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MILÓSEVIC Y PINOCHET

Publie le Miércoles 15 de marzo de 2006 par Open-Publishing

Por Carlos Bongcam

La repentina y controvertida muerte de Milósevic obligó a que el juicio que se le seguía en el Tribunal Penal Internacional para Yugoeslavia por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Bosnia, Croacia y Kosovo, fuese cerrado privando a las partes y a las miles de víctimas de una sentencia o pronunciamiento judicial sobre los numerosos cargos que se presentaron en su contra.

La corte internacional con sede en La Haya ha recibido muchas críticas en materia de operatividad. Los abogados internacionales y las víctimas han acusado al tribunal de lentitud. El juicio a Milósevic, que comenzó hace cinco años, estaba lejos de llegar a pronunciar la sentencia.

Asimismo, el tribunal ha sido cuestionado por no vigilar adecuadamente a los detenidos, dado que la muerte de Milósevic ocurrió sólo días después de que el ex líder serbocroata Milan Babic se suicidara en la prisión.

El caso de Milósevic en La Haya reviste ciertas similitudes con el caso de Pinochet en Chile. A los poderosos sectores chilenos que están tratando de evitar a toda costa que el ex dictador sea condenado en ninguno de los numerosos juicios criminales que se le siguen, incluyendo los juicios por malversación de caudales públicos, lavado de dinero y evasión de impuestos, les queda, en último término, la “solución Milósevic”.

Cuando las contínuas y repetidas triquiñuelas legales, que se traducen en la postegación de las condenas a que haya lugar, estén agotadas, la muerte de Pinochet sería la última y única alternativa que existe para evitar su condena definitiva.

Además, como lo muestra el caso de Milósevic cuya muerte ha levantado dudas y una polémica internacional, el hecho de que Pinochet permanezca arrestado en su casa rodeado de un personal que no depende del poder judicial, sin duda que facilitaría la “solución Milósevic”, vale decir, un atentado contra su vida para evitar que sea condenado definitivamente.

En fin, el futuro lo dirá.