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EL FANTASMA DE ALBROOK. Después de 25 años de la visita papal a Panamá. Con el impulso de la cúpula de la Iglesia católica, la maquinaria religiosa puso a trabajar la feligresía para plantar la estatua de Juan Pablo II que aparece bendiciendo lo que se considera el centro comercial más exitoso en Panamá: Albrook Mall.
El mismo día que se realizaba el acto pagano ungido por el Cardenal Giovanni Battista, importado expresamente para la fanfarria religiosa, unas 25 personas compuestas por hombres, mujeres y niños representantes del pueblo Naso, cumplían 26 días de estar en el gazebo del Parque Catedral clamando justicia para su pueblo expulsado con violencia de las tierras en las que han vivido y trabajado por varias generaciones.
NEGOCIANTES DE LA FE. El negocio con especies, metales, maderas y carne humana siempre ha estado presente en la historia de la Iglesia. Los tiempos cambian y la forma de hacer negocio también. La cruda comercialización de seres humanos siempre ha contado con la bendición del poder religioso, un comerciante más en la economía de la época, adopta otras formas y otros rostros manteniendo los principios. La antiquísima estrategia de hacer cambios para que todo siga igual.
El poder religioso jamás ha dejado de participar en los negocios. En situaciones de riesgo no tienen ninguna duda en tomar partido por el poder. A cambio de privilegios, concesiones, propiedades y efectivo, desde la fe, se sigue defendiendo y bendiciendo el poder político y el poder económico.
TAN CERCA Y TAN LEJOS. El pueblo Naso, amenazado de muerte por la voracidad de la empresa Ganadera Bocas, no ha recibido la visita de ningún prelado de la Iglesia Católica. La Catedral metropolitana está a unos 30 metros -medio minuto caminando- del lugar en donde acampan los Naso. Para llegar a Albrook Mall, desde La Catedral , nos tomaría unos 15 o 20 minutos en auto. Obispos y curas acudieron compungidos a develar, bendecir y adorar la estatua del fantasma de Albrook . Los representantes de todos los poderes pasan de largo, muy ocupados en sus actividades y sus rezos, sin visitar, saludar o tender una mano a los peregrinos violentados que sufren frío, calor, sed y hambre de justicia en la Plaza Catedral.
Esta realidad de connivencia entre los farsantes de la fe y su fraternidad del poder, explica el silencio cómplice en que se mantiene la jerarquía de la Iglesia Católica , ante la evidente violación de los derechos humanos del pueblo Naso. ¿Será que Mario Guardia, el gendarme empresario dueño de Ganadera Bocas, cuenta con las oraciones, influencias, indulgencias, y favores en la cúpula de la jerarquía?
Frente a la Catedral de Panamá, representantes del pueblo Naso despojado y desalojado violentamente de sus tierras claman al cielo y a la solidaridad nacional e internacional sin que el poder religioso se de por enterado.
Sin recursos económicos, plenos de la solidaridad humana, que escasea entre los curas y obispos, un grupo de panameños organizó el festival TODOS SOMOS NASO. Entre música, canto y toldas amigas, los Naso recibieron el calor humano que les niega los autoproclamados representantes de Dios en la tierra.
Como queda claro en la “Breve historia del intercambio entre África y Europa”, la ladronería es el tipo de sangre que corre por venas y arterias de todos los poderes incluyendo el religioso. A pesar de los poderes de todas las calañas o de las calañas de todos los poderes… el pueblo Naso vivirá para siempre.
Héctor Endara Hill
Colectivo Panamá Profundo
hector@panamaprofundo.org