abril 6 de 2009

2 y 03 p.m.

Mensajes

  • Los Despistados

    En La Habana, los siete demócratas visitaron a las familias de los cinco espías cubanos presos en Estados Unidos y salieron inspirados. Los congresistas expresaron preocupación sobre los derechos humanos, las largas condenas de prisión y el sufrimiento a ambos lados del Estrecho de la Florida.

    Uno dijo que pensaba escribirle a la Primera Dama Michelle Obama, apelando a su sensibilidad como madre, esposa y abogada. Otro pidió compasión. Este es el momento, proclamaron los miembros del Caucus Negro del Congreso.

    Si al menos el grupo se hubiera reunido con uno solo de los prisioneros de conciencia o con una de las esposas, madres, hijas o hermanas de los 75 periodistas independientes, bibliotecarios y defensores de los derechos humanos presos en Cuba desde la "Primavera Negra’’ del 2003. Les hubiera sido fácil ver a las Damas de Blanco en La Habana el Domingo de Ramos, marchando en protesta, como lo hacen todos los domingos, para crear conciencia sobre las duras condenas que sufren sus hombres por haberse atrevido a pensar más allá de las limitaciones que les impone el comunismo.

    O los siete hubieran podido viajar tres horas desde La Habana a Placetas para ver a los disidentes en huelga de hambre encabezados por Jorge Luis García Perez "Antúnez’’. O hubieran podido pedir ver a Oscar Elías Biscet, el médico que está cumpliendo 25 años de cárcel por seguir el camino de resistencia pacífica de Martin Luther King Jr.

    ¿O qué tal las madres de los tres jóvenes que fueron juzgados un día y fusilados al otro en el 2003 por haber tratado de secuestrar un ferry en la Bahía de La Habana? Ningún pasajero resultó herido, pero eso no impidió que el gobierno cubano les enviara un rápido y aterrador mensaje a las masas afrocubanas del país.

    Pero no.

    Las preocupaciones de los legisladores negros estadounidenses no eran por los más de 300 presos de conciencia listados por Amnistía Internacional o por los cientos de disidentes que trabajan desde sus casas bajo la vigilancia de un régimen totalitario. O por la falta de derechos civiles en un país con una población mayoritariamente negra y mestiza, regido por una gerontocracia apabullantemente blanca.

    Su angustia era por los "Cinco Héroes’’, como los medios controlados de Cuba llaman a los espías del gobierno cubano capturados en Miami, incluyendo a uno condenado por conspiración en el asesinato de los cuatro pilotos de Hermanos al Rescate, muertos por cazas cubanos en 1996.

    Estamos de acuerdo en que los derechos humanos básicos de los enemigos tienen que respetarse, esa es la definición misma de la justicia.

    ¿Dónde está la justicia en Cuba?

    Ciertamente los Siete Despistados, encabezados por la representante Barbara Lee de California, no hicieron un escándalo por los 50 años de régimen de los hermanos Castro, las violaciones de los derechos humanos y el desproporcionado número de negros cubanos que están tras las rejas. De hecho el representante Bobby Rush, un antiguo miembro de las Panteras Negras, sólo pudo mostrar su empatía "por el sufrimiento de los prisioneros políticos’’, cuando se refirió a los cinco espías.

    Por una vez, me gustaría que una de esas delegaciones de arrogantes viera la Cuba real. Seguro, que hablen con el Tío Fidel, como tres de los Despistados supuestamente hicieron durante el viaje que concluyó el martes. Pero también vayan y vean a miembros de la oposición, sientan su dolor.

    El repreentante Kendrick Meek, que ayer estaba recorriendo el Panhadle en su campaña por un escaño en el Senado de Estados Unidos, ofreció este sabio análisis sobre la misión "de investigación’’ de sus colegas del Caucus Negro:

    "Los prisioneros políticos en Cuba están presos por haber expresado pacíficamente sus derechos y libertades, como el doctor Oscar Biscet y Antúnez’’, dijo Meek, refiriéndose a los conocidos disidentes negros. "Los espías cubanos en las prsiones federales de Estados Unidos representaban una amenaza a nuestra seguridad nacional. Esa es la diferencia entre el día y la noche’’.

    Si los Siete Despistados se hubieran quitado las vendas de los ojos, también lo habrían sabido.