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REY DE ESPAÑA ¿EN NOMBRE DE DIOS?

Publie le Miércoles 28 de noviembre de 2007 par Open-Publishing

Más allá del bullicio mediático causado por el incidente entre el Rey de España y nuestro presidente, lo que realmente nos deja en nuestro país el episodio del “¿Por qué no te callas?” es el retrato vivo de la crisis moral e ideológica de la oposición radical venezolana. En efecto, los mismos sectores antipopulares que denuncian un supuesto atornillamiento de Hugo Chávez en el poder mediante la reforma constitucional, desde hace unas semanas se han autoproclamado nuevos súbditos del Rey, aplaudiendo su insolente gesto.

Nuevamente se contradicen, ya que hacen apología de un Jefe de Estado “verdaderamente eterno y vitalicio” cuya legitimidad no proviene del voto popular ni de la delegación de una institución democrática, sino de un “orden familiar hereditario” al cual el pueblo debe rendir perpetuo culto por mandato constitucional. Lo mentira que condenan en su patria, es la verdad que alaban en el extranjero. Tristemente los opositores enemigos de la reforma constitucional, ahora también se declaran promonárquicos, delatando así un retroceso mental de 500 años que nuestros antiguos habitantes no se permitieron.

Ahora bien, después de una decena de procesos electorales, un referéndum revocatorio presidencial y una Constitución aprobada por el pueblo, en nada se parece la Venezuela Bolivariana y democrática a la España Monárquica. Sin embargo, hemos de recalcar que no será este artículo uno más de los inscritos en la irracionalidad del ultranacionalismo ni el planteamiento de un conflicto de “venezolanos versus españoles”, pues mal pudiéramos los revolucionarios extender a todo ese pueblo hermano la critica dirigida a una institución y un personaje que, conforme a los principios de la democracia, no los representa.

Para el fortalecimiento de la formación política revolucionaria, es importante precisar la descripción de lo que socialmente representa un Rey y deslindarlo de su pueblo. Sin duda que de todos los sistemas de gobierno conocidos en la humanidad, no existe uno más atrasado y enemigo de la clase popular que la Monarquía; de allí que revisando la historia de Venezuela, observamos que el Imperio Español impuso sobre nuestro territorio la más aberrante división de clases entre blancos peninsulares, blancos criollos, indígenas, esclavos, pardos y blancos de orilla. Un régimen de total desigualdad económica, política y social donde la Corona gobernaba con el carácter de “representante de Dios en la tierra” y ejercía un poder ilimitado frente a los demás seres humanos. Fue precisamente ese concepto de “poder divino” de la Europa Monárquica, la que le costó a América la matanza de 70 millones de aborígenes y la esclavitud de 12 millones de africanos durante el período de invasión y ocupación de nuestras tierras conocido como “La Conquista”.

Es desde una perspectiva internacionalista revolucionaria que los defensores del Estado Democrático y partidarios de la eliminación de la sociedad de clases, fijamos una postura de categórica solidaridad y respaldo hacia los movimientos progresistas españoles, por ser ellos los auténticamente representativos de la clase popular y persistir en su lucha por reinstaurar una España Republicana, verdaderamente democrática y anticapitalista, capaz de promover la unidad y reconciliación plena entre madrileños, catalanes, vascos, gallegos, canarios, andaluces y demás habitantes de las comunidades autonómicas de tan heterogénea nación.

Finalmente recuerdo que como estudiante extranjero en ese país, le pregunté a un profesor nativo “¿acaso no es tu Rey en el fondo un actor político?” Y me contestó graciosamente: “No. Él es solo un abuelito que da consejos”. Creo que estas reflexiones otorgan bases para manifestar nuestro rechazo la figura del Rey de España, por representar uno de los últimos esqueletos ambulantes de un modelo político que sigue exterminando masivamente vidas humanas. Ese mismo Rey que ayer en nombre de “Dios” nos enviaba sus tropas para masacrar América y saquear nuestras riquezas, es el mismo que hoy en nombre de “Bush”, y del Capitalismo guerrerista transnacional, sigue asesinando en Irak y robando su petróleo. ¿Vienes por el oro o el petróleo? ¿En nombre de Dios o en nombre de Bush? ¿Hoy a quién quieres callar? Contéstanos Rey.